El precio del petróleo sigue subiendo por cuarta semana consecutiva pero esta semana ha repuntado un 1,6% alcanzando los 46 dólares/barril, en el caso del Brent, y del 1,5% del WTI (43,48 dólares), por varias razones localizadas en puntos muy distantes entre sí: EEUU, Emiratos Árabes y China.
En el continente americano, las refinerías de la costa del Golfo de Estados Unidos han sufrido las consecuencias del paso del huracán Laura, teniendo que paralizar su producción y provocando un cierre de más del 80% y casi 3 millones de barriles por día menos.
Una vez que ha llegado la calma se ha podido hacer recuento de daños y, por el momento, no son lo suficientemente graves como para no comenzar a reiniciar su actividad, aunque se espera que tarde algunas semanas. Si bien Laura fue uno de los huracanes más poderosos que jamás haya azotado Louisiana, las instalaciones en el sureste de Texas evitaron lo peor de la tormenta, permitiendo que la infraestructura allí comenzara el proceso de recuperación.
Entre los que enfrentan reparaciones más extensas, Citgo Petroleum Corp. ha dicho que su refinería en Lake Charles, Louisiana, sufrió daños por fuertes vientos y probablemente no verá un reinicio inmediato. A pesar del contratiempo en la producción, las reservas de gasolina de EEUU permanecen en su nivel estacional más alto en décadas.
"La demanda de gasolina sigue siendo baja, los inventarios son altos" mientras persiste la pandemia, ha asegurado Michael Hiley, jefe de comercio de energía extrabursátil de LPS Futures, a Reuters. "Si alguna vez hubo un momento en el que pudiéramos tolerar perder algo de capacidad de refino, es ahora".
China reduce importaciones de petróleo
El dato más preocupante viene del lado de la demanda. Por primera vez en cinco meses, China reducirá en septiembre las importaciones de petróleo. Según Bloomberg, el número de superpetroleros que transportan crudo al país ha caído a su nivel más bajo desde fines de marzo.
El número de transportistas de crudo muy grandes y extragrandes que señalan a China en los próximos tres meses se redujo de dos a 79 la semana pasada, en comparación con un promedio estacional de unos 88 petroleros.
Mientras tanto, la desaceleración de la demanda está dando como resultado márgenes más débiles para la producción de combustibles, lo que reduce el incentivo para que las refinerías compren más crudo.
En Europa, el beneficio de convertir el crudo en diesel se debilitó a su nivel más bajo desde junio el jueves, mientras que el de la gasolina en Estados Unidos fue el más bajo desde abril.
Emiratos Árabes reduce la producción
La subida del petróleo también ha tenido que ver con el anuncio por parte de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, ADNOC, uno de los principales productores de energía del mundo, de recortar en un 30% en los suministros de crudo a partir de octubre.
Es una decisión que ha provocado una mayor tensión de los precios sobre todo si se compara con el recorte del 5% en septiembre. La decisión se ha tomado siguiendo las instrucciones del Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos para cumplir con su compromiso sobre el reciente acuerdo OPEP +.
"Con la demanda recuperándose gradualmente, esto permitirá que el mercado absorba mejor el exceso de inventario de principios de este año", dijo el economista de OCBC Howie Lee.
"Es probable que el petróleo aumente lentamente en pasos modestos y no salga disparado de la boca del pozo", dijo el analista de Asia-Pacífico de OANDA, Jeffrey Halley, "los abundantes suministros a corto plazo y la fragilidad de la recuperación global moderaron las ganancias de precios", pero no han evitado que el precio siga subiendo.
Dificultades de supervivencia de las petroleras
Pese a la leve subida del precio del petróleo no es suficiente para que las compañías petroleras estadounidenses (aunque es extensible al resto) dejen de recortar sus presupuestos para conservar el efectivo y sobrevivir. No es el momento para gastarlo en comprar más compañías.
En los últimos años (de 2016 a 2019), las compañías de petróleo y gas invirtieron más de 156.000 millones de dólares en adquisiciones corporativas y acuerdos durante el segundo auge del esquisto en Estados Unidos, en una apuesta masiva de que los buenos tiempos continuarían y los precios del crudo subirían. Muchos de esos acuerdos se han convertido en un albatros financiero.
Eso deja a pocas empresas con el dinero o el apetito para comprar activos en dificultades. Unos 150 productores de petróleo y gas de América del Norte podrían enfrentarse a la bancarrota para fines de 2022, según Rystad Energy, si los precios del crudo se mantienen cerca de los niveles actuales.
Muchas de ellas podrían sobrevivir si el crudo Brent estuviera por encima de los 50 dólares el barril, según Wood MacKenzie. El almacenamiento de combustible está a rebosar en todo el mundo y la demanda de combustible ha tardado en recuperarse incluso cuando se alivian los bloqueos globales.
Los inversores desconfían de las acciones de las petroleras, ya que el mercado bursátil de EEUU de energía S&P500 ha bajado un 40% este año, incluso cuando se tocaron nuevos máximos en agosto.
Compañías petroleras como BP, Occidental Petroleum Corp y Exxon Mobil Corp, que realizaron compras muy publicitadas, han perdido un valor sustancial.
En mayo de 2019, Occidental compró Anadarko Petroleum por 38.000 millones de dólares, asumiendo una deuda para superar la oferta de la petrolera Chevron Corp. La compañía combinada valía alrededor de 80.000 millones cuando se anunció el acuerdo, pero ahora vale solo 12.100 millones, según publica Reuters.
Existen pocas estrategias de salida para las empresas que tienen activos y superficie no deseados. Algunos, como Occidental, buscan vender activos para pagar deudas a pesar de que los compradores son escasos. Es probable que otros se vean obligados a deshacerse de las apuestas con pérdidas.