"Hay que parar esta burbuja; donde debería haber vegetación estamos poniendo planchas de metal", en referencia a los huertos solares. Algo que no es sostenible según afirma José Damián Ruiz Sinoga, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga. En declaraciones a EL ESPAÑOL, afirma que "ha vuelto la cultura del pelotazo, en esta ocasión con los fondos de la UE".
Según Ruiz Sinoga, los promotores "se están dejando llevar por las prisas" y no están teniendo en cuenta tres aspectos en el desarrollo de los huertos solares que ocuparían miles de hectáreas en toda la provincia. En primer lugar, "los costos de las instalaciones no son precisamente sostenibles, la mayoría de las placas suelen ser de fabricación barata en Asia" y pocos cumplen con los estándares de sostenibilidad.
Por otro lado, la implantación de grandes superficies de placas fotovoltaicas llevaría a la "aceleración de procesos de erosión", ya que el agua no se filtraría hacia el suelo al caer sobre superficies selladas. Eso, además, implicaría que no se produjera "ninguna fijación de carbono al suelo", por lo que la calidad del aire y del suelo empeoraría de forma negativa.
"La energía solar tiene muchos aspectos positivos, por supuesto", afirma Ruiz Sinoga. Sin embargo, si se ponen en marcha todos los proyectos que ya están en marcha, "el impacto visual será brutal". El catedrático se une, así, a la petición que varios alcaldes de la provincia trasladaron al presidente de la Diputación: "Hace falta una moratoria" para así poder redistribuir estas instalaciones.
Desde la Diputación de Málaga se han enviado cartas tanto a la vicepresidenta Teresa Ribera como al consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Juan Bravo, o al presidente de la FEMP, Abel Caballero.
"Hay soluciones, que ya están inventadas, como utilizar zonas no muy visibles con la protección de hileras de bosque". Así, se esconderían esas instalaciones solares y rebajarían el impacto visual.
La provincia de Málaga tiene muchos espacios en los que instalar de forma más sostenible (visual y ambientalmente) estos huertos solares. Sin embargo, los promotores buscan la exposición sur-sureste, que es la que más impacto solar tiene. En este sentido, el impacto visual en las laderas es casi imposible de evitar.
En Gaucín, uno de los municipios del Valle del Genal, en Málaga, su alcalde, Pedro Godino (PP) es muy crítico con esta "burbuja fotovoltaica". Actualmente en este pueblo hay nueve grandes proyectos en marcha con más de 1.300 hectáreas afectadas.
"Están apareciendo muchas empresas y algún buscavidas que hacen que esta situación se parezca a la de la burbuja inmobiliaria". Godino afirma que las energías renovables llevan años funcionando en Gaucín, que cuenta con varias instalaciones en edificios municipales y que han conseguido la autosuficiencia energética.
Pero Gaucín, como buena parte de los municipios del interior de la provincia de Málaga viven en buena parte del más de millón de turistas que pasan a lo largo del año. "Yo ahora abro la ventana de mi balcón y veo el valle, pero si esto no se regula acabaré viendo un polígono industrial", asegura Godino.
En los ayuntamientos hay "poca o ninguna normativa, es algo demasiado nuevo", indica Godino. Por eso, a través de la Diputación provincial han exigido que se regule la proliferación. "Lo que no queremos es que las empresas lleguen a nuestros pueblos y entren como al salón de su casa a cambiarlo todo: eso no es progreso".