En las últimas horas se han registrado 445 nuevos contagios en el área metropolitana de Barcelona, por lo que la Generalitat de Cataluña no descarta la posibilidad de un nuevo confinamiento. Ante este aumento en el número de contagios, crece también el temor entre las asociaciones de comercio y hostelería de la ciudad condal que piden evitar un nuevo parón y critican que las medidas de la Administración sean "confusas".
"No creemos que sea momento de volver a confinar a la población porque no se hayan hecho los controles", valora Nuria Paricio, directora general de Barcelona Oberta, la asociación que reúne el eje comercial del centro de la ciudad.
Según las estimaciones que manejan, los comercios estarían asumiendo unas pérdidas en torno al 65%, que se suman a las acumuladas durante los meses de parón. "El comercio ha respondido muy bien, ha hecho una gran inversión en zonas de restauración y ocio, se ha hecho formación a los trabajadores y se están siguiendo escrupulosamente las normas", subraya Paricio.
"Hay que evitar otro confinamiento y proteger el tejido productivo. La clave es estar preparados para controlar los brotes que ya estaban surgiendo y que eran previsibles", analiza Roger Pallarols, director del Gremio de Restauración de Barcelona.
Esta tarde se reunirán con el Ayuntamiento de Barcelona, con la única institución con la que han mantenido "un contacto fluido". Pallarols espera que desde el Ayuntamiento "ejerza la presión suficiente sobre la Generalitat para que evite el confinamiento".
Una medida ineficaz
"Barcelona no cuenta con un volumen de rastreadores que permita acotar los brotes de manera inmediata, ni pruebas de detección para poder atajar cualquier brote con rapidez y evitar la transmisión comunitaria", afirma Pallarols.
Las asociaciones de hostelería y comercio coinciden en destacar que no contar con los test y las pruebas necesarias obliga a recurrir a nuevos confinamientos "hasta que se consiga la vacuna".
"Se está jugando con la viabilidad económica de la ciudad. Barcelona no es una aportación poco relevante. Si estos sectores se destruyen, Barcelona estará mal preparada para una reactivación económica", analiza el director del Gremio de Restauración.
Por ello, creen que el mensaje que reciben de la Generalitat es contradictorio, pues mientras que se anima a mantener la actividad, se ha recomendado a la población no salir de casa más allá de para cuestiones esenciales. Una situación similar se vive en Zaragoza, donde se ha pedido el autoconfinamiento de la población para evitar el aumento de contagios.
Convivir con el virus
En este sentido, reclaman medidas que hagan posible la "convivencia incómoda" con el coronavirus, pero que evite cierres. Por ello, ambas asociaciones critican la falta de diálogo que desde la Generalitat han mantenido durante los últimas semanas.
Mientras que llega la vacuna, las asociaciones proponen seguir sistemas de detección que ya funcionan en otros países. Por ejemplo, en Berlín los clientes están obligados a registrarse al entrar en un restaurante. De esta manera, en el caso de que surja un nuevo brote, se tiene un registro de los asistentes para poder hacer un seguimiento más eficaz.