La Comisión Europea ha dado su visto bueno este viernes a la adquisición de la filial española de EDP por parte de la petroquímica francesa Total.
Bruselas concluye que la concentración propuesta no plantea problemas de competencia, ya que los solapamientos entre las actividades de las empresas son muy limitados.
Mientras que la filial española de la empresa energética portuguesa se dedica a la producción de activos térmicos y al suministro de gas y electricidad a pequeños clientes y profesionales, la firma francesa es una productora y proveedora de energía internacional, que opera en todos los sectores de la industria del petróleo y el gas, así como en energía renovable y generación de energía.
La petrolera francesa adquirió en mayo una cartera conjunta de 1,2 millones de clientes o 2,5 millones de contratos de suministro, en una transacción por valor de 515 millones de euros.