El campo español vive su particular infierno desde hace meses, especialmente el sector lácteo, que no ha dejado de manifestarse en las últimas semanas. La tormenta perfecta provocada por los elevados costes de producción (energía, combustibles, pienso…) unido a los bajos precios que los grandes fabricantes pagan hacen que el sector esté al límite. Tanto que alertan de que si esto continúa así, no llegarán a abril.
Y los cierres ya se están produciendo. Según cálculos de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), cada dos días cierra una explotación ganadera y la viabilidad de muchas de ellas pende de un hilo por la previsible continuidad en el encarecimiento de los costes de producción. De hecho, la cifra de ganaderos ya está por debajo de los 11.000.
El origen del problema está en que el coste medio de producir un litro de leche es de 0,35 euros, según el Ministerio de Agricultura. En algunas explotaciones llega hasta 0,40 euros. Sin embargo, la industria está pagando al ganadero en torno a 0,35 y 0,36 euros por litro. Por lo que los ganaderos aseguran estar vendiendo por debajo de los costes de producción.
Costes de producción como el incremento de un 30% del precio de los piensos de los animales. Por ejemplo, en una explotación de 80 vacas estamos hablando de 3.000 euros más al mes a comparación con 2020, según cálculos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Problemas con fabricantes
El problema es que los contratos pactados (de una duración media de un año) con los fabricantes de leche se firmaron antes de que los costes de producción se dipararan. Y aquí, las organizaciones agrarias denuncian que algunos fabricantes se niegan a pagar más. En el ojo del huracán está Lactalis -aunque no es la única-. Es en la multinacional francesa donde más actos de protesta se han llevado a cabo.
“No han movido ni un dedo porque tienen la leche contratada hasta marzo”, denuncia a este medio Charo Arredondo, responsable de ganadería de COAG, quien denuncia que “menos de 0,4 euros no nos pueden pagar los fabricantes porque no cubrimos el coste de producción”.
La compañía se defiende. “Desde Grupo Lactalis seguimos en un proceso de negociación con los ganaderos y manteniendo reuniones con las asociaciones sindicales. Es necesario entender que hablamos de una situación muy compleja y, sobre todo, multifactorial. El precio promedio de venta al consumidor de la leche en los puntos de comercialización apenas ha aumentado un 1,8% entre 2017 y 2021, según los últimos datos de la consultora de mercados Nielsen, cifra muy por debajo del IPC”.
Además, alegan que ellos también sufren “el incremento inédito que estamos sufriendo, por encima del doble dígito, en algunos costes de producción”. Por todo ello, afirman que están trabajando para mejorar las condiciones suscritas actualmente con los ganaderos.
Otras como Nestlé también confirman “estar en negociaciones con los ganaderos”. Ello no impidió que un millar de ganaderos protestaran ante la fábrica cántabra de Nestlé hace unas semanas.
En algunas reuniones ya ha habido algunos avances, como Calidad Pascual, que subió 0,01 euros el precio que pagaba a los ganaderos en septiembre y hará lo mismo en enero, apuntan desde COAG.
“Seguiremos evaluando el escenario actual para, en la medida de lo posible, dar la mejor respuesta a sus necesidades y ofrecerles las mejores condiciones, como llevamos haciendo desde hace más de 50 años”, señalan fuentes de Calidad Pascual a EL ESPAÑOL-Invertia. Además, recuerdan que el 85% lleva con nosotros más de 15 años y somos la compañía productora con la menor tasa de abandono de ganaderos.
Contratos a largo plazo que también defienden desde Danone. “Hemos establecido un modelo de gestión sostenible y de proximidad con las granjas familiares con las que trabajamos y que nos aprovisionan de leche fresca y local, basado en contratos a largo plazo, el relevo generacional y el bienestar animal”, apuntan.
Supermercados
Esto es una cadena en la que los ganaderos son el primer eslabón y el más perjudicado. Si la distribución (es decir, los supermercados) no suben los precios en los lineales, los fabricantes, que son los que les venden la leche a estos, no pueden tampoco pagar más a los ganaderos.
Y eso que la principal cadena de supermercados de España, Mercadona, dio un paso adelante para calmar los ánimos al anunciar en verano que subía el precio de la leche. A partir de septiembre, la cadena de distribución no vende este producto por debajo de los 0,60 céntimos el litro. “Es un gesto que solo ha hecho Mercadona y que el resto de cadenas no han llevado a cabo”, denunció el presidente de Asaja, Pedro Barato.
Pero no es suficiente. “Las cadenas de distribución han anunciado una subida pero, por el momento, esta solo se ha producido en leche líquida y exclusivamente en sus propias marcas, sin variar el precio de las marcas de fabricante o de las leches especiales”, señalan fuentes de Lactalis.
Para que los ganaderos no pierdan, los supermercados no deberían de vender la leche por debajo de 0,70 euros. Algo que no se está produciendo. Por ello, la viabilidad del sector está cada vez más comprometida hasta el punto de que la supervivencia de muchos ganaderos está en entredicho.
¿Y qué ocurriría si cierran la mayoría de las explotaciones ganaderas españolas? “Hay que hacerle ver al consumidor que deben comprar la leche a más de 0,7 euros” porque “si cerramos, la leche vendrá de fuera”, explican desde COAG.
Y eso implica que la leche será de otra calidad, a otro precio y dependerá de otros países. Y ya sabemos qué pasa cuando la producción de un bien de primera necesidad depende de otro país. Lo vimos con las mascarillas.
Ley de la Cadena
Otras de las soluciones que, además es afín a ganaderos, fabricantes, cadenas de distribución y Gobierno, es que se comience a aplicar la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria. Esta ha sido aprobada este mismo jueves en el pleno del Congreso.
Cabe recordar que la norma obliga a cada operador a pagar un precio igual o superior al coste de producción e impide la venta final a un precio inferior al precio real de adquisición, extendido a todos los eslabones de la cadena. Eso quiere decir que no se puede pagar a un ganadero por debajo de los costes de producción.
Por otro lado, en la tramitación parlamentaria se habilita al Observatorio de la Cadena a elaborar, publicar y actualizar periódicamente índices de precios y de costes de producción.
“La Ley de la Cadena Alimentaria supone un avance en la transparencia sobre la formación de precios y el reparto de valor en la cadena alimentaria y que confiamos redunde en beneficio de todo el sector lácteo; siendo un avance importante para todos”, señalan desde Pascual.
Desde la compañía reconocen que “no es un problema de un único actor de la cadena” y abogan para que la solución pasa por el equilibrio en las relaciones comerciales de todos los actores de la cadena de suministro, con el apoyo también del ámbito público.
Es un reto colectivo y tenemos que aportar soluciones conjuntas, equilibradas, justas y consensuadas entre todos. Sin embargo, la solución aún no ha llegado y muchos ganaderos quizás no puedan esperar mucho más.