El Gobierno sigue presionando a Bruselas para que abra la mano y flexibilice la normativa que rige el mercado eléctrico europeo. Por eso, las vicepresidentas primera y tercera y ministras de Economía y para Transición Ecológica, Nadia Calviño y Teresa Ribera, han enviado una carta al vicepresidente europeo, Frans Timmermans, y a las comisarias de Energía, Kadri Simson, y de Competencia, Margrethe Vestager.
En ella solicitan que la Comisión actúe de forma coordinada para hacer frente al precio de la energía. “Dado que es un problema conjunto, debemos actuar de forma compartida”, dice la misiva.
"España ha cumplido plenamente las normas europeas a pesar de la sensibilidad política de la crisis actual. Otros países han adoptado medidas menos ortodoxas y la Comisión ha mantenido un enfoque prudente. Esperamos al menos un trato similar".
Un problema europeo
"Los niveles actuales de precios de la electricidad no son solo un problema nacional, sino que también tienen una dimensión europea. La crisis actual es una amenaza para las iniciativas de reducción de carbono. Los niveles actuales de precios y la volatilidad son políticamente insostenibles. Esto no es solo un problema para los gobiernos nacionales, sino también para todo el marco regulador europeo, que está perdiendo credibilidad", añade.
Por tanto, piden que se elaboren directrices que permitan a los Estados miembros reaccionar en los períodos de fuerte tensión del mercado.
No es la primera vez que lo hacen. Es la tercera intentona para que Europa trabaje en un nuevo modelo de casación de precios energéticos empujado por el alto coste del gas, que está en máximos históricos.
El CO2 especulativo
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica también ve problemático el mercado europeo de emisiones de CO2, con comportamientos especulativos que hacen peligrar la industria europea.
"Hemos remitido esta carta porque es un asunto europeo y es bueno contar con directrices para los momentos complejos y turbulentos", ha dicho la ministra en un encuentro con el sector energético.
"Hay que pensar en un mercado único y que sirva para unificar la capacidad de reservas estratégicas de gas o contar con suministro gasista al margen de razones geopolíticas, es la clave para el bienestar europeo".
Pero Ribera no solo apunta al mercado de gas como causante del alto precio de la electricidad que se vive en toda Europa desde hace varios meses. "Tenemos que poder anticipar las ventajas de la energía de bajo coste. Y en el caso del mercado de CO2, hay comportamientos especulativos. La UE debe controlar la liquidez de este mercado, incluso puede hacer más, pero este mercado no puede convertirse en una guillotina para el sector industrial, para el entorno y para el sistema climático".
Un tema con el que encalló la ministra hace una semana cuando el propio Timmermans aseguró que la escalada de la factura eléctrica se debe a los precios de los mercados del gas y no a estos derechos de emisión.
Por eso, no va a atender a la petición de reformular los derechos de CO2 en este momento para dar respuesta a un problema que considera coyuntural, como es la subida del gas.
Propuestas españolas
Al margen de las peticiones por parte del Gobierno, también hay una batería de propuestas, como crear una "plataforma europea centralizada para comprar gas" que facilite "la construcción de reservas estratégicas".
"La autonomía estratégica de Europa es incompatible con el nivel de exposición actual a las fluctuaciones de los mercados internacionales de energía", advierte el 'non paper' español.
Una plataforma común permitiría a la UE ganar poder de negociación en los mercados energéticos globales. "Ya lo hemos hecho con bastante éxito para obtener vacunas".
Otra de las ideas de España es adoptar medidas para evitar la "especulación financiera" en el mercado europeo de derechos de emisión de CO2. Para Ribera, no deberían participar "todos los agentes" porque "hay una correlación significativa entre los niveles crecientes de precios y la mayor presencia de 'no propietarios' en el mercado".
Una burbuja de este mercado "es lo último que necesitamos, debería ser un mercado para las empresas energéticas e industriales".