“Nombrar a don Juan Santamaría Cases, español, mayor de edad, de profesión Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (…) como miembro del Consejo de Administración, con la categoría de Consejero Ejecutivo”. Así reza uno de los puntos del día que los accionistas de ACS deberán aprobar en la junta de hoy. Y será elegido para los próximos cuatro años.
“El propósito del nombramiento es dotar de mayor independencia al consejo de administración y mejorar la gobernanza del grupo”, dijo Florentino Pérez, presidente del grupo, en la conferencia con analistas para presentar los resultados de 2021.
Quien mejor para llevar a cabo esta tarea que una persona que lleva dos décadas en la empresa. En la misma entró en 2002, recién licenciado tras haber estudiado en la Universidad Politécnica de Madrid. Y su primer destino fue una de las áreas en las que ACS ha puesto el foco para los próximos años: concesiones.
Una labor que desarrolló no sólo en España, también en otros países de Europa. Porque Juan Santamaría es un trotamundos que ha desarrollado su trabajo en Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Chile y Australia.
Por tanto, un hombre de la casa que ha contado con buenos maestros (Antonio García Ferrer -vicepresidente-, Ángel García Altozano -director general corporativo-, José Luis del Valle -secretario general-…). Sin olvidar que es joven (43 años) y del agrado del presidente. Una confianza que se ha ganado no sólo por ser del Real Madrid, sino por su desempeño mejorando todas y cada una de las empresas del grupo en las que ha estado.
Hombre de mundo
Más allá del fútbol, a Juan Santamaría le gusta leer. Casado, con tres hijos, otra de sus pasiones es pasar el tiempo libre en familia. Y, como no podía ser de otra manera, viajar. Porque, como ya ha quedado dicho, ha estado de acá para allá.
Un tour mundial que le viene como anillo al dedo para el desempeño que le va a tocar acometer. No en vano, ACS es la mayor constructora del mundo por facturación exterior. Así lo ha puesto de manifiesto la revista Engineering New Record durante la última década.
En ventas, el 59% procede de América del Norte, el 22%, de Asia Pacífico; el 11% de España; el 7%, del resto de Europa; y el 1%, de América del Sur. Por lo que respecta a la cartera, el 49% está en América del Norte; el 32%, en Asia Pacífico; el 10%, en el resto de Europa; el 8%, en España; y el 1%, en América del Sur.
Sus primeros pasos como expatriado tuvieron lugar en Estados Unidos. Allí, en la cálida Miami, llevó las riendas como director general y jefe de operaciones de ACS Infraestructure North America and Canadá. Una labor que desempeñó entre 2006 y 2013 y que le sirvió para acumular experiencia en funciones de dirección, negociando con bancos de negocios y autoridades competentes.
Sin olvidar que, por aquel entonces, sumó para ACS relevantes contratos en autopistas. Por ejemplo, y en 2008, el proyecto para la construcción de la Autopista A30 en Montreal (Canadá), o la autopista I595 en Florida (EEUU).
Su siguiente paso fue Iridium, la empresa de concesiones del grupo ACS. Fue breve, ya que sólo estuvo un año. Después se fue a las antípodas. Antes de ocupar el cargo de consejero delegado y director general de Cimic (febrero de 2020), llevó la dirección de CPB Contractors, la rama constructora de Cimic. y las riendas de UGL, el negocio de servicios.
La catapulta de Cimic
Juan Santamaría llegó a Cimic para sustituir a Marcelino Fernández Verdes. Y, ahora, ha dado el primer paso para acabar tomando la batuta que dejó éste en marzo de 2021, como consejero delegado del grupo ACS. Una labor ingrata, la de Cimic, ya que su negocio en Oriente Medio se vio ‘tocado’ por una mala gestión que le ocasionó un agujero de 1.100 millones de euros.
Cimic está en plena OPA de Hochtief, que ya controla el 96% del capital. Y, en 2021, obtuvo un beneficio de 253 millones de euros a la par que sus ingresos aumentaron un 8,3%.
¿Cuáles son los desafíos a los que deberá hacer frente? En ese afán de mejorar la gobernanza del grupo, deberá simplificar la compañía. Ahí las quinielas de los expertos apuntan a una integración de Dragados en la estadounidense Flatiron. O de la propia Dragados en Hochtief. O que el 20% de Abertis en manos de la firma alemana pase a la matriz.
También tendrá sobre la mesa volcarse en el negocio concesional y de las renovables. Sin olvidar Atlantia o cualquier otro plan B que le permita reinvertir la caja que entró con la venta del negocio de servicios industriales a Vinci.