Los gobiernos de las Comunidades Autónomas han delegado en el ciudadano la mayor parte del control de la pandemia a través del uso obligatorio de la mascarilla. Estos equipos de protección individual, junto a la higiene de manos y la distancia social, son elementos ineludibles para reducir el contagio. Sin embargo, los aspectos que dependen de la gestión de las administraciones no han ido en consonancia con el esfuerzo que se le está exigiendo a la población.
La eclosión de nuevos rebrotes por todo el territorio ha sacado a relucir la falta de previsión de los Ejecutivos regionales desde el fin del estado de alarma para hacer seguimiento de los contagios, test masivos e imponer cuarentenas. Tampoco se ha desplegado una regulación para que con el fin del mando único se definieran las medidas a tomar ante una emergencia sanitaria.
Las recomendaciones sobre restricciones formuladas por los gobiernos tampoco han tenido un seguimiento destacable. Por ejemplo, la recomendación del Ejecutivo de Quim Torra a los barceloneses para que no abandonaran la ciudad apenas ha logrado reducir el tráfico: la salida de vehículos de Barcelona a destinos como la Costa Brava solo ha bajado un 7,8% respecto al fin de semana pasado, según los datos del Servei Català de Trànsit.
Cuestión parecida ha sucedido con las mascarillas. Se ha acabado imponiendo su obligatoriedad en cualquier circunstancia, aunque todavía sin ningún tipo de cobertura legal. Este elemento de protección individual empezó a ser obligatorio en el transporte público y locales cerrados, pero el ritmo de contagios ha motivado que todas las Comunidades Autónomas -a excepción de Madrid y Canarias- hayan decidido imponerla a los ciudadanos también en la vía pública.
Los 17 gobiernos autonómicos están creando su propia legislación respecto al uso de la mascarilla. La última en sumarse ha sido la Comunidad Valenciana tras registrar su tercer brote en Alicante.
Los nuevos brotes también han puesto a prueba la capacidad de maniobra de las autonomías para tomar medidas restrictivas de derechos fundamentales sin recurrir al Gobierno central para que declare un estado de alarma parcial.
Estos hechos han abierto nuevos conflictos y recursos en los juzgados donde los jueces se han visto obligados a intervenir cuando la alerta sanitaria no justificaba las medidas anunciadas por los Ejecutivos. Todo ello ha contribuido a ralentizar las medidas y ahondar en la sensación de incertidumbre entre la ciudadanía.
Transmisión comunitaria
Los casos más preocupantes se están originando en Cataluña. La región ha sumado durante las últimas 24 horas 1.226 nuevos positivos de Covid-19, de los cuales 133 corresponden a la comarca del Segrià, 349 a la ciudad de Barcelona y 894 a toda el área metropolitana, un 73% del total de contagios, según los datos difundidos este sábado por el Departamento de Salud.
La inexistencia de rastreo empieza a generar situaciones de saturación sanitaria en los hospitales catalanes, apuntan fuentes sanitarias a EL ESPAÑOL.
De momento, las autoridades catalanas hablan de "recomendaciones", como quedarse en casa y no salir de las zonas afectadas. Pero las medidas podrían endurecerse en las próximas hora en Barcelona y alrededores. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, informó en una entrevista en Catalunya Ràdio de que Barcelona habría alcanzado la "transmisión comunitaria".
La transmisión comunitaria tiene lugar cuando no se puede rastrear el origen de la mayoría de contagios. No obstante, Illa quiso matizar que la situación no se puede catalogar como una segunda ola del virus: “Creo que no podemos hablar de segunda oleada. Es una transmisión comunitaria que se tiene que controlar”.
Después de la región catalana, la situación en Aragón también preocupa. La región fronteriza con Cataluña ha acumulado 255 nuevos contagios en las últimas horas. Y, entre ambas, ya suman 1.481 afectados. Estas cifras han desencadenado el temor a una vuelta a los confinamientos domiciliarios o selectivos.
El director de la Unidad de Seguimiento en Cataluña, el epidemiólogo Jacobo Martínez, se pronunció en esta dirección cuando afirmó en la emisora Rac1 que la Generalitat no descarta decretar el confinamiento domiciliario en menos de 15 días si no mejoran los datos.
También en los países vecinos observan con inquietud los brotes. El nuevo primer ministro francés, Jean Castex, tiene previsto recibir este lunes por la tarde en su residencia oficial de Matignon a la vicepresidenta primera del Gobierno español, Carmen Calvo, que realiza ese día una visita a París.
El dirigente galo admitió que no se descarta un eventual cierre de la frontera con España por la situación epidémica en Cataluña y que se abordará con las autoridades españolas.
Focos en todas las regiones
Los focos locales del virus ya se encuentran repartidos por todo el territorio, aunque no todos corren el riesgo de descontrolarse.
En las últimas horas, el País Vasco ha registado 115 nuevos casos positivos detectados mediante pruebas PCR, -47 más que en la jornada anterior- de los que 63 corresponden a Guipúzcoa, 43 a Vizcaya y 9 a Álava.
En Galicia, un total de 59 personas mantendrán su aislamiento al menos hasta el martes en Betanzos (A Coruña) tras haber tenido contacto con alguno de los positivos del brote registrado en esta localidad. Son los que han dado negativo en las 60 pruebas PCR realizadas el jueves y que arrojaron un positivo.
Un brote de coronavirus en un entorno laboral ha provocado cinco casos positivos en Formentera, según ha informado la Conselleria de Salud.
En estos momentos, los equipos de rastreo están trabajando en la localización de contactos. Si bien, por respeto a la privacidad de las personas contagiadas, Salud no ha confirmado el nombre del local afectado.
El Departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha confirmado un total de 40 casos nuevos de infección por Covid-19, según datos preliminares del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN).
De estos 40 nuevos positivos, 18 estarían ligados a brotes registrados en los días precedentes. Se trataría de un brote ligado al ámbito familiar y que se repartiría entre Pamplona y una localidad del norte de Navarra.
En Murcia, el ejecutivo volvió a hacer un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad individual tras el incremento de casos detectados en los últimos días: se confirmaron 23 nuevos positivos, 15 de los cuales pertenecen al brote de la zona de ocio de Atalayas.