El sector del Oil & Gas vive un momento de gran incertidumbre. Las grandes petroleras a un lado y otro del Atlántico se han visto obligadas a depreciar miles de millones de euros sus activos a causa de una pandemia que paraliza el sector.
Los analistas advierten que es poco probable que el suministro de gas y petróleo que no provenga de los países productores de la OPEP pueda cubrir sus pérdidas de 2020 a corto plazo. No hay que olvidar que la paralización de la economía mundial, y por tanto de la movilidad, a causa de la Covid-19 provocó una caída de la demanda de hasta el 80% durante los meses más duros.
Sin embargo, la causa de su declive no es solo la pandemia: ya se llevaba fraguando durante mucho tiempo. Según el último informe de Natixis, Oil & Natural Gas Global Outlook 2021, ahora la OPEP deberá decidir cuál es la producción que deben mantener a lo largo de este año si no quieren que haya un déficit de producción que impulse los precios al alza, lo que favorecería la reactivación del negocio del esquisto en EEUU, su principal competidor de la última década.
Privatizaciones
Pero los analistas de este banco francés de inversión, especializado en el sector Oil & Gas, ven otro peligro. Esperan que los estados del Golfo, ricos en petróleo, aceleren las privatizaciones, incluso extrayendo ingresos de los activos petroleros. Arabia Saudí y posiblemente Omán serían candidatos para acuerdos similares el próximo año, según explicó Joel Hancock, especialista en petróleo de Natixis, en una jornada online el pasado jueves.
Las empresas de energía en el S&P 500 representan, hoy, el 2,3% del valor total, frente al 16% hace poco más de una década y el 30% hace cuarenta años. Están en la casilla de salida si hay interesados en su compra.
Dentro del índice norteamericano S&P 500, el sector energético (representado mayoritariamente por grandes multinacionales del petróleo y del gas), perdió más de un tercio de su valor durante el año, incluso cuando el índice en su conjunto subió un 18%.
El petróleo cayó tanto que ExxonMobil, hace un tiempo la empresa privada más grande del mundo, fue expulsada del Promedio Industrial Dow Jones.
Depreciaciones históricas
No serían los únicos. Las principales compañías energéticas del mundo han recortado el valor de sus activos de petróleo y gas en alrededor de 80.000 millones de dólares (unos 66.000 millones de euros) en los últimos meses. Y todo ha ocurrido tras revisar a la baja las perspectivas a largo plazo de los precios del combustible a raíz de la pandemia y la transición energética.
En clave nacional, Repsol perdió 3.816 millones de euros en 2019 por la devaluación contable de activos, como resultado de la reducción contable del valor de sus reservas de hidrocarburos por 4.849 millones.
Naturgy acaba de anunciar que registra pérdidas de 347 millones en 2020 al caer el valor de sus activos. El fuerte impacto de la Covid-19 ha provocado que 2020 sea uno de los ejercicios más complicados con caída de la demanda generalizada.
Pero a las multienergéticas europeas tampoco les va mucho mejor. La anglo-holandesa Shell ha tenido pérdidas multimillonarias por el mismo concepto. La suma es más de 18.000 millones en 2020 por la caída de valor de sus activos y la cifra de negocio fue un 48% inferior a los ingresos de la compañía en todo 2019.
En el caso del gigante petrolero y gasístico francés Total, las cifras son muy parecidas. Ya en julio pasado anunció una depreciación de activos por 8.100 millones de dólares, de los cuales 7.000 millones corresponden a sus inversiones en crudo de esquisto en Canadá, a causa de la caída de los precios del petróleo.
En 2020, solo se perforaron cinco pozos de exploración en el mar del Norte, una cifra récord, ya que la incertidumbre económica provocada por la pandemia y la desaceleración del sector hicieron que los operadores archivaran sus planes.
Entre marzo y abril, el uso de plataformas de perforación en alta mar en el mundo experimentó su mayor caída mensual en 20 años, según un análisis de Rystad.
Repunte del precio en 2021
Es cierto que se habla de un “repunte” del petróleo y el gas en 2021. El barril Brent supera los 50 euros y acaricia los 60 euros. Es probable que la demanda aumente a medida que disminuyan las restricciones de la Covid-19, pero según Natixis lo único que podría dar cierto oxígeno al sector es la economía de China.
Aún así, Hancock de Natixis aseguró que "a corto plazo, una de nuestras opiniones más arraigadas es que el suministro convencional, no perteneciente a la OPEP, realmente tendrá dificultades para compensar algunas de las pérdidas que hemos visto en 2020".
Y las empresas que escatimen en gastos de capital pueden finalmente generar suficiente efectivo para reducir su deuda. Es posible porque "el gasto de capital se ha reducido sustancialmente. De las 60 empresas que han informado de las previsiones para 2021 hasta ahora, las inversiones han caído alrededor del 60% en comparación con los niveles previos a la pandemia".
"Basándonos en nuestro modelo, la industria necesita implementar una buena cantidad de gasto de capital simplemente para no moverse. Nuestras expectativas son que se requerirán alrededor de 400 plataformas en el upstream de EEUU y en este momento hay alrededor de 290", ha concluido.
Pero 2020 solo marca el primer movimiento de las fichas. Hay algunos expertos del sector que vaticinan que el petróleo ya alcanzó su pico y que ya no volverá niveles de demanda prepandemia.