El sector industrial y de la construcción representa el 12,4% del total de las emisiones de CO2 en lo mundial, según C2ES (Center for Climate), y de esta cifra, la producción de acero representa el 25%, que es más que todos los vuelos que salen de la UE en un año típico. Pero le ha llegado el turno para comenzar a descarbonizarse y hay una opción que se presenta con mucha fuerza: la del hidrógeno verde.
Eso es lo que pretende el proyecto H2 Green Steel, una iniciativa industrial respaldada por EIT Innoenergy y el primer gran proyecto del Centro Europeo de Aceleración del Hidrógeno Verde (EGHAC), con el apoyo de Breakthrough Energy. Promete la producción de 5 millones de toneladas de acero de alta calidad sin CO2 y la creación de 10.000 puestos de trabajo, pero necesitará unos 2.500 millones de euros de inversión.
"Son inversiones muy elevadas, pero no es ahí donde está el mayor problema. Lo que hay que mirar son los costes de producción", explica a este diario Andrés Barceló, director general de UNESID, la asociación patronal de la industria siderúrgica en España. "Si se produce acero con hidrógeno en vez de con coque, carbón tratado, podría multiplicarse el precio de la tonelada por seis".
H2 Green Steel
El proyecto, que se inició en 2020, se centrará en la producción de acero mediante un “proceso de fabricación libre de fósiles”. Lo llevará a cabo una empresa sueca respaldada por inversores, incluido el fundador de Spotify, Daniel Ek. La planta de producción, que estará en el norte del país, estará impulsada por lo que se espera que sea “la planta de hidrógeno verde más grande del mundo”.
Según la Agencia Internacional de Energía, el sector siderúrgico es responsable de 2,6 gigatoneladas de emisiones directas de dióxido de carbono cada año, una cifra que, en 2019, fue superior a las emisiones directas de sectores como el cemento y la química.
El tamaño de la planta de hidrógeno de H2 Green Steel será de alrededor de 800 megavatios, y su producto final reemplazará al carbón y al coque en el proceso de fabricación del acero.
"Es el primer proyecto para la industria acerera que mira el problema de las emisiones de CO2 desde un punto de vista global, porque no solo es la construcción de un electrolizador, también es la transformación del mineral de hierro y una condiciones adecuadas para que el proyecto sea viable", explica a este diario Ignacio Huici, business developer en EIT Innoenergy.
Siderurgia integral
"La gran industria en España ya se está planteando cómo descarbonizar su proceso de producción, se están poniendo muchas posibilidades sobre la mesa y todo el mundo sabe que es lo que toca", explica el responsable de Unesid. Aunque no siempre es fácil.
"Por ejemplo, hay dos tipos de industria acerera, las acerías eléctricas, que tienen un horno eléctrico a altas temperaturas donde se fusiona la chatarra con electrodos de grafito", puntualiza. En este caso, es muy posible un suministro eléctrico renovable, por lo que las emisiones de CO2 serían casi nulas.
"La otra es la que se conoce como siderurgia integral, que necesita colocar el coque en los altos hornos junto con el mineral de hierro para que le quite el oxígeno y se pueda transformar en acero". Es ahí donde se produce las mayores emisiones de CO2 de todo el proceso industrial.
Una tonelada de acero en una acería eléctrica emite 90 kg de CO2 mientras que en una siderúrgica convencional asciende a 1.800 kg de CO2.
Proyectos experimentales
"Los proyectos experimentales que quieren sustituir el coque por el hidrógeno todavía no evitan que pueda producirse cierta fragilidad en el acero", continúa el experto. "Lo que se está pensando es en sustituir esos hornos por otros eléctricos y utilizar hierro 'prerreducido' al quitarle el oxígeno con gas natural".
Un paso intermedio para que ese gas pueda ser finalmente sustituido por hidrógeno.
"Y es aquí donde está el problema, no es tan importante la inversión que se necesita sino saber a cuánto ascienden los costes de producción, el precio de la tonelada de acero, y quién va a asumir esos elevados costes, porque mientras no salgan los números no va a haber nadie que vaya a poder transformar su sistema de producción".
Por eso, una de las vías que se abren para que se pueda llevar a cabo la descarbonización de la industria es acceder a los fondos europeos NextGeneration, "que serán necesarios para asumir toda la transformación del sector", concluye Andrés Barceló.