“Situación dramática y desesperada”. Así es como el presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil (Acotex), Eduardo Zamácola, resume a Invertia la situación del sector que, además, vaticina que se prolongará en el tiempo y llevará a una oleada de cierre de negocios y despidos motivados por dos factores nuevos: la posible subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y el precio de la luz.

“Subir el SMI nos obligaría a cerrar nuestros negocios y a pasar de los ERTE a los ERE”, asegura, a la vez que añade las subidas continuas del precio de la luz como un gasto extra que no todas las tiendas de moda podrán soportar. 

Y más teniendo en cuenta que en lo que va de año (hasta julio), el sector acumula caídas del 30% de ingresos en comparación con el mismo periodo de tiempo del año pasado, reconoce Zamácola. “Si no hay ingresos no podemos pagar más salarios”, denuncia. 

La campaña de verano ha sido todo lo positivo que podía esperarse. “Al principio del inicio de las rebajas vimos que no funcionaban mal, especialmente en moda nupcial y de eventos”, afirma. De hecho, en julio las ventas llegaron a crecer un 1% tras encadenar caídas todo el año, según Acotex.

Sin embargo, a medida que avanzaba el verano y la variante Delta provocaba más restricciones, la situación parecía empeorar. Ni tan siquiera el turismo nacional ha contribuido a mejorar los datos en un sector que todavía está esperando las ayudas prometidas por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Por eso el temor a los cierres y despidos va en aumento y en línea con lo ocurrido el pasado año. La pandemia provocó en 2020 que el número de puestos de trabajo que genera el comercio textil descendiera un 13,4%, pasando de emplear a 199.112 personas en 2019 a 172.432, según el informe anual ‘El Comercio Textil en Cifras’.

En 2020 tampoco fueron positivos los datos referidos al número de puntos de ventas, ya que se perdieron un 23,9% de tiendas en el último año. De las 61.891 que existían en 2019, sólo resistieron a la pandemia 47.101 hasta diciembre de 2020. 

Y no solo el pequeño comercio es quien sufre las consecuencias de la pandemia. Cabe recordar que H&M anunció un plan de 1.000 despidos y el cierre de 30 tiendas e Inditex reducirá entre 250 y 300 el número de establecimientos en España. 

Incertidumbres

A todo ello se suman otros factores que inquietan a la industria textil. Entre las incertidumbres que vive el sector se encuentra la prórroga de los ERTE, vital para que algunos negocios puedan seguir sobreviviendo. La buena noticia es que parece que el Gobierno quiere ampliarlos. 

Ayer, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, confirmó que la intención del Gobierno es prorrogar este instrumento más allá del 30 de septiembre. 

Si bien indicó que habrá que hacerlo "en los parámetros que generen más empleo". Esto implicará, con toda probabilidad, una revisión de las exoneraciones a la Seguridad Social vinculadas a los ERTE.

A esto hay que añadir otras dudas, como qué ocurrirá con la vuelta al cole y a las oficinas. “No sabemos si el regreso a esta normalidad traerá más brotes, confinamientos y nuevas restricciones”, apuntan desde Acotex.

En definitiva, desde la patronal señalan que “es un sector muy tocado por las restricciones de movilidad, las promociones agresivas, la subida de la luz y de los costes laborales al que ahora se añade el incremento del SMI”. Un cóctel molotov que no augura buenos tiempos a corto plazo. 

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