El paquete legislativo que ha presentado la semana pasada la Comisión Europea, Fit for 55, ha reabierto el debate sobre el sistema de comercio de emisiones (ETS EU). Su objetivo es reducir aún más el CO2 para 2030, desde el 40% al 55%. Pero con un precio de la tonelada de carbono en camino a los 60 euros, el gas en máximos históricos y, por tanto, con el precio de la electricidad por las nubes, los industriales aseguran que no pueden más.
Esto se debe, fundamentalmente, a que las emisiones de la industria no se han reducido tanto como se esperaba, según explica a Invertia Javier Díaz Carmona, responsable del área de Consultoría de Energía de Ayming, compañía internacional de consultoría especializada en la mejora del rendimiento empresarial.
En la última década, el sistema de comercio de derechos de emisión de la UE ha sido eficaz para reducir las emisiones de carbono del sector eléctrico (en un 43,5% de 2012 a 2020), pero otros sectores intensivos en carbono han experimentado un estancamiento durante el mismo período. Esto es debido en gran parte a las disposiciones de asignación gratuita diseñadas para evitar la fuga de carbono, que en cierto modo se veía ligeramente menos tensionado gracias a la importación y la venta de derechos de emisión, que previsiblemente también experimentará una importante subida de precio por tonelada.
El CO2, por las nubes
El mercado europeo ha alcanzado sus máximos históricos en 2021, rozando los 57 euros por tonelada de CO2, mientras que solo un año antes se situaba en 25 euros. "Influye tanto la política en este mercado que la cotización comenzó a subir cuando se filtraron los primeros borradores del Fit for 55 y se hablaba de adoptar medidas más estrictas".
"Pero justo cuando se dio a conocer finalmente el texto definitivo de los 55,46 euros/Tn CO2, cayó hasta los 52 euros, porque Europa va a esperar a reducir la asignación gratuita de derechos a la industria", apunta Díaz Carmona.
"Se ha llegado a valorar que el CO2 podría subir a corto plazo hasta los 60 euros, pero con los primeros borradores se habló de precios en torno a los 80-100 euros/Tn CO2".
Bruselas obligará a multiplicar por dos la implantación de las renovables actuales en solamente una década y requerirá de un ritmo de crecimiento nunca visto hasta ahora, pero que puede tener una incidencia crucial en la industria española, ya que, actualmente, el precio de los derechos de emisiones es insostenible.
La electricidad, en récord histórico
Esto tiene una consecuencia directa: el precio de la electricidad. 2021 se va a convertir en el año más caro de la historia en el precio de la luz. Solo en los primeros seis meses el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista alcanzó una media de 83,29 euros/MWh, un récord histórico. El anterior máximo fue de 2008, según OMIE, el gestor de ese mercado.
"La situación es insostenible para los industriales, porque no van a poder soportar estos precios mantenidos en el tiempo", añade el experto.
"La Unión Europea debe velar por cumplir con el Pacto Verde, pero también por salvaguardar la industria europea".
El Ejecutivo comunitario también abordará una más que posible alza tributaria para los combustibles fósiles que pueden provocar un importante impacto para sectores como el de los transportes, la automoción, la construcción o la agricultura, cruciales en nuestro país.
Soluciones para España
Con este conjunto de factores, donde el precio del gas se fija en los mercados internacionales y el precio del CO2 en Europa, ¿qué más se puede hacer?
"Lo primero que tendría que hacer la Comisión Europea es manifestar públicamente su preocupación por los niveles de precios de CO2, ya solo con eso tendría un efecto en el mercado ETS", explica el responsable de la consultora Ayming.
"Y después debería limitar el papel que tienen los inversores financieros en este mercado". Según algunas fuentes del sector, hasta el 60% de todos los derechos que se compran y venden podrían estar en manos de fondos de inversión internacionales, que no participan de forma directa porque la legislación se lo prohíbe, pero sí están con contratos por diferencia.
Una posibilidad poco probable tras las declaraciones de Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión y responsable del Pacto Verde Europeo, en una videoconferencia el pasado mes de mayo.
"Es un mercado y debemos tener mucho cuidado al intervenir porque creará un precio no basado en el mercado y definitivamente socavará la credibilidad del sistema de comercio de emisiones", dijo entonces.
"Es un efecto reclamo para los inversores", advierte Díaz Carmona.
Pero hay una opción más, el papel que puede jugar España en esta decisión.
"Nuestro país tiene un peso importante en Bruselas y sería el momento de defender el control de este mercado, porque aun si bajara el precio del CO2 de la barrera de los 50 euros, aun así sería inapelable el proceso de descarbonización de la industria".
Hacienda podría ingresar este año 2.500 millones de euros por la venta de los derechos de CO2. Y los precios altos de la electricidad permiten incrementar también los ingresos por los impuestos, las cargas y tasas que soporta la luz, que suponen cerca del 60% de la factura. "Si tenemos esto en cuenta, podría entenderse que no se haga nada, pero a la larga tendrá un perjuicio enorme para la industria en España y después de ello, para la economía en su conjunto", concluye.
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