El Gobierno ha aprobado un real decreto-ley para permitir la incorporación de desempleados e inmigrantes a las labores agroalimentarios para atender la temporada de recogida de diversos frutos. Una medida aplaudida por las organizaciones agrarias UPA, COAG y Asaja, que garantizan la seguridad de estos trabajadores ante el posible miedo a contagios.
“No debería haber problemas de falta de mano con las facilidades del Gobierno”, señala el secretario de UPA a nivel nacional, Lorenzo Ramos, que considera que ocurrirá como en la crisis de 2008, “cuando ya vinieron muchos parados a trabajar al campo y algunos se quedaron”.
Sin embargo, el secretario General de COAG, Miguel Blanco, reconoce a Invertia que “el miedo al contagio en un hándicap”, pero aseguran que en el medio rural, debido al mayor aislamiento, “hay menos riesgo de trasmisión”. Premisa que respalda el presidente de Asaja, Pedro Barato, quien defiende que las distancias de trabajo en el campo son mayores, por lo que “la seguridad está garantizada”.
Desde UPA destacan que todos los trabajadores del campo están usando material de seguridad en función de sus labores como EPI y mascarillas; los cuales están siendo proporcionados por las cooperativas, los empresarios agrarios o por las propias organizaciones.
Cabe recordar que el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Planas, ha calculado que el campo español va a necesitar entre 75.000 y 80.000 trabajadores. Se podrá contratar a desempleados que cobren una prestación o a personas que cobren un subsidio agrario, ayudas que se podrán compatibilizar con el salario que se perciba; así como a trabajadores parados por la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Oportunidad para desempleados
Desde Asaja dan la bienvenida a toda la mano de obra que llegue al campo, pero lamenta que haya que recurrir a parados garantizando sus prestaciones “cuando en poco tiempo habrá millones de parados en España”. Barato pone en duda que la medida solucione "determinadas campañas de fruta dulce".
Por su parte, desde COAG también aplauden la medida, especialmente porque prioriza el trabajo de proximidad. “Tenemos mucha gente parada en las zonas donde se precisan trabajadores”, aseguran.
Por ello, creen que es una buena oportunidad para que trabajadores de la hostelería, del sector turístico o estudiantes aprovechen la oportunidad laboral. De hecho, creen que para la campaña de la vendimia entre septiembre y octubre será necesaria más mano de obra.
“Si se puede resolver el problema con las medidas del Gobierno, no pediremos más. El objetivo es que los alimentos lleguen a la población”, explican desde UPA, que esperan salir de esta crisis fortalecidos por el trabajo que realizan en el campo.