La prohibición de pescar en 87 zonas para proteger los ecosistemas marinos vulnerables y que afecta directamente a los buques españoles sigue estando vigente y no será revisada por la Comisión Europea hasta finales de año. De esta forma, se alarga aún más esta situación que deja tocado al sector pesquero español. 

En septiembre, la Comisión Europea tendrá sobre la mesa un informe sobre el impacto socioeconómico que tendrá que revisar para dar una resolución. “Por lo que no habrá resolución hasta finales de año”, según el presidente de Pesca España y de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat. 

Eso quiere decir que, como mínimo, los buques españoles afectados -500 inicialmente- no podrán faenar en estas zonas prohibidas por motivos medioambientales. El reglamento se publicó el 19 de septiembre y entró en vigor el 9 de octubre de 2022. Y aquí existe el temor desde el sector pesquero a que las zonas de prohibición se amplien tras la revisión. “Se podrían cerrar más zonas de mayor tamaño”, apunta Garat.

Impacto

Inicialmente, este reglamento de ejecución prohíbe todas las actividades pesqueras que conllevan contacto con el fondo marino (arrastre, palangre, enmalle, etc.) en 87 zonas de pesca que abarcan 16.419 km2, entre los 400 y 800 metros de profundidad. Sin embargo, en medio de este malestar, hay solo un punto positivo para la pesca de arrastre.

Y es que el Gobierno detectó incongruencias en la batimetría (profundidad) y cartografiado de las áreas inicialmente prohibidas. Se quejaron de ello y consiguieron que la Comisión Europea confirmara por escrito la no aplicación del reglamento sobre ecosistemas marinos vulnerables de los 0 a 400 metros de profundidad. 

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Esto supone que parte de la flota española de arrastre podrá mantener la actividad en 41 de las 87 áreas que habían sido vetadas. Pero los que no se salvan son la flota de palangre, un tipo de arte consistente en lanzar una línea con miles de anzuelos al mar que a su vez está unida a otra línea más grande que está situada en el fondo o suspendida. “No se ha usado información científica para el arte del palangre de fondo”, denuncian fuentes del ministerio. 

Esta medida afecta de lleno a 59 buques de palangre. Se trata de la flota que pesca la merluza de pincho. Y, más concretamente, impacta duramente en los palangreros de fondo del Puerto de Celeiro y de la Organización de Productores Pesqueros de Burela (Lugo), al capturar en estas zonas en torno al 75% de merluza. También afecta a la flota que faena en aguas comunitarias, como el Gran Sol, un caladero situado en el Atlántico Norte.

Nueva campaña

En este sentido, Pesca España ha lanzado su última campaña ‘Metapesca.org’. El objetivo es llamar la atención sobre las consecuencias que podría tener tanto para el sector como para los ciudadanos que se siga poniendo a la pesca en el centro de los problemas medioambientales que sufren los mares y océanos. 

La campaña expone una realidad paralela en la cual el sector pesquero se va a otro universo y solo tiene cabida en el Metaverso, visibilizando así su importancia en la sociedad y la complicada situación actual que está atravesando el sector.

“El sector pesquero español, representa el 20% de la producción de la Unión Europea, trabaja con los más altos estándares de calidad y sostenibilidad y está totalmente comprometido con la protección de los mares y su biodiversidad, pero a pesar de ello, se ve amenazado constantemente por decisiones arbitrarias que están ahogando al sector”, señala presidente de Pesca España, Javier Garat.