La opción de sacar a bolsa el negocio de renovables de Repsol suena cada vez más lejos. Tanto es así que el consejero delegado de la energética, Josu Jon Imaz, ha señalado que está analizando la operación de vender una participación minoritaria en su negocio de renovables. Y lo hará solo "si es capaz de encontrar el 'partner' adecuado que comparta su visión a largo plazo".
En una conferencia con analistas para presentar los resultados del ejercicio 2021, Imaz ha afirmado que todavía "no se ha tomado una decisión" respecto a esta operación. Sin embargo, no ha hecho ninguna mención a la otra opción, la que anunció en noviembre de 2020 y que después convertía en sociedad anónima su negocio de renovables por si salía a bolsa.
El ejecutivo de la energética ha insistido en que el capital del negocio de renovables solo se abrirá así a un socio financiero que esté dispuesto "a compartir la historia de crecimiento" en este segmento.
De todas maneras, para financiar ese crecimiento de la cartera de renovables, Repsol ya ha procedido a otras opciones, como la cerrada en noviembre del año pasado con Amancio Ortega para el parque eólico 'Delta', de incorporar socios minoritarios en los proyectos 'verdes'.
La compañía presidida por Antonio Brufau incrementará en 1.000 millones de euros las inversiones previstas en proyectos bajos en carbono para el periodo 2021-2025, hasta un total de 6.500 millones de euros, frente a los 5.500 millones de euros establecidos en su Plan Estratégico.
Con estas metas, la inversión destinada a iniciativas de bajas emisiones se situará en el 35% del total de las inversiones del grupo en el periodo 2021-2025 y el capital empleado para estos fines será del 45% en 2030.
Su 'hoja de ruta' marca un aumento del 60% de la capacidad renovable en 2030, hasta alcanzar 20 GW, frente a los 12,7 GW anunciados en su plan estratégico. Y en 2025, el nuevo objetivo de capacidad instalada se sitúa en 6 GW, frente a los 5,2 GW a los que apuntaba en la 'hoja de ruta' presentada en noviembre de 2020.
Un 5% más de dividendos
Repsol también ha anunciado que, vista la buena marcha de la compañía, acelerará en la mejora de la retribución a sus accionistas y recomprará 50 millones de acciones adicionales, que representan alrededor del 3,5% de su capital.
El pasado mes de octubre el grupo ya anunció que su sólida posición financiera, junto con el buen desempeño y el alza en el entorno de precios de las materias primas, le permitía abordar una mejora del dividendo en efectivo de un 5%, hasta los 0,63 euros por acción este año. La junta general de accionistas deberá aprobar esta decisión junto con una reducción del capital social de 75 millones de acciones, equivalente al 4,91%.
En la presentación de su nuevo plan estratégico 2021-2025 en noviembre de 2020, la compañía adoptaba un cambio en su política de dividendos, abandonaba el scrip dividend (pago en efectivo o en acciones) y lo sustituía por otro modelo de pago solo en efectivo, con complementos puntuales de recompra y amortización de acciones.
Así, la compañía prosigue mejorando la senda de dividendo prevista en su 'hoja de ruta', que preveía pagar una retribución mínima de 0,60 euros por acción durante 2021 y 2022, creciendo a 0,65 euros en 2023, 0,70 en 2024 y 0,75 euros en 2025.
Con el complemento añadido de la recompra y amortización de títulos a partir de 2022 y siempre con un tope máximo de 50 millones de títulos al año (200 millones durante el plan) el objetivo final marcaba alcanzar, entre ambas cosas, superar el euro por título en 2025.
Previsiones de precios
No obstante, este plan de dividendos estaba diseñado con una previsión de precios del barril de petróleo a 40 dólares de mínimo y 50 dólares de máximo, cuando actualmente supera los 90 dólares. De hecho, para este 2022 Repsol vaticina un escenario de precios del Brent de 70 dólares el barril.
Jon Imaz ha destacado que la situación de la compañía permite ofrecer esta "atractiva" remuneración a los accionistas, "competitiva" con respecto a sus pares del Ibex.
Aún así, también ha señalado que este escenario es "conservador", ya que existen "incertidumbres" respecto a la volatilidad en el entorno macro, y ha abierto la puerta a, de existir la oportunidad, seguir adelantando el plan de recompras de acciones.
Retribución del consejo
El consejero delegado de Repsol y único miembro ejecutivo del consejo de administración de la compañía percibió una retribución total de 4,24 millones de euros en 2021, un 15% más que los 3,685 millones de euros del ejercicio precedente, mientras que el presidente, Antonio Brufau, ganó 2,773 millones de euros, un 0,47% menos.
Según consta en el informe anual de remuneraciones de los miembros del órgano rector de la petrolera remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de esta cifra total percibida por Imaz 1,2 millones de euros correspondieron al sueldo, mientras que 1,36 millones de euros fueron en concepto de retribución variable a corto plazo y 773.000 euros a largo plazo.
Además, el directivo percibió 177.000 euros en otros conceptos de remuneración fija, así como otros 177.000 euros por pertenencia a comisiones del consejo.
En la retribución se incluyen 254.000 euros por remuneración por sistemas de ahorro, cantidad que no ha sido percibida en metálico en este ejercicio, sino que son aportaciones que realiza la compañía a un fondo a acumular por el directivo. También, otros 265.000 euros en concepto de beneficio bruto de las acciones o instrumentos financieros consolidados y otros 34.000 euros por otros conceptos.
Objetivo: descarbonización
El pilar del plan estratégico de la compañía para los próximos cuatro años es la descarbonización. Para ello, Repsol ya ha cesado su producción de upstream en seis países: Ecuador, España, Grecia, Vietnam, Malasia y Rusia.
Además, "estamos planificando la descarbonización del negocio del refino", respondía Jon Imaz a las preguntas de los analistas. "Eso significa que estamos reduciendo el uso de gas como combustible".
Una decisión que ha traído otra ventaja adicional: "Reducimos también así drásticamente el impacto de los altos precios del gas en el negocio de refino". Aún así reconoce que "nuestro negocio de gas tiene contratos a largo plazo y tenemos un suministro garantizado. El riesgo de precio está bastante contenido y restringido porque la exposición a los precios europeos del gas en estos contratos es bastante baja y estamos haciendo todo lo posible para reducir este impacto".
Respecto al negocio upstream de crudo, el máximo responsable ejecutivo de la compañía ha señalado que "tratamos de hacer todo lo posible para seguir adelante y aumentar la producción. Ya dije hace dos años que nos enfocaríamos más en la creación de valor y en la creación de cash flow. También dije que invertimos 650.000 dólares por día como promedio en nuestro plan estratégico y que rebajaríamos más o menos a 40.000 dólares por día de producción. Los ingresos provenientes de esta desinversión se destinarían en invertir en nuevos activos, optimizando todo el portfolio de solar".
"Vemos valor en la producción de lo no convencional. En cinco años el objetivo de nuestro cash flow para nuestro negocio upstream es de 4.600 millones de euros. Por supuesto, la eficiencia debe estar en el foco e intentamos hacer todo lo posible para reducir los costes. Estamos implementando todas las iniciativas digitales para lograr estos objetivos ambiciosos que tenemos. Pero la generación de caja la necesitamos para impulsar la transición energética de la empresa y mejorarla".
Desembarco en EEUU
Repsol acelera su desembarco en renovables en el mercado de Estados Unidos con la inversión en el desarrollo de un proyecto de 600 megavatios (MW), que estará situado en el Estado de Texas y se convertirá en el mayor en fotovoltaica del grupo hasta la fecha. Se prevé esté operativo en 2023.
Este será el segundo proyecto renovable en Estados Unidos del grupo, tras el de 'Jicarilla 2', un parque solar fotovoltaico en el Estado de Nuevo México de 62,5 MW.
El año pasado, Repsol desembarcó en el negocio de las renovables en un mercado como Estados Unidos con la adquisición del 40% de Hecate Energy, empresa especializada en el desarrollo de proyectos fotovoltaicos y de baterías para el almacenamiento de energía y sobre la que además tiene la posibilidad de hacerse con la totalidad del accionariado una vez pasados tres años.
Hecate Energy cuenta con una cartera de proyectos que suman más de 40 GW. De ellos, 16,8 GW corresponden a proyectos fotovoltaicos y de almacenamiento asociado a estos activos, que se encuentran en fase avanzada de desarrollo y 4,3 GW pertenecen a una plataforma de baterías para el almacenamiento de energía.
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