En Extremadura, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Galicia... las protestas de determinados sectores rurales se extienden por la geografía española ante la proliferación de grandes parques fotovoltaicos y eólicos. Entre sus reivindicaciones está el impacto paisajístico o contra la fauna local y la falta de generación de riqueza.
Esta ola de movimientos ya tienen algunos nombres como Alienta (Alianza Energía y Territorio) o Renovables sí pero así no, Plataforma a Favor de los Paisajes de Teruel, y así un suma y sigue.
Todos ellos coinciden en que la transición energética y los objetivos del PNIEC (Plan Nacional de Energía y Clima) que prevé la construcción de 57 GW renovables en los próximos diez años no se puede hacer sin un control.
Teruel y la eólica
Forestalia tiene un ambicioso plan para el sur de la provincia de Teruel. Quiere construir en las comarcas del Maestrazgo y Gúdar Javalambre 22 parques eólicos, un total de 161 aerogeneradores de gran tamaño equivalentes a 1 GW.
Sin embargo, los empresarios del sector de los alojamientos turísticos no lo ven con buenos ojos. Por eso, preparan un aluvión de alegaciones contra el plan. Consideran que la iniciativa atenta contra el entorno natural del sur de la provincia, que es su motor turístico y laboral.
Extremadura y la fotovoltaica
Otro tanto de lo mismo ocurre en Extremadura. Badajoz ostenta el honor de concentrar el mayor número de MW fotovoltaicos, 499 MW según el mapa de instalaciones de eSios de REE seguida muy de cerca por Murcia, con 493 MW.
Y en Cáceres está previsto la construcción de megaparques fotovoltaicos como el de Núñez de Balboa o el de Francisco Pizarro de más de 500 MW. En marzo pasado, el Club Sénior de Extremadura, un grupo formado por 230 profesionales de la economía, ingenieros industriales y agrónomos, presentó el informe Cómo evitar la tercera colonización energética de la región, en el que denuncian el despliegue de la industria fotovoltaica en la región que no tiene una traducción en riqueza económica.
Los viticultores, en armas
Otro de los sectores que se han mostrado más combativos son los viticultores. Expertos de la Universidad de Alicante han publicado un manifiesto en el que resaltan el valor histórico, medioambiental y paisajístico de los viñedos, que pueden perder hasta 5.000 hectáreas en los próximos dos años.
En la zona de la Brihuela, a los pies de la sierra de Chiva (en la provincia de Valencia), se prevé la instalación de una macroplanta fotovoltaica que ocuparía una extensión de 400 hectáreas; lo promueve la empresa Falck Renewables Power.
Ecologistas, vecinos y consistorios de la Comunitat Valenciana advierten que la transición energética puede arrasar con los parajes, flora y fauna que les rodea si el cambio energético no va acompañado de un cambio de modelo de gestión.
Y muy cerca, en Mula (Murcia), otro movimiento parecido presenta las mismas reivindicaciones.
Eólica marina y los pescadores
No hay ni un megavatio eólico marino en España, pero hay solicitados hasta 13 GW en el Ministerio para la Transición Ecológica. Y el sector pesquero de arrastre de fondo de Galicia ya se muestra en contra. Según dice, los proyectos traspasan las "líneas rojas" porque afectan al ecosistema y a varios caladeros.
"La afectación de la fotovoltaica es mucho mayor que la eólica por su competencia con la agricultura y el consumo de agua", explican a Invertia fuentes del sector renovable. "Tenemos que poner sentido común y no levantar los controles medioambientales sobre los proyectos renovables pero no paralizarlos".
"Además, la eólica terrestre suele estar en zonas montañosas con un impacto menor, y los nuevos sistemas de señalización evita los problemas pasados con la avifauna".
"Y la eólica marina va más allá. Tiene mayor factor de capacidad de generación y no hay ocupación territorial. Además, las zonas que se proyectan están a 12-15 km de la costa y en fondos a 200 metros como mínimo. Pero con la tecnología flotante no hay ni siquiera vibraciones en el momento de la instalación y evitaría la pesca de arrastre de fondo, uno de los peores y más devastadores sistemas de pesca. De hecho, se crearían santuarios para la biodiversidad".
Alquiler de tierras ventajoso
"La protección de la naturaleza y la biodiversidad es imprescindible para cumplir con la implantación y extensión de las energías renovables", señalaba Inés Sabanés, coportavoz de Verdes Equo y diputada por Más Madrid durante la jornada 'Renovables, biodiversidad y territorio: hacia un futuro común'.
"Hay que hacer un debate para poner en común las distintas visiones y evitar el conflicto con diagnóstico y realidad, que nos permita avanzar".
"Tenemos un problema de aceptación social" decía por su parte Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables. "Llevo 40 años en el sector energético y no me podía imaginar que se vean a las tecnologías limpias como extractivas e invasivas. La problemática subyace porque no hay ninguna regulación que fije límites".
Ferrando recuerda que en los próximos días saldrá a concurso el nudo Nudejar, en la antigua central de carbón de Andorra (Teruel) y que debería tenerse en cuenta la inclusión local.
"Otro de los problemas es que se están ofreciendo 1.200 euros por hectárea, por ejemplo en Huesca, o hasta 2.000 euros en otros puntos del país. Eso son ocho veces más que la renta agraria que puede tener un arrendador. Invita a dejar de cultivar para dar paso a los proyectos renovables. Y además, se añade otro conflicto más. No solo es a quién le toca, sino a los que no le tocan. Por eso desde la Fundación Renovables pedimos que los beneficios se repartan entre todos los del municipio".
"Lo que es una oportunidad histórica para hacer un modelo energético más justo y más barato, se está convirtiendo por su mal uso, en un error histórico y en una irresponsabilidad", puntualizaba Luis Bolonio, portavoz de ALIENTE. "Las renovables están teniendo un gran rechazo social".
Y propone que se transpongan completamente las Directivas Europeas de Energía Limpia de la UE. "Obligan al desarrollo de un modelo energético que prime el ahorro y la eficiencia energética, el autoconsumo, porque permite una mayor penetración de las renovables. Se ahorrarían las pérdidas en el transporte de alta tensión y se podría hacer una mejor gestión de la demanda".
"Hay una falta absoluta de planificación y ordenación territorial. Es el mayor desastre ambiental en siglo y medio", concluye.