Las relaciones comerciales para el suministro de gas entre Argelia y España están claras. Aunque España permite usar el gasoducto que se cerró en noviembre pasado para llevar gas a Marruecos, no es posible que sea gas argelino: está todo por escrito. El contrato entre ambos países para la compraventa de gas incluye una cláusula en la que no permite revender a terceros países.
A principios de febrero, Rabat y Madrid llegaron a un acuerdo sobre la utilización de las terminales españolas de gas natural licuado (GNL) por parte de Marruecos para el suministro de gas natural a través del gasoducto Magreb-Europa (GME), según contó en exclusiva este diario.
Con este acuerdo Marruecos puede adquirir GNL en los mercados internacionales, y después llevarlo a una planta de regasificación en la España peninsular y utilizar el GME para transportarlo a su territorio.
Cláusula de exclusión
Según ha explicado el experto en mercados petroleros Mourad Preure a la agencia argelina de noticias APS, no es una posible reventa por parte de Madrid de gas argelino a Rabat. "En virtud de la cláusula de destino incluida en los contratos de gas entre Argelia y España, esta última no está autorizada a revender gas argelino a clientes fuera del territorio español".
"España considera a Argelia un socio estratégico, no sólo en materia de gas, y no puede arriesgarse a violar la letra de los contratos y, sobre todo, la ética de hacer negocios con nuestro país".
"Está claro que todos los volúmenes enviados desde Argelia deben ser consumidos en España. Las empresas energéticas españolas tienen libertad para especular, hacer operaciones de arbitraje o cubrirse del riesgo asumido comprando y vendiendo volúmenes al contado al mejor postor. Pero los volúmenes argelinos no pueden verse afectados por estas transacciones", explica Mourad Preure.
Ahora solo queda por ver si es posible diferenciar unos de otros en las plantas de regasificación. Al fin y al cabo todos son un hidrocarburo, una mezcla de gases ligeros de origen natural.
Y más aún porque, desde hace unos días, el gas estadounidense se ha coronado como el principal suministrador de gas a España. Su GNL alcanza el 35% de las importaciones de España en enero, frente al 25% de las compras a Argelia, según los últimos datos de Enagás.
España recibe por barco ya el 70% de todo el gas que compra. Un dato inédito porque hasta que no se ha cerrado el gasoducto del Magreb en octubre, las importaciones de gas por tubo submarino y con barcos metaneros se repartían casi a partes iguales.
Revertir el flujo
El 31 de octubre de 2021, Argelia decidió no renovar el contrato del gasoducto del Magreb que atraviesa el territorio marroquí para transportar el gas argelino a España y Portugal. Como ya adelantó EL ESPAÑOL-Invertia en octubre pasado, un alto funcionario marroquí dijo que su país estaba discutiendo con España la posibilidad de revertir el flujo del gasoducto del Magreb. Es decir, que en lugar de enviar gas desde Argelia a España pasando por Marruecos, se envíe en sentido contrario.
Esta opción, que ya es posible, solo tiene algunas limitaciones, no técnicas, pero sí legales y económicas fácilmente superables. "Técnicamente es posible vender gas a Marruecos por el gasoducto del Magreb", dijo el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, en noviembre pasado a preguntas de este diario.
La parte del gasoducto que cruza el estrecho de Gibraltar, así como las estaciones de compresión, pertenecen Naturgy, mientras que el tramo que transita por Marruecos pertenece a este último y es gestionado por Metragaz, una empresa mixta entre Naturgy y sus socios portugueses y marroquíes.
Y a todos ellos les interesa poner en funcionamiento el gasoducto. Lo único que se necesita es tiempo y financiación.
El GNL, un 600% más caro
En 2021, los precios del mercado spot de gas aumentaron un 600% y están sujetos a una volatilidad muy alta en Europa, donde las existencias están en su punto más bajo, mientras que el suministro ruso está plagado de incertidumbre.
Si Marruecos necesita de las plantas de regasificación de España para almacenar el gas que compre en los mercados internacionales, se enfrenta no solo a pagar más caro el gas que cuando le llegaba por tubo desde Argelia. Ahora también debe pagar el coste de esta energía importada de España y el coste de su regasificación en las plantas españolas.
Además, debe realizar las inversiones adecuadas en el gasoducto del Magreb para poder cambiar la dirección del flujo de gas. Sin embargo, según fuentes expertas consultadas por este diario, "no tiene ninguna complicación técnica y es fácil y rápido hacerlo".
Marruecos deberá asumir, en cualquier caso, que se le ha complicado su factura energética por un gas que vive sus momentos más álgidos.
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