En la próxima década España tendrá que aumentar su capacidad renovable en 59.000 MW. Además de lo que se había pensado instalar con las subastas de 2016 y 2017, pero ¿son necesarias las subastas para alcanzar tan ambiciosos objetivos recogidos en el Plan de Energía y Clima (PNIEC)?
"Todos los activos regulados son mucho más interesantes para las entidades financieras porque se aseguran un retorno gracias a asegurarse la retribución, pero eso también lo que provoca es una distorsión en el mercado", explica a Invertia Luis Villar, Head of Consultancy, Policy, Regulation & Strategy en Mercados-Aries International, "y cuantas más distorsiones haya, menos va a funcionar de una manera racional".
"Podría ser que se pudiese instalar toda esa potencia renovable sin subastas, pero si se deja en manos del mercado, lo más probable es que las pequeñas y medianas empresas, o entidades locales o cooperativas se queden fuera y al final sean las grandes 'utilities' las que puedan llevar a cabo la incorporación de nuevos MW renovables en España", explica por su parte José Donoso, director general de la asociación fotovoltaica UNEF, "de ahí la importancia de convocar subastas en España".
"Y ahora aún más con la caída de los precios en el mercado eléctrico como consecuencia de la pandemia", continúa Donoso, "la financiación se ha hecho más complicada y si no se convocan subastas, solo los que tengan suficiente músculo financiero podrán hacerlo".
Proyectos de subastas o 'merchant'
En el año 2019, la potencia renovable instalada en España creció un 10% con la entrada en funcionamiento de 6.456 nuevos MW 'verdes', según datos de REE. De esta cifra, 5.689 MW, más del 88% del total, correspondieron a las subastas celebradas en el año 2017 y el resto, 767 MW, a instalaciones renovables no adscritas a este procedimiento.
Sin embargo, eso no significa que el resto se hayan construido a merchant, es decir, que su ganancia solo dependerá del precio que consigan por su producción en el mercado mayorista.
"Las subastas de renovables hace que no todas compitan en igualdad de condiciones en el pool, incluso, si se fuerza la capacidad renovable, se puede provocar la 'canibalización'", continúa Villar, "por eso, es mejor dejar al mercado que se autorregule, para evitar que esas distorsiones no reflejen la situación real".
El PNIEC prevé para el año 2030 una potencia total instalada en el sector eléctrico de 157 GW, de los que 50 GW serán energía eólica; 37 GW solar fotovoltaica; 27 GW ciclos combinados de gas; 16 GW hidráulica; 8 GW bombeo; 7 GW solar termoeléctrica; y 3 GW nuclear, así como cantidades menores de otras tecnologías.
La alternativa a las subastas, los PPA
La gran mayoría de la potencia que se construye al margen de las subastas suelen tener adscrito un contrato de PPA, un acuerdo de compra venta de energía. "Habría que dinamizar el mercado de PPA en España, y que la banca no obligue o no exija a las empresas que buscan financiación que tengan un rating crediticio para poder solicitar préstamos", añade el experto de Mercados-Aries International.
"De esta manera podría haber otros 'offtackers', agrupando pymes, pequeños productores, etc., que pudieran obtener financiación para sus proyectos".
Otra vía para fomentar este mercado sería movilizando el sector público. "Si se conoce el coste administrativo de presentar una licitación pública de contratación de suminsitro eléctrico a lo mejor resultaría mucho más rentable que la Administración pública participara también en este tipo de contratos".
Pero también, con una regulación que acompañe e incentive la firma de acuerdos de compra venta entre vendedores y compradores de energía.
Hay otras voces que proponen otros modelos alternativos. Javier García Breva, experto en el sector eléctrico y presidente de N2E, propone que en vez del modelo estándar de subastas haya licitaciones dirigidas exclusivamente a proyectos de generación distribuida, de autoconsumo, de comunidades de renovables y de entidades locales.
En cualquier caso, el Gobierno tiene previsto lanzar nuevas subastas de renovables este año y aunque ya se conoce mucho sobre los requisitos y los objetivos que pretende, aún falta por saber el detalle de su funcionamiento.