Carrefour llegaba a desplomarse un 7,6% este lunes en la Bolsa de París después de que el Gobierno francés haya vetado la compra de la cadena de supermercados por parte de la firma de alimentación canadiense Couche-Tard. Aunque ambas compañías seguirán conversando para estudiar alianzas, el adiós a una posible opa se traduce en caídas.
El descenso se esperaba desde que este sábado ambas empresas anunciaron que daban por finalizadas sus conversaciones de cara a una eventual fusión. La decisión llegó tras la firme oposición expresada por el Gobierno francés, que llegó a esgrimir razones de "soberanía alimentaria" para evitar la operación corporativa.
Este lunes, las acciones de la cadena de supermercados francesas llegaban a marcar mínimos intradía en los 15,34 euros por acción. Este precio iba incluso más allá de la cotización que marcaba antes de que Couche-Tard anunciase sus planes el miércoles pasado. Al cierre, el castigo se limitaba al 6,9%, hasta los 15,46 euros.
Colaboración abierta
El comunicado emitido por ambas empresas este fin de semana subrayó que, "a la luz de los recientes acontecimientos", habían decidido no seguir adelante con las negociaciones preliminares con vistas a una posible integración de las dos firmas después del acercamiento "amistoso" de la canadiense.
"Carrefour y Couche-Tard, sin embargo, han decidido ampliar sus conversaciones para examinar las oportunidades de colaboración", indicaron en referencia a las potenciales oportunidades de asociación en áreas como carburantes, volúmenes de compra, marcas y optimización de distribución.
En este mismo tono de discurso, el actual presidente y consejero delegado de Carrefour, Alexandre Bompard, ha destacado que "la creación de asociaciones innovadoras es una parte clave de la estrategia de transformación" del grupo francés antigua cabecera de la española Dia.
Aunque el Gobierno francés no se ha pronunciado formalmente sobre la operación, pues no ha llegado a consumarse en una oferta oficial, cerró la puerta de manera "cortés, pero definitiva" a la transacción al señalar que la inversión extranjera en sectores clave como la alimentación se había vuelto a limitar en esta pandemia.
Esta medida está en línea con las que han tomado otros muchos países europeos y de otras regiones en los últimos tiempos, incluido España. El Gobierno español ha reforzado recientemente el blindaje frente a cualquier inversión extranjera de peso en el mercado empresarial español y, más especialmente, en aquellos sectores considerados como críticos o estratégicos.