Este fin de semana se abrió un agujero de fuego en mitad del océano. Un oleoducto submarino de la petrolera mexicana Pemex se rompió y la fuga del combustible dio paso a una explosión. Según explica la compañía estaba cerca de su plataforma satelital Ku-C Ku-Maloob-Zaap en el estrecho de Campeche.
Durante la madrugada del viernes 2 de julio, el Golfo de México vivió un hecho más común de las películas de ficción que de la vida real: el agua se encontraba ardiendo. El denominado "ojo de fuego" se mantuvo así durante unas cinco horas en las aguas de la costa suroriental de Estado de Campeche.
Las imágenes del incendio, que parecían hervir la superficie del océano con llamas de color naranja brillante, pero resultaba aún más aterrador porque se encontraba a unos 150 metros de una plataforma de perforación en la península de Yucatán en México, informó la compañía.
"Además, se procedió al cierre de válvulas de interconexión en el ducto, extinguiéndose el fuego y la emanación de gas, quedando concluida la contigencia alrededor de las 10:45 horas y restableciendo condiciones normales de operación", sentenció Pemex.
"La turbomáquina de las instalaciones de producción activa de Ku Maloob Zaap se vio afectada por una tormenta eléctrica y fuertes lluvias", dice un informe de Pemex al que pudo acceder Reuters, sin mencionar más detalles del análisis. Según la agencia, el incendio pudo controlarse gracias a que la tripulación de la compañía "utilizó nitrógeno" sobre el oleoducto, que sirve para transportar tanto gas como petróleo.