El Gobierno aprobó un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) para el sector agroalimentario dotado con 1.002 millones de euros de inversión pública hasta 2023. Con este se pretende transformar toda la industria en su conjunto y poner fin a muchos de sus problemas, como la sequía

De hecho, dentro del mismo se busca fomentar el regadío sostenible, una de las medidas necesarias para hacer frente a la sequía, según el propio ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

Por ello, y en el marco de las inversiones, se va a ejecutar un ambicioso plan para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de los regadíos españoles, que incluye una serie de actuaciones destinadas a promover el ahorro de agua y la eficiencia energética en los regadíos. 

“Estas inversiones de modernización de regadíos permitirán incentivar el uso de fuentes de agua no convencionales en estos sistemas de producción, la generación de autoconsumo eléctrico con fuentes de energía renovable y la incorporación de tecnologías y herramientas digitales en las comunidades de regantes”, detalla el Ministerio. 

Algo necesario teniendo en cuenta que el 50% del campo español se encuentra ya en situación de alerta por sequía, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), quien alerta de que si no llueve de forma significativa en las próximas tres o cuatro semanas, los secanos podrían ver dañados sus rendimientos entre un 60% y un 80%.

Digitalización

Una de las partidas más importantes de este PERTE es la de digitalización (454,35 millones de euros). Aquí se incluye el despliegue del 5G en el ámbito agrícola (con una aportación de 15 millones) o la implantación del kit digital (275 millones).

Este último apartado pretende impulsar la digitalización de las pequeñas empresas (de 10 a 49 empleados), las microempresas (de 1 a 9 empleados) y los trabajadores autónomos de cualquier sector de actividad económica para la adopción de soluciones de digitalización básicas disponibles en el mercado que les permitan disponer de presencia en internet, como poner en marcha una tienda online.

Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de empresas que se beneficiarán de estas ayudas procedentes de Europa son pymes. En concreto, en España hay 30.500 industrias agroalimentarias. De ellas, un 96% son de menos de 50 trabajadores y un 79% no llegan a los 10 trabajadores.

Con este PERTE también se pretende dar respuesta a las crecientes exigencias del consumidor en relación al consumo alimentario, en aspectos como la salud y la seguridad alimentaria; garantizar el relevo generacional de la actividad agraria en España; o reforzar el papel de las mujeres a lo largo de toda la cadena de valor, entre otros muchos objetivos.

Principales cifras

Cabe recordar que los 1.002 millones se dividen en: 400 millones para incrementar la competitividad de la industria agroalimentaria; 454 millones de euros de apoyo a la adaptación digital de los agentes de la cadena de valor; y 148,56 millones de euros de apoyo a la investigación y la innovación.

Por tanto, el objetivo del PERTE es triple: incrementar la competitividad mediante actuaciones de digitalización e inteligencia artificial; fomentar la sostenibilidad mediante el ahorro energético, el tratamiento del agua o la puesta en marcha de prácticas de reciclado; y garantizar la trazabilidad y seguridad alimentaria de cada proyecto participante en el PERTE.

Los fondos solo se podrán compatibilizar con las de la Política Agraria Común (PAC) si son fondos destinados para una actuación global.

Se espera que tenga un impacto -en un escenario conservador- de 3.000 millones de euros, estimándose además una creación neta de hasta 16.000 empleos. 

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