La cumbre europea extraordinaria celebrada el jueves en Bruselas propuso una batería de sanciones sin precedentes contra Rusia por su ataque a Ucrania. Entre los objetivos, se pretende afectar al 70% de su sistema bancario atacando a sus bancos. Entre ellos estará Alfa Bank. Entidad bancaria fundada por el dueño de la cadena de supermercados Dia. 

Nos referimos al magnate Mikhail Fridman, que controla cerca del 77% de Dia. Tras la caída de la URSS, Fridman constituyó un banco comercial, Alfa Bank, que controla a través de la sociedad ABH Holdings. Es uno de los bancos privados más importantes de Rusia.

A este banco, junto a Bank Okritie, se les impedirá refinanciarse en los mercados europeos. El motivo es que, aunque sea un banco privado, la UE considera que está ligado al régimen. Su cercanía al régimen y las sanciones podrían afectar a la elevada fortuna del magnate.

A 31 de marzo de 2021, su fortuna asciende a algo más de 12.000 millones de euros, según el índice de multimillonarios mundial de Bloomberg, donde se sitúa en la posición número 140. Pero con el paso del tiempo ha ido menguando. Hace cuatro años estaba en el puesto número 94. Además, ya no está entre los 10 rusos más ricos. 

Lo más curioso es que este multimillonario nació en Ucrania (1964), país que ha invadido Rusia y por el que podría sufrir sanciones la entidad bancaria de la que es fundador y uno de sus propietarios. Si bien es cierto, en aquella época Ucrania pertenecía a la URSS, por lo que tiene nacionalidad rusa. Actualmente vive en Londres, según varios medios internacionales. 

Paralización del Nord Stream 2

Además de las sanciones bancarias, Fridman también se ha visto afectado por la decisión de Alemania de paralizar la construcción del gasoducto Nord Stream 2.

Gazprom, de propiedad estatal y con sede en Moscú, es el único accionista del proyecto y ha proporcionado hasta el 50% de la financiación del proyecto. El resto corre a cargo de otras empresas, entre ellas Wintershall Dea.

Wintershall Dea es propiedad mayoritaria del grupo químico alemán BASF. Tiene tres empresas conjuntas con Gazprom en el país, incluso en Siberia occidental. Su accionista minoritario es LetterOne, que está controlada por Fridman. 

Dicha empresa avisó de que esperaba recibir una compensación por los 730 millones de euros que ha invertido en el proyecto si las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania impidieran que entrara en funcionamiento, según publica ‘The Financial Times’.

Llegada a España

Aquí en España es conocido por tomar el control mayoritario en Dia desde hace unos tres años. La cronología, a modo de resumen, es la siguiente: el 27 de julio de 2017, Fridman -a través de LetterOne- entró en el capital de Dia haciéndose con un 10% por algo más de 320 millones de euros. Pero no fue hasta 2019 cuando Mikhail Fridman tomó el control de la compañía (con casi el 70%) tras lanzar una opa.

En pleno asalto a la cadena, los accionistas minoritarios de Dia se opusieron a la opa de Fridman sobre Dia. También lo hicieron recientemente en la ampliación de capital. En ninguna de las dos ocasiones que alzaron su voz contra los planes del magnate ganaron. Por lo que el empresario se hizo con el control sin muchos problemas.

El balance, para la compañía, no ha sido el más deseado. En plena pandemia, Lidl consumó su sorpasso a Dia y le arrebató dicha posición. La cadena de Fridman perdió 0,6 puntos, hasta el 5,8% de cuota de mercado. Lejos de recuperarse, en lo que va de año Dia sigue perdiendo cuota. Concretamente ya está en 5,2%. Cifra muy por debajo de su récord en 2015 (8,6%). 

Además, ahora mismo se encuentra inmersa en un proceso de transformación que ha derivado en el cierre de tiendas, cambios en la marca blanca y un nuevo sistema para franquiciados.

Pasado de Fridman

El magnate ha estado envuelto en varios escándalos. Sus negocios están vinculados con Vladímir Putin y con las injerencias rusas que llevaron a la victoria electoral a Donald Trump. También ha sido investigado por el FBI y multado en EEUU. Y aquí en España se le relacionó con la quiebra de la empresa Zed, pero finalmente la Audiencia Nacional le exculpó.

En el capítulo del petróleo, sus negocios se encuentran relacionados con una de las peores catástrofes medioambientales vividas en España: el hundimiento del Prestige en las costas gallegas. El petróleo del Prestige pertenecía a una sociedad de comercio llamada Crown Resources.

Esta sociedad era propiedad de Alfa Group en el momento del desastre. Tras el desastre, su consorcio ruso vendió todas las acciones de Crown Resources por el daño causado a su imagen corporativa. 

También hizo fortuna con el petróleo a través de la participación en TNK, una antigua compañía petrolera estatal con intereses en varios campos petrolíferos de Siberia Occidental con la que tuvo encontronazos con BP. Y, por último, es propietario de la cadena de distribución rusa X5 Retail (el ‘Mercadona ruso’).