Las dos Castillas golpean a la hostelería y al comercio con fuerza. Primero fue Castilla y León adelantando a las 20:00 horas el toque de queda. Y ahora ha sido Castilla-La Mancha la que ha asestado un duro golpe a la hostelería y centros comerciales al decretar su cierre indefinido, aunque revisable cada diez días.
Para el sector esta es la gota que colma el vaso. “Calculamos que han cerrado ya 75.000 establecimientos en España”, señala el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, quien ve cómo estas medidas empeoran las previsiones de la hostelería. “Esto será la ruina para muchas empresas del sector”, señala.
Solo en Castilla-La Mancha hay 11.955 establecimientos de hostelería y restauración, según Hostelería de España con datos a cierre de 2019 (los más actualizados). Todos estos se verán afectados por las nuevas medidas.
Medidas que Yzuel asegura que son “contraproducentes” porque “cuanto más cierres hay en la hostelería, más rebrotes se producen al juntarse la gente en casas y espacios cerrados más pequeños”. Algo que, en su opinión, pasó en Cataluña y pone a Madrid como ejemplo de buen hacer al permitir al sector seguir trabajando sin duras restricciones.
Ante este panorama, la hostelería española mira a Semana Santa como el nuevo punto de inflexión siempre y cuando el ritmo de vacunación avance más rápidamente. Y mientras tanto, son conscientes de que les quedan dos meses y medio por delante “duros y complicados”.
Centros comerciales
Las restricciones de Castilla-La Mancha también incluyen el cierre de centros y superficies comerciales, exceptuadas las tiendas de productos básicos o higiene y las superficies por debajo de los 300 metros cuadrados.
Según los datos aportados por la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) a Invertia, en Castilla La Mancha hay 21 centros comerciales que suman en conjunto una superficie bruta alquilable de 500.445 m2. De estos, seis están en Toledo, seis en Ciudad Real, cinco en Albacete, y Cuenca y Guadalajara cuentan con dos cada una.
En total, reúnen 863 locales (de los cuales, el 87,8% son menores de 300 m2) y ponen a disposición del público una dotación de 25.660 plazas de aparcamiento.
Aunque la medida no afecte a locales de menos de 300 m2, los centros comerciales se verán muy afectados porque los grandes comercios son los que sirven de ancla a estos espacios que, por las restricciones de movilidad, perderán mucha afluencia.
Por ello, la decisión no ha caído bien en el sector. “Se ha demostrado que los centros comerciales son espacios seguros y no se justifican ni las medidas de cierre ni las restricciones a la movilidad”, indica a este medio Eduardo Ceballos, presidente de la AECC. De ahí que pida revisar los criterios de cierres, ya que “al comercio se le está haciendo mucho daño, tanto a las empresas como a los empleados”.