Repsol invertirá un total de 18.300 millones de euros durante los próximos cinco años para acelerar su plan de transformación hacia una compañía de cero emisiones netas.
La hoja de ruta trazada por el grupo incide así en un proyecto para transformar Repsol en el horizonte de la próxima década, pero manteniendo como pilares la generación de caja que permitirá financiar esta apuesta por el crecimiento y una retribución atractiva para los accionistas.
“Nuestra estrategia se basa en una apuesta multienergía que combina todas las tecnologías para la descarbonización. Seremos más eficientes, incrementaremos nuestros objetivos de generación renovable, aumentaremos nuestra producción de productos de baja, neutra o incluso huella de carbono negativa, impulsaremos la economía circular, desarrollaremos nuevas soluciones energéticas para los clientes e impulsaremos proyectos punteros que reduzcan la huella de carbono de la industria”, ha señado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
Inversiones del grupo
Las inversiones en iniciativas bajas en carbono del grupo representarán un 30% del total, ascendiendo a los 5.500 millones de euros, con el foco especialmente puesto en su expansión internacional en este ámbito.
Así, la compañía apostará por la descarbonización de su cartera de activos y el desarrollo de un nuevo modelo operativo que pondrá en valor sus actuales fortalezas para sumar nuevos pilares en los que se apoyará la compañía en el futuro como son el nuevo negocio Cliente y la generación baja en carbono.
El grupo ha detalladado que el plan se autofinanciará en un escenario de 50 dólares/barril de Brent y 2,5 dólares/Mbtu de gas Henry Hub, precios en los que la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda en 2025 similar al de 2020.
Al final del periodo, la compañía presidida por Antonio Brufau prevé que su resultado bruto de explotación (Ebitda) supere los 8.200 millones de euros.
Cambio en el modelo operativo
El grupo evolucionará su organización desplegando cuatro áreas de negocio (Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en emisiones), apoyadas por áreas corporativas y de servicio más eficientes, con lo que incrementará la obtención de resultados y el afloramiento de valor.
La compañía confía en que esto suponga la entrada de socios e inversores en el área de Generación de bajas emisiones. Repsol no cierra la puerta a que esto pueda suponer una saluda a bolsa, lo que provocaría un "importante impulso para la consecución de objetivos y garantizará un mayor retorno de nuestras operaciones".
La digitalización jugará un papel en la nueva organización de la energética gracias a la inteligencia artificial, la automatización de operaciones o las soluciones en la nube. El Plan prevé que el impacto positivo de los proyectos de digitalización supere ya en 2022 los 800 millones de euros anuales respecto al inicio del Programa de Digitalización, en 2018.
Transformación área industrial
Los siete grandes complejos industriales de Repsol en España, Portugal y Perú seguirán evolucionando para transformarse en hubs multienergéticos, capaces de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono y de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología.
Para abordar este proceso de transformación, la compañía se apoyará en cuatro grandes pilares: la eficiencia energética, la economía circular, el hidrógeno renovable y la captura y uso de CO2. Sólo en eficiencia energética invertirá durante el periodo del Plan más de 400 millones de euros, para reducir 800.000 toneladas de CO2 anuales y sentar las bases para transformar los centros industriales en instalaciones cero emisiones netas.
Reparto de dividendo
Repsol ha anunciado su intención de mantener la remuneración al accionista. Esta se llevará a cabo mediante un sistema combinado de recompra de acciones y pago en efectivo.
De esta manera, el dividendo pasará de 0,60 euros por acción hasta los 0,75 euros por acción durante el periodo del plan. A esto hay que sumar la recompra de acciones, que puede suponer 1 euro por acción en 2025.