Ferrovial ha abierto la ‘caja de los truenos’ en el ámbito empresarial y político tras su intención de trasladar su sede social de España a Países Bajos. Su intención es la de cotizar, con posterioridad, en Estados Unidos. Un salto debido a que las mayores previsiones de crecimiento están en otros países.
Esta es una de las razones expuestas por la firma presidida por Rafael del Pino a la CNMV para explicar su decisión. Otra, que el 82% de sus ingresos proceden de fuera de España. Si echamos la vista atrás, a 2012, ese porcentaje fue del 62%. Y es que, como decía don Hilarión en la zarzuela ‘La verbena de la Paloma’, “los tiempos cambian que es una barbaridad”.
Tanto que no sólo en el capítulo de ingresos ha cambiado Ferrovial durante la última década (recordemos que en 2022 cumplió 70 años). Si ponemos el foco en el capítulo laboral, la compañía ha pasado de tener 52.276 empleados en 2012 a 24.191 en 2022. Por tanto, 33.085 personas menos en plantilla.
Venta de Servicios
La causa de que la masa laboral se haya desinflado tanto en Ferrovial se debe, principalmente, a un hecho: la venta de su división de Servicios. Conviene recordar que esta división, en todas las grandes compañías de infraestructuras, es la que suele estar conformada por más mano de obra. De ahí que otras, como Sacyr, estén inmersas en tal menester con Valoriza, o ACS, que vendió Urbaser.
“La desinversión de Servicios está casi completada con las operaciones de venta de Infraestructuras en España y de Amey en Reino Unido”, afirma Rafael del Pino en la Memoria del año 2022. Otra frase, en este caso de la Memoria de 2012, es significativa de por dónde irían los tiros de la compañía: “El buen comportamiento de los negocios en el exterior ha compensado la debilidad del mercado doméstico”.
Con una plantilla menguada en un 58%, el gasto de personal se ha reducido de manera considerable. Así, en 2012 el desembolso por este concepto fue de 2.142 millones de euros; en 2022, esa cifra se ha quedado en 1.446 millones de euros. Por tanto, 696 millones menos.
La venta de Servicios también ha influido en el descenso de la cartera. En 2012, con Construcción y Servicios, llegó hasta los 21.483 millones de euros; en 2022, sin Servicios, se ha situado en 14.743 millones. Esta cifra, en dicho segmento, es la más alta de su historia.
Dobla su capitalización
En lo que se refiere a la acción, la multinacional ha dado un salto importante. Tanto, que ha doblado su capitalización en los últimos diez años. Ha pasado de 8.215 millones a 17.801 millones de euros. La cotización de la acción a cierre de 2012 se situó en 11,20 euros y en 2022 se multiplicó por dos, hasta los 24,47 euros. Todo ello con un menor número de acciones: 733 frente a 727 millones.
Otras magnitudes sí se mantienen parejas. Es el caso de la deuda neta consolidada (5.106 millones en 2012 frente a los 5.781 millones en 2022). O la facturación: 7.686 millones frente a 7.551 millones, respectivamente.
Lo mismo sucede con la posición neta de tesorería: 1.489 millones a principios de la década pasada frente a los 1.439 millones de 2022. Lo que Ferrovial consiguió fue un Ebitda superior en 2012 (927 millones de euros) que en 2022 (728 euros) y un beneficio neto más alto: 710 millones frente a 186 millones.
Una década, la vivida por Ferrovial, en la que no han faltado inversiones y desinversiones, adjudicaciones millonarias, cambio de consejero delegado (Ignacio Madridejos tomó el relevo de Íñigo Meirás), emisiones de bonos corporativos, nuevos planes estratégicos, remuneraciones a los accionistas… Lo único que no ha cambiado ha sido Rafael del Pino en la presidencia.