Es el último proyecto de Ferrovial: el desarrollo de vertipuertos. Es decir, una red de infraestructuras para aeronaves eléctricas de despegue vertical (o taxis verticales) con el fin de mejorar la conectividad urbana. De momento, tiene proyectos en Estados Unidos (10 vertipuertos), España (20) y Reino Unido (25). Y es que, como queda reflejado en su Plan Horizon 24, quieren “ser pioneros de una nueva movilidad inteligente y sostenible”.
Una movilidad, y una conectividad, que ha sido el santo y seña de la firma que nació hace 70 años de la mano de Rafael del Pino y Moreno. Concretamente, fue el 18 de diciembre de 1952, y lo hizo en un ático de Madrid.
Su origen, por aquel entonces, fue ferroviario (de ahí su nombre). Y su puesta de largo fue posible gracias a un contrato firmado con Renfe para cajear las traviesas de madera sobre las que se asentaban los raíles en las vías. Han pasado siete décadas en las que se sumaron otras apuestas como los aeropuertos y las autopistas.
Generador de empleo
Hay que avanzar hasta 1956 para ver la primera obra completa de Ferrovial: fue la renovación de la vía del ferrocarril que unía Bilbao y Portugalete. Poco después, daría el salto al Metro de Madrid y Barcelona, los tramos de los enlaces ferroviarios de Madrid… hasta llegar a la década de los 60.
Ya por aquel entonces la firma contaba con más de 500 empleados. También se produjo el salto hacia otros campos como la explotación de canteras, la construcción de obras hidráulicas (como la presa de Fervenza en Galicia) y los primeros proyectos de carreteras y edificaciones.
En este ámbito, construyó en Madrid viviendas para la Cooperativa Saavedra Fajardo, para el Patronato de Casas Militares del Ejército del Aire y para la Obra Sindical del Hogar en Guadalajara. También levantó el Complejo Hotelero Torrequebrada en Benalmádena (Málaga).
Su participación en lo que se vino a denominar como Plan Redia (Plan de Mejora de la Red Especial de Itinerarios Asfálticos) fue notable, con actuaciones en muchos rincones de España. Paralelamente, se desarrolló el Plan Nacional de Autopistas donde fue empresa constructora y concesionaria de la autopista que discurría entre Bilbao y Behovia (Europistas).
Puerta al exterior
Aunque en esa década de los 60 efectuaron estudios sobre actuaciones más allá de nuestras fronteras (el ferrocarril de Hedjaz, en Libia, por ejemplo), no fue hasta finales de la década de los 70 cuando se abrió esa puerta. En aquel momento, la crisis del petróleo se había traducido en recesión.
Obras en México, Brasil, Venezuela, Ecuador o Paraguay fueron sus primeros pasos. Sin olvidar Libia. Allí construyó la carretera de 180 kilómetros entre Jadú y Nalut. El primero de una veintena de proyectos. ¿Traducido a kilómetros? 700.
Y, ya en la década de los 80, no frenó la actividad internacional: construyó la estación de autobuses de la capital de Panamá, por ejemplo. A la par, fue uno de los actores destacados en la construcción en nuestro país de las obras de la Expo de Sevilla, del AVE entre Madrid y Sevilla o de las Olimpiadas de Barcelona.
Sin olvidar la modernización de puertos y aeropuertos y la creación de colegios y hospitales. Por aquel entonces, adquirieron Cadagua, especialista en construcción y explotación de tratamientos de agua.
Savia nueva
Ya en la década de los 90, Ferrovial constituyó diferentes empresas en ámbitos estratégicos como los servicios y los aparcamientos. Desembarcó en Chile y en Colombia. Y, en 1995, se convirtió en accionista mayoritario de Agroman. Tres años antes, Rafael del Pino Calvo-Sotelo (hijo del fundador) había sido nombrado consejero delegado.
La constitución de Cintra, en 1998, fue un paso más en la diversificación del grupo. En su haber, la gestión de nueve aeropuertos en México, por ejemplo. Luego vinieron las que hoy en día son consideradas las 'joyas de la corona': la autopista canadiense 407 ETR (su primer paso en el mercado norteamericano) y la inversión en el aeropuerto de Heathrow. Todavía hoy sigue siendo su principal accionista con el 25%. Aunque, según publicó Reuters, está estudiando la venta del 25% de las acciones que posee en la actualidad.
En 1999, Ferrovial sale a Bolsa. Un año después, y con Rafael del Pino Calvo-Sotelo ya como presidente, la compañía continúa realizando importantes adquisiciones: la constructora Budimex, en Polonia; la compañía de servicios Amey, en Reino Unido; Cespa, en España, y el ya citado operador portuario Heathrow.
Sus apuestas a partir de entonces, entre otras muchas, fueron las autopistas en Estados Unidos (las conocidas como managed lanes); otros aeropuertos como los de Aberdeen, Gasglow y Southampton; la Pacific Highway, en Australia o la desaladora Al Ghubrah, en Omán.
[El reto de Ferrovial para los próximos tres años: conseguir 3.000 millones en dividendos]
Más reciente es la venta de su división de Servicios (troceada y no en bloque, como se pretendía en un primer momento), o la participación en el aeropuerto Dalaman (Turquía); la entrada en la firma de autopistas IRB (India); o la construcción y explotación de la nueva T1 en el aeropuerto JFK de Nueva York (Estados Unidos). Mientras tanto, se espera el despegue de los vertipuertos.