Bank of America advierte, en su informe "Global Metals Weekly" de un nuevo movimiento al calor de los objetivos de reducción de emisiones de la COP26. Si se quiere un horizonte de emisiones cero netas, se disparará la demanda de materias primas como el litio, el cobalto, el níquel, la plata o el platino. Habrá que contar con ello y echar números. 

La demanda de metales de los vehículos eléctricos, el almacenamiento de energía y las energías renovables aumentará rápidamente para lograr el objetivo de emisiones netas cero. La tasa de crecimiento anual podría llegar al 25%.

La descarbonización significa efectivamente una electrificación de la economía mundial a través de las energías renovables, el almacenamiento de energía y los vehículos eléctricos.

Renovables con litio y cobre

Según la AIE, la capacidad de generación de energía instalada en las renovables con uso intensivo de metales y las ventas de vehículos eléctricos deben aumentar por 4 y 18, respectivamente, de aquí a 2030.

Unido a los modelos de demanda de metales de BofA, se calcula una tasa de crecimiento del consumo del 3,6% (para el cobre), 24,6% (litio), 7,6% (níquel), 18% (cobalto), 2,5% (plata) y 3,3% (platino). En este sentido, la oferta de litio en 2020 era de 387.000 toneladas, pero la demanda podría aumentar a 3 y 5 millones de toneladas en 2030 y 2050, respectivamente.



La industria minera debe aumentar su Capex: necesitará gastar 72.000 millones de dólares anuales hasta 2030 sólo para evitar los cuellos de botella hacia la consecución del objetivo de cero emisiones, una cifra que no tiene en cuenta el aumento de la demanda antes mencionado, por lo que la inversión necesaria será mayor.

El Capex minero mundial se situó en una media de 99.500 millones de dólares en la última década, pero esta cifra no incluye necesariamente toda la inversión adicional necesaria para apoyar la descarbonización. Por tanto, podría ser necesario duplicarlo para lograr ese nivel de emisiones en tres décadas.

MIFTs (metales importantes)

La capacidad instalada de las energías renovables debe aumentar gradualmente en los próximos años para alcanzar el nivel cero. De hecho, según los cálculos de la AIE, la proporción de energía solar fotovoltaica y eólica en la generación total debería alcanzar el 40% y el 68% en 2030 y 2050, respectivamente.

Esto tiene implicaciones para una serie de MIFTs (metales importantes para las tecnologías del futuro, por sus siglas en inglés), especialmente el cobre y la plata.

La demanda del primero podría aumentar en 4 millones de toneladas anuales gracias a la inversión en la generación de energías renovables, sin tener en cuenta la capacidad de generación de energía. Del mismo modo, la demanda de plata, que se utiliza en los paneles solares, también podría ser mayor en los próximos años, frente a las alrededor de 3.000 toneladas de 2019/2020.



Sobre el almacenamiento de energía, hay que solucionar el desequilibrio que se produce con las renovables entre los periodos de generación de electricidad y el momento en que se necesita, es necesario almacenar la electricidad. El hidrógeno y las baterías (para las cuales el litio es fundamental) son algunas de las soluciones tecnológicas que se barajan para lograrlo.



Y por último, BofA analiza el sector automovilístico. Los vehículos eléctricos deberían representar el 64% de las ventas de coches en 2030, una cifra muy por encima de la tasa de penetración actual del 31%.

Además de los turismos, los escenarios de la AIE también incorporan objetivos para los vehículos comerciales. Esto es especialmente importante para el platino, ya que BofA cree que los vehículos más pesados funcionarán predominantemente con pilas de combustible, en lugar de baterías. A medida que se pongan en circulación más vehículos eléctricos, crecerá la demanda de platino y la de cobre.

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