La cuenta atrás toca a su fin. Dia está en tiempo de descuento para la cita más importante de sus ocho años como cotizada. Este miércoles celebra una junta de accionistas en la que los inversores deben elegir entre dos planteamientos de futuro radicalmente distintos para la cadena de supermercados. Todas las posibilidades están abiertas mientras sobrevuela la sombra de la quiebra patrimonial.

Los cuchillos se han afilado en las últimas semanas entre los dos contendientes de la pugna abierta en Dia. El empresario ruso Mijail Fridman, por un lado, asegura que su oferta de 0,67 euros por acción es la mejor elección para los accionistas de una compañía que se encuentra en causa patrimonial de disolución. El consejo de administración, por otro, se presenta como la única garantía para restablecer la salud financiera del grupo y aportar a los inversores la posibilidad de disfrutar de la recuperación de valor de su negocio.

La batalla final por hacerse con la victoria de imponer en Dia la propia hoja ruta se resuelve en la Casa de América de Madrid. El mismo escenario que otros años, pero con una trama mucho más compleja. Algo que, de momento, ha resultado en un listado de intervenciones y unos efectivos de seguridad más numerosos que en anteriores citas, según fuentes conocedoras de la organización del evento. El lugar escogido, el anfiteatro del emblemático edificio, cuenta con capacidad para 400 personas, si bien los asientos que se habían dispuesto en la tarde del martes se quedaban aproximadamente a la mitad de esta cifra. Además, se han preparado cabinas de voto al estilo de las de los colegios electorales.

A pesar de que la convocatoria está fijada a las 10:00 horas, la batalla por la lucha que en los últimos días se ha recrudecido se librará desde más pronto en el antiguo Palacio de Linares. Las dos partes de la contienda tienen reservadas desde primera hora distintas salas del histórico inmueble para celebrar reuniones a puerta cerrada e intentar arrancar compromisos de apoyo de último momento de accionistas de cierta relevancia y delegados de voto, conocidos en jerga financiera como ‘proxy advisors’. 

LA CLAVE DE UN 'FREE-FLOAT' DEL 44%

El punto clave de la cita no está tanto en las propuestas que se someten a votación, que salvo sorpresa de última hora ya han sido desgranadas. El foco está sobre los pequeños inversores, que en Dia amasan un 44% de su capital social. Ellos tienen la llave para decidir si ha llegado el momento de acabar con los días de bolsa de la antigua filial de Carrefour o de dar un voto de confianza a la gerencia de la empresa para que enmiende la actual situación.

Aunque el fondo LetterOne de Fridman parte con la ventaja de ser titular de un 29,001% del capital de Dia, la afluencia masiva que se espera para la cita podría jugar en contra de sus planes. Y es que las normas internas de la compañía establecen que al decisivo cónclave podrá acudir cualquiera que fuese titular de una sola acción de la cadena de supermercados cinco días antes de la celebración de la junta, es decir, el pasado viernes 15 de marzo.

En el bloque de los accionistas que conforman el capital flotante de Dia se sitúan, según datos de Bloomberg, firmas tan reconocidas como Invesco, Société Générale, Deutsche Bank y Allianz. La aseguradora alemana siempre desempeña un papel activo en las cotizadas en las que participa, pero algunas de sus compañeras de viaje en la minorista española podrían optar por seguir el camino de Goldman Sachs y ponerse de perfil. Un movimiento que haría aún más decisivo el voto de los pequeños inversores independientes.

El cruce de acusaciones y dudas entre LetterOne y el consejo se ha recrudecido en los últimos días con el tema de la refinanciación de deudas como clave

Dentro de este grupo hay también algunas carteras más abultadas y potenciales líderes de opinión cuyo voto podría convertirse en clave. Tal es el caso de Western Gate, el ‘family office’ del portugués Luís Amaral y dueño de un 2% de Dia, que hace unos días solicitaba propuestas concretas de refinanciación para dar su sí incondicional a los consejeros del grupo. La propuesta ha llegado este martes, apenas unas horas antes de la cita cumbre, y se ha llevado el gato al agua. La ampliación de capital por 600 millones de euros y el plan de reestructuración del consejo se convierte para la firma en “la opción que ofrece más valor a las partes interesadas a corto, medio y largo plazo”. En consecuencia, “Western Gate respaldará esta propuesta”, sentencian.

El golpe de efecto del consejo de administración al presentar el acuerdo de refinanciación -el mismo que en su propia versión Fridman había aplazado negociar con los acreedores al resultado de esta junta- es la baza a la que se aferran los gestores de la firma para evitar el destino de su opa a 0,67 euros por acción. Sin embargo, un grupo de pequeños inversores que aglutina un 6% del capital de la compañía bajo las siglas de la Asociación de Accionistas Defensores de Dia (AADD) pone en peligro este plan.

Hasta la fecha, no apoyan a Fridman. Pero tampoco al consejo de administración. Es más, tienen su propia propuesta para esquivar el abismo de la causa de disolución y el hipotético concurso de acreedores con el que ha amenazado la gerencia. Su propuesta pasa por ampliar capital en solo 150 millones de euros y crear una socimi en la que aparcar los activos inmobiliarios del grupo para lograr de ellos una mayor rentabilidad. Unas proposiciones que tienen intención de poder someter a una junta general extraordinaria, ya que a diferencia del empresario ruso no llegaron a tiempo de presentarlas como enmiendas al plan de los directivos para este 20 de marzo.

AVISADOS DE LA ESPANTADA

Si finalmente se refrenda la hoja de ruta de LetterOne, los contactos con los acreedores comenzarían para la formulación de una nueva estrategia de refinanciación de deudas, mientras que habría que seguir esperando al veredicto de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para conocer si aprueba su propuesta, como ya han hecho en el asunto que les atañe las autoridades de competencia de Brasil y la Unión Europea.

Los analistas que más de cerca siguen el valor señalan que cabe esperar que, como cuando se anunció la puja, el precio de Dia se vaya al entorno de los 0,67 que ofrece la firma inversora rusa y ahí permanezca hasta que se complete la operación. Después, y solo después, llegaría la ampliación de capital por 500 millones de euros que forma parte de su propuesta de salvamento para la española.

En el caso de que sean los consejeros los que salgan victoriosos, Fridman ya ha anunciado que liquidaría su participación. En otras palabras, una venta acelerada de todo su paquete inversor que muy difícilmente dejaría de traducirse en fuertes caídas para la cotización de Dia, cuya remontada pasaría a depender de cómo avanzasen las estrategias de reflote que la gerencia ha ido adelantando y defendiendo a capa y espada en las últimas jornadas.

La ampliación de capital por 600 millones de euros, a la que el ruso ya no acudiría, sería uno de los primeros movimientos por ejecutar, sin que por ello el mercado espere más volatilidad añadida, pues esta operación ya se descontó con su anuncio primero, antes incluso de que llegase la opa que ha desatado un interés como nunca antes por la junta general de la única firma de supermercados cotizada en el mercado español.

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