Marruecos se encuentra en un callejón sin salida. Por un lado, Argelia ha roto relaciones diplomáticas con el país alauí, pero por otro depende de su gas para alimentar a su industria. Y España podría tener un papel protagonista para buscar una solución.
¿De qué forma? Utilizando la "nueva relación" que Mohamed VI quiere mantener con España y que puso de manifiesto en un discurso el pasado mes de agosto. Unas palabras que desembocaron en una carta enviada por el rey alauita a Felipe VI. En ella destacaba las "excelentes relaciones" entre ambos países.
A partir de ahí se deriva lo sucedido hace unos días. Según Reuters, un alto funcionario marroquí dijo que su país está discutiendo con España la posibilidad de revertir el flujo del gasoducto del Magreb. Es decir, que en lugar de enviar gas desde Argelia a España pasando por Marruecos, se envíe en sentido contrario. Esto sólo se haría en caso de que el gobierno argelino no renovara el acuerdo de suministro.
Y eso es lo que ha ocurrido. A partir de este próximo 31 de octubre, Argelia cerrará su grifo y solo llegará gas a España por el gasoducto Medgaz, que viene directamente desde allí. Ante este problema, nuestro país ha llegado a un acuerdo de suministro mediante dos vías principales: se va a suministrar el 25% del gas a través de Medgaz, y el otro 75% mediante barcos en forma de gas licuado (GNL). El 29,25% del total del gas que se consume en España proviene de Argelia por gasoducto.
Sin embargo, España se expone a un riesgo. Ante la escasez de suministro gasista mundial, en épocas invernales, no sorprendería que los barcos metaneros, los que transportan el GNL (gas natural licuado) viraran súbitamente en busca del mejor postor. No sería la primera vez. Habría que asegurarse de que, pase lo que pase, llegarán a nuestro país pese a que hubiera ofertas más golosas desde cualquier otra parte del mundo.
Revertir el flujo
En abril de 2020, Naturgy compró el 34% de la propiedad del gasoducto Medgaz al fondo de inversión árabe Mubadala Investment Company por unos 445 millones de euros, hasta alcanzar el 49%, y poco después amplió la compra hasta hacerse con el 50%. El otro 50% pertenece a Sonatrach (50%), la empresa pública de hidrocarburos de Argelia.
Los medios locales marroquíes aseguran que España podría comprar más gas argelino para reexportar cierta cantidad y satisfacer así las necesidades del mercado marroquí. Fuentes conocedoras han confirmado a EL ESPAÑOL-Invertia que el sistema de cambiar la dirección del flujo de gas es técnicamente posible y fácil de hacer.
Lo que no está claro es si Argelia estará dispuesta a proporcionar a España gas adicional para permitir que se lleve a cabo dicho comercio. De ser así, Marruecos se vería obligado a comprar gas al precio del mercado internacional y no a los costes reducidos que se habían acordado previamente.
Marruecos consume poco más de 1,2 bcm (billion cubic metres) de gas natural por año desde 2017, según el diario Morocco News. El país ocupa el puesto 88 en el mundo en consumo de gas natural y las importaciones representan el 93% de su consumo total. Según Rystadt Energy, el gas argelino representa el 12% de la producción de electricidad de Marruecos. Por su lado, España consume unos 23 bcm al año, según datos del informe del Plan de Operación de Enagás.
En los planes de Marruecos se incluye el desarrollo de una nueva terminal de importación de gas natural licuado (GNL), dos centrales de ciclo combinado de 1200 MW, una unidad de regasificación de almacenamiento flotante y un proyecto de gasoducto de gas natural.
Pago en especias
"En estos últimos 25 años desde que comenzara a funcionar el gasoducto del Magreb, como pasaba por territorio marroquí, había que pagar un peaje que se realizaba en especias, es decir, que se paga con el gas que se quedaba en el país", explican las fuentes conocedoras.
Pero ese acuerdo tenía como fecha final para su renovación o extinción el 31 de octubre de este año, justo en una crisis energética como nadie recuerda y con los precios del mercado internacional tensionados por las necesidades de activar la economía de medio mundo.
Marruecos se queda sin ese gas y ahora depende de si España le ayuda a buscar una alternativa. O recibe gas argelino una vez que llegue a territorio español, que sería la vía a corto plazo que le salvara de desabastecimiento energético, o abre nuevas asociaciones económicas con Nigeria, el gigante de los hidrocarburos.
Marruecos necesita gas no solo para su industria, principalmente de propietarios chinos y europeos, sino también para producir una de sus exportaciones más buscadas: los fertilizantes fosfatados.
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