Neoelectra: "Si la industria se sigue deteriorando en España, seremos un país de servicios"
La compañía cuenta con 216 MW de potencia instalada, principamente cogeneración, aunque se abre a las nuevas tecnologías.
21 junio, 2021 03:32Noticias relacionadas
El sector industrial quiere tener mayor peso en la economía española, pero le está costando mantenerse en pie. Y parte fundamental de esa industria es la cogeneración, la producción de electricidad y calor con el mismo combustible. Una tecnología que lleva funcionando más de 20 años y que siente que falta ambición política para darle continuidad.
"El tejido industrial se está deteriorando y si se le deja caer lo que vamos a tener es un país de servicios", explica a Invertia en una entrevista Antonio JB Cortés-Ruiz, CEO de Neoelectra, la firma de energía independiente más grande de España. No solo posee plantas de cogeneración, biomasa y biogás, además es comercializadora de gas y electricidad, tiene su propia división de instalaciones renovables y ofrece a la industria servicios de análisis y desarrollo de inteligencia de negocio para ser más eficientes.
¿Cuál ha sido la trayectoria de Neoelectra desde sus inicios y cuáles son los objetivos que se han marcado para los próximos años?
La compañía nace en el año 2000, con la instalación de una cogeneración en una piscifactoría, al amparo del régimen especial de producción de energía eléctrica.
En 2007 cambia el equipo directivo y se planteó un crecimiento orgánico y de otras líneas de negocio. Entonces, identificamos industriales que necesitaban de forma intensiva y extensiva la energía (térmica, eléctrica, aire acondicionado...) y les dimos una solución para que tuvieran un suministro asegurado y una reducción de sus costes energéticos. Estamos hablando de entre un 15% y un 30% de abaratamiento de sus facturas.
Y la mejor tecnología disponible para llevarlo a cabo es la cogeneración. Sustituimos las calderas estándares que existían por equipos de cogeneración, biomasa y biogás. La cogeneración tiene una gran ventaja respecto a otras tecnologías, ofrece dos productos: electricidad y calor y solo pagas una vez. Sin embargo, a partir del cambio regulatorio, al incluir la cogeneración en el régimen especial, tenemos que elegir si la energía excedentaria se entrega al industrial o se evacua a la red. Y se decide esto último porque era más rentable y más operacional.
Una tecnología que llevamos a Chile en 2013, donde actualmente tenemos 12 MW instalados. Así que sumamos 216 MW en total con las instalaciones de cogeneración que España.
La compañía también es comercializadora de gas y electricidad, ¿por qué se ha visto interesante abrir esa línea de negocio?
Hasta hace poco toda la cogeneración que instalábamos era nuestra, de Neoelectra, pero nos dimos cuenta que había industriales que preferían otro modelo de colaboración. Tenían sus propios activos y podíamos suministrarles partes de las sinergias que teníamos nosotros. La compra de gas, el mantenimiento de equipos, etc. y así ellos no tenían que estar pendientes de una montaña rusa si no les dábamos la estabilidad en el coste de su consumo energético.
Y entonces nos convertimos en comercializadora no solo de gas y electricidad, sino también de CO2. Participamos en el mercado de derechos de emisión de CO2 (ETS EU), porque hay plantas que están sometidas al Protocolo de Kioto y, por tanto, deben entregar sus derechos de emisión. Nos beneficia porque evitamos un intermediario al gestionar todos esos servicios directamente.
Este año, por ejemplo, Neoelectra tiene un volumen de compras de CO2 de entre 13 y 15 millones, con un precio medio de 39 euros cuando el mercado está en torno a los 50 euros, lo que nos permite cierto ajuste, porque el industrial puede comprarnos los derechos más baratos de lo que se cotiza en el ETS EU.
Nuestros clientes industriales trabajan 365 días al año. La leche la queremos todos los días en casa, los refrescos o la cerveza exactamente igual. Queremos que el acero esté en todo momento. Si proyectas lo que pueden ser los futuros y anticipas el margen positivo, salen las cuentas.
La industria quiere participar de la transición energética y en la descarbonización de sus procesos productivos
Esa relación con el sector industrial, le permite conocer de primera mano cómo se percibe la situación actual y futura de la economía española, ¿hay optimismo entre los industriales?
Trabajamos con los sectores químico, agroalimentario, farmacéutico o cerámico, entre otros, y todos coinciden. Estamos desindustrializando España a tal ritmo, que como se siga por este camino, terminaremos siendo un país de servicios en un plazo corto de tiempo. Los industriales están desesperados.
Y en el caso de la cogeneración asociada a la industria, es igual. No estamos pidiendo ayudas, sino que hay una regulación que está escrita en un BOE de 2012, en la que dice que debe haber un plan de renovación de activos que están asociados a la industria. Y desde 2013 no se ha hecho nada. En 2018 y en 2019 se hicieron dos prórrogas, pero son plantas que se han quedado obsoletas, no son eficientes, y van a dejar de dar servicio a los clientes.
No se ve que haya una política real de reforzar la industria en España. Y es importante para la España vaciada. Y otro tanto pasa con el sector primario, con la agroganadería. Lo que queremos es que haya población rural, pero no se está consiguiendo.
¿Y qué se necesita para dinamizar el sector primario o el industrial?
Se necesita un marco transparente, trazable y que no genere incertidumbres. Cuando hay que hacer inversiones, hay que estar seguros de que se puede llevar a cabo esa inversión.
Lo que pedimos es que la ley se cumpla. Que se siga dando amparo a la tecnología más eficiente que existe en el mix energético español, la cogeneración.
Neoelectra desarrolla proyectos renovables y también se implica en loa Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) bajo el paraguas Neoelectra Green, ¿en qué se está trabajando?
Nuestros clientes están en zonas donde no hay casi industria o mano de obra, así que llevamos infraestructura industrial. Creamos una base mínima de tejido empresarial industrial y a partir de ahí generamos sinergias con lo que ya existe y con todo el potencial que tiene la zona.
Por ejemplo, si es una zona donde hay peligro de incendios, proponemos hacer labores para reducir la masa forestal y aprovechar esos residuos como biomasa. En el caso de nuestras tres piscifactorías hemos instalado centrales de minihidráulica gracias a los saltos de agua.
Y ahora abrimos la puerta a instalar autoconsumo en nuestras propias plantas, con lo cual vamos a dejar de emitir parte del CO2. Pero no es lo único que hacemos. Otra parte de ese dióxido de carbono que generamos se reutiliza en fábricas de refrescos y de cervezas.
Pero también estamos trabajando en hibridación de las plantas. Podríamos hacerlo sobre el 60% de nuestra potencia instalada. Nos permitiría ser más sostenibles manteniendo la producción industrial.
No estamos pidiendo ayudas, debe haber un plan de renovación de activos que están asociados a la industria
Pese a las dificultades, parece que la industria quiere iniciar su transición hacia un modelo más descarbonizado, ¿es así?
Una de las líneas de negocio de Neoelectra es reconvertir la actividad industrial de puramente cogeneración ahora con la variante de desarrollo sostenible. Transición energética con equipos que asuman gas natural, biogases o hidrógeno.
Y la industria quiere participar de esa transición. De hecho, nuestra compañía está enfocada en proponer planes después de hacer un análisis y desarrollo de inteligencia de negocio para poder llevar a cabo esa descarbonización sin perder competitividad o rentabilidad de su negocio.
Hemos presentado al Gobierno un proyecto de almacenamiento y generación verde en una región con bastante reto demográfico para solicitar las ayudas europeas de Next Generation, pero se nos ha denegado. Aún así, lo intentaremos empujar por otras vías.