Hay una preocupación real en el mundo empresarial español por la descarbonización de sus actividad económica. Y la electrificación es la clave. Grandes instalaciones de autoconsumo sobre la azotea de sus edificios, sustitución de vehículos de combustión por eléctricos, eficiencia en la iluminación, suministro 100% renovable o contratos PPAs de origen verde son parte de ese camino. Sin embargo, podría acelerarse si no fuera tan elevado el coste de la factura de la luz.
Al menos eso es en lo que han coincidido responsables de empresas de distribución, hostelería, de agroalimentación, de ocio o industrias primarias en la jornada organizada por AELEC y A.C.E., 'La transición empresarial hacia la electrificación'.
"La electricidad supone el 85% del coste energético total de nuestra compañía", ha señalado Daniel Rodríguez del Río, jefe de Departamento de Suministro Energético de Aena, "y para reducir nuestra huella de carbono, nuestro objetivo en los próximos años es que todo el suministro sea 100% renovable".
Además, pondrá en marcha su plan fotovoltaico durante los próximos cinco años. Instalará paneles de autoconsumo en los principales aeropuertos españoles que gestiona. También fomentará el uso de puntos de recarga para vehículos eléctricos, tanto en la zona aire como tierra y serán más eficientes con la iluminación led y la geotermia. "Todo ello, además, se verá optimizado gracias a la digitalización".
Distribución y alimentación
En esa misma línea opinaban Ainara Ocaña, responsable de Energía, Medioambiente y Limpieza de Eroski; José M. Ayuso, gerente de Viñedos y Proyectos & Portavoz de Área de Sostenibilidad de González Byass, y Juan Ramón González, director de Operaciones de IFA.
"Nuestra actividad se centra en las tiendas, así que tenemos una factura energética abultada", ha explicado por su parte Ocaña. Su modelo de energía sostenible consiste en un suministro con certificados de origen renovable, la instalación de autoconsumo en las azoteas de sus centros comerciales y la apuesta por la bomba de calor como medida de eficiencia.
"El cambio climático para las bodegas de vino es especialmente dramático y, a diferencia de otras empresas, no nos podemos deslocalizar", ha añadido el responsable de González Byass. Su apuesta son las energías renovables. "Utilizamos hasta seis diferentes tecnologías: geotermia, aerotermia, hidrógeno, fotovoltaica, biomasa y biomasa térmica".
PPAs e hidrógeno
Otra opción son los contratos bilaterales a largo plazo, o PPAs. Es la propuesta de Cirsa, empresa de juego y ocio, con bingos y casinos por todo el mundo. Enrique Pérez, su gerente de Eficiencia Energética, asegura que "la electrificación sostenible pasa por las renovables y para ello hemos cerrado acuerdos PPAs, aunque la mayoría fuera de España".
También lo incluye en su estrategia para la descarbonización Laura Redondo, directora de Compras de Tendam (Cortefiel). "Nuestra ambición es tener una actividad lo más sostenible posible", ha dicho.
Una opción que está encima de la mesa de Miguel Ángel Valero, head maintenance de la cadena de hoteles Hesperia World. "Tenemos un alto coste energético, supone entre el 4% y el 5% del total, y de esta cifra, el 63% es la factura eléctrica". Por eso, además de valorar acuerdos bilaterales, prevén instalar autoconsumo en sus azoteas. "Representaría entre el 15% y 20% de nuestro consumo", además de utilizar aerotermia y bombas de calor.
Para la industria, el autoconsumo no es suficiente. Según Marta Bango, responsable de Compras Energía y CAPEX de Veralilla Spain, fabricante de botellas de vidrio incluida en el comercio de derechos de emisión (EU ETS), "lo difícil es reemplazar el gas por electricidad".
Por eso, FEBE (Federación Española de Bebidas Espirituosas) está financiando una iniciativa en Alemania para sustituir el gas natural por hidrógeno a partir de 2023. "Necesitamos financiación público-privada, para que se pueda hacer escalable y hacer las inversiones necesarias en nuestras plantas, pero se necesitan señales claras en el marco regulatorio".