Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu.

Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu.

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Sergio Fuster (Codorníu): "Estas Navidades puede haber escasez de botellas de cava en el mercado”

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El cava vive un momento muy dulce en España y en el mundo. Lo hace en términos de consumo, de demanda y de una calidad que le permiten mirar de tú a tú a su eterno rival, el champagne. No obstante, el sector se enfrenta a una campaña de Navidad con ciertas amenazas, como la falta de botellas por los problemas que han generado los últimos años de sequía en la Denominación de Origen Cava.  

De esta problemática alerta Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL-Invertia. “En algún momento puede haber escasez de botellas de cava en el mercado a nivel general”, advierte. Una situación que, en principio, asegura que no afecta a la compañía catalana ni a los precios.

“No prevemos durante la campaña navideña ningún incremento de precios”, apunta el directivo, que va más allá al asegurar que harán todo lo contrario: “Más bien tenemos planes promocionales más agresivos que el año anterior porque nos gusta seguir compitiendo y creciendo”.

Eso no quita que hayan tenido que realizar ajustes de precio por la inflación. En concreto, han subido entre un 3% y un 4% los precios al año. “Eso es sustancialmente menor a la inflación general y al promedio de la categoría del mercado”, indica. 

Un mercado que no se ha librado de los años de sequía como ya hemos comentado. Cabe recordar que Freixenet tuvo que poner en marcha este año un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) debido a la falta de lluvias. Algo de lo que se ha librado Codorníu ya que como relata Sergio Fuster cuentan con 3.000 hectáreas de viñedo en Raimat (Lleida). “Esta zona se riega con agua que procede de las nieves del Pirineo. La sequía afecta al Penedés”, explica.

Eso hace que la compañía vinícola tire más de esta zona para producir cava. “Nuestra producción en Raimat ya supone más de la mitad de nuestra necesidad de uva para cava”, detalla. Codorníu vende cerca de 60 millones de botellas anuales, un poco más de la mitad es cava y el resto es vino. Dentro del cava, poco más de la mitad viene del suministro propio de esta zona.

Bodega de Codorníu.

Bodega de Codorníu.

Por otro lado, la empresa ha firmado contratos plurianuales con viticultores que están muy ligados a la transición ecológica “garantizando cierta estabilidad en las compras y en los precios”.

Esta estrategia les permite afirmar que “con la mitad de uva propia y la otra mitad con contratos plurianuales, la situación de suministros ha sido, es y será siempre mejor al promedio de lo que pase en la zona cava”. Y al contrario de lo que vaticina que pasará en el sector, Fuster sostiene que “no hemos tenido faltantes y ni prevemos tener faltantes en los próximos dos años”.

Récord de ventas

Esta situación ha permitido a Raventós Codorníu cerrar su último ejercicio fiscal (julio 2023-junio 2024) con los mejores resultados de los últimos 10 años. La compañía ha alcanzado una facturación de 232 millones de euros, un 4% más que en el anterior ejercicio y ha registrado un crecimiento del 15% en Ebitda, alcanzando los 39 millones de euros.

“Llevamos cuatro años en la misma senda y con niveles superiores a los históricos y a los años prepandemia. Es un año de mucha satisfacción en un contexto macroeconómico global que no es el más favorable”, apunta el directivo. 

Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu.

Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu.

En este sentido, Raventós Codorníu prevé aumentar entre un 3% y un 5% las ventas en el próximo ejercicio y superar los 240 millones de facturación, una cifra nunca vista en sus balances. 

A nivel global, la bodega catalana ya alcanza el 12,3% de la cuota mundial de cava (volumen), creciendo un 4% en ventas respecto al año anterior. En exportación, la empresa ya crece un 42% frente a 2018. Destaca especialmente el incremento de ventas respecto al año previo en países como Reino Unido (2%), México (244%), Japón (7%), Suiza (40%), Finlandia (14%) o Brasil (74%).

La compañía está presente en más de 90 países, en algunos de ellos es más fuerte con el cava (como EEUU y Japón) y en otros con el vino (Argentina y México). “Es muy importante seguir creciendo en EEUU, Inglaterra, Países Nórdicos, Japón y México”, asegura. 

De hecho, es fuera de nuestras fronteras donde Codorníu apuesta más por los vinos de baja graduación alcohólica o sin alcohol buscando atraer a un segmento de público más joven y que no consume alcohol. Se trata de una tendencia que, tal y como explica Sergio Fuster, se ve más en países como EEUU que en España. Y los resultados no son malos. “Codorníu Zero lleva años en el mercado y va creciendo entre un 20% y un 30%”, dice.

Donde no parece que la bodega se vaya a posicionar es en China. Aquí, el CEO cuenta que hubo un boom de vino tranquilo tras la pandemia de la Covid que después se desvaneció. Codorníu también salvó los muebles en este sector porque “lo máximo que llegamos a facturar allí fueron 2 millones en un contexto en el que facturamos 232 millones”, precisa. Ahora sus ventas rondan el millón de euros.

“Si ha habido muchas bodegas con apuestas importantes en China que han tenido que retroceder posiciones porque el mercado literalmente se ha desplomado un 80% desde 2021 hasta ahora”, manifiesta. 

Cava VS. Champagne

En paralelo a este crecimiento e internacionalización, Codorníu está inmerso en la eterna batalla entre champagne y cava, que parece que cada vez más se inclina del lado español. “En los últimos 15 años el cava ha sufrido en términos relativos en cuota de mercado de vinos espumosos contra champagne y prosecco, pero en los últimos cuatros años esa situación se ha revertido”, ratifica Fuster.

En el último año, el consumo de cava en España ha superado al del resto de espumosos, consolidando su liderazgo en el mercado. En 2024, el cava alcanza una cuota del 57,5%, con un crecimiento de un punto porcentual.

Por su parte, el champagne registra una cuota del 12%, pero con una caída de 0,9 puntos. El prosecco, por su parte, aumenta en 0,2 puntos y obtiene una cuota menor del 1,1%, según NielsenIQ.

Pero, ¿qué ha ocurrido? La unión del sector y la estrategia de valor liderada por la DO Cava, que hace poco activó una nueva clasificación y una nueva apuesta para que el consumidor sepa entender la diferencia entre un cava de tres euros y uno de 20, recuerda Fuster.

Esto ha hecho que haya un mercado para todos los públicos y que “ahora mismo se está bebiendo el mejor cava de la historia porque hace 20 o 30 años no se sabía envejecer el cava como ahora. Ahora los cavas de cinco o siete años por su calidad no tienen nada que envidiar al champagne”, afirma.

Un motivo de orgullo para el directivo que cree que esto “hace subir el prestigio de la DO, de cava a nivel de España y en el mundo y que plantemos cara a competidores tradicionalmente de mayor precio como el champagne”.

Bodega de Codorníu.

Bodega de Codorníu.

Pero, ¿qué hay de realidad en que el champagne es más caro porque es mejor? “Lo que existe de real es que en términos de calidad un cava es 100% comparable con un champagne”, responde el máximo ejecutivo de la bodega, quien revela que mucho de estos elevados precios tienen que ver con las estrategias de marketing del producto francés.

Además, desde Codorníu consideran que la estrategia de apostar por cavas de gama medio y alta gama es consistente en el mercado internacional y esto unido a que champagne ha tenido años de producciones cortas, “se ha abierto más el hueco para que los cavas de calidad compitan con champagne”.

En definitiva, para Fuster “Cava está viviendo un momento muy dulce y hay que seguir apostando por esta estrategia de valor y sostenibilidad. Hay una transición hacia el cava ecológico donde somos líderes mundiales y eso ayuda mucho”.