La posibilidad de una consolidación dentro del fragmentado sector europeo de las telecomunicaciones ha resurgido con fuerza en los últimos meses en países como España o Italia. Sin embargo, cualquier proceso que conlleve una reducción del número de operadores en estas u otras economías y, en consecuencia, del nivel de competencia tendrá que pasar antes por el escrutinio de Bruselas.
El mercado lleva semanas apostando por la llegada de una oleada de concentraciones empresariales con la confianza de que la Comisión Europea (CE) y las autoridades de competencia nacionales no se opondrán a estos movimientos y serán más favorables que en el pasado a una consolidación en aras de mejorar la capacidad de inversión de las empresas de telecomunicaciones.
Pero hasta el momento todo lo que se ha publicado son rumores, especulaciones y alguna oferta de compra rechazada (la de 11.250 millones de euros que presentaron Iliad y Apax por Vodafone Italia). De ahí que haya que esperar a que se materialice alguna de las operaciones mencionadas para comprobar si realmente Bruselas permitirá o no esa mayor concentración.
Ante este escenario, el presidente y consejero delegado de Orange, Stéphane Richard, ha querido lanzar un mensaje optimista, pero prudente a la vez. Y es que, aunque se ha mostrado "muy convencido" de que existen oportunidades de consolidación en varios países de Europa, también ha advertido de que no se ha producido ningún cambio en las políticas de Bruselas.
"Obviamente no hay ningún cambio en el marco de políticas de competencia o en los tratados europeos", ha incidido Richard tras presentar los resultados del ejercicio de 2021. En su opinión, la idea de una postura más favorable de los reguladores a la consolidación se basa únicamente en las apreciaciones derivadas de los encuentros que el sector ha mantenido en los últimos tiempos con las autoridades.
Oportunidades de consolidación
Por todo ello, Richard ha pedido "cautela" y no dar por garantizado el apoyo de las autoridades de competencia a una mayor concentración. En cambio, sí que se muestra convencido de que existen oportunidades de consolidación en muchos mercados europeos. Entre ellos, España, donde ve posible cualquier movimiento, siempre y cuando este no implique a Telefónica.
De hecho, gran parte de su intervención en torno a este tema durante la conferencia con los analistas ha estado centrada en el mercado español, ya que en las últimas semanas se ha especulado con diferentes operaciones que involucran principalmente a tres protagonistas: MásMóvil, Vodafone y la propia Orange.
El directivo ha dejado claro que el grupo francés está trabajando "activamente" para estar implicado en una posible consolidación del mercado en España y no ser un mero espectador. Sin embargo, ha admitido que tampoco sería "la peor de las noticias" que fueran otros los operadores que fusionaran sus actividades, ya que en todo caso la reducción del número de operadores generaría eficiencias para todo el sector.
Además, ha agregado que el "precio a pagar" por capturar los beneficios de estar implicado en un proceso de consolidación es tener que estar un año o año y medio lidiando con las autoridades europeas en materia de competencia, con toda la incertidumbre que esto genera y el tiempo, el personal y el enfoque que es necesario dedicar.
Respecto a los distintos escenarios posibles en el país, ha considerado que la única combinación que realmente generaría el rechazo de las autoridades sería una en la que estuviera implicada Telefónica, mientras que "todo es posible" con el resto de actores del mercado. "Esto no quiere decir que todo sea igual de simple", ha apostillado.
En este caso, Richard ha incidido en la necesidad de ser "cautos" y ha calificado de "pura especulación" las informaciones que apuntan que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sería "más favorable" que Bruselas a una operación de concentración.
De hecho, ha recordado que en el pasado hay ejemplos de autoridades nacionales (Alemania) que han sido más exigentes que las europeas a la hora de fijar los remedies o contraprestaciones.
"Todo está abierto en Bruselas o en Madrid, con la excepción de algo que puede implicar directamente a Telefónica. Es cuestión de diseñar un buen proyecto o anticipar buenos remedies que calmen las dudas de cualquier autoridad de competencia, en Bruselas o en Madrid", ha concluido.
La autocensura, el gran problema
En la que es una de sus últimas comparecencias como máximo responsable del grupo francés de telecomunicaciones, Richard ha comenzado su valoración sobre el sector europeo de las telecomunicaciones asegurando que intentaría ser "honesto", pero tampoco crear ilusiones, porque esto puede ser un "riesgo" en un tema tan sensible como este.
Y probablemente honesto ha sido cuando ha señalado que el principal problema que tiene el sector a la hora de abordar su consolidación es lo que ha denominado "autocensura". "Si no nos presentamos con un proyecto en Bruselas, no sabremos si ha habido un cambio o no", ha afirmado.
En este sentido, ha remarcado que el sector está listo para ir a Bruselas con "buenos proyectos de consolidación" en un mercado nacional, teniendo en cuenta el análisis de los remedies que se puedan exigir a cambio. "Hagámoslo, intentémoslo", ha apostillado.
En su opinión, este "nuevo ciclo de consolidación" en el que parece que se va a embarcar el sector europeo de las telecomunicaciones obedece más a "razones de estructura que a cambios de opinión" en la políticas aplicadas por Bruselas. De hecho, ha recordado en que en muchos países ya existen cuatro, cinco y hasta seis operadores con un tamaño considerable.
Así, ha subrayado que la mera relevancia que han adquirido en sus mercados compañías como Iliad en Italia o MásMóvil en España, que no existían o no eran tan grandes hace cuatro o cinco años, harán que el análisis de las autoridades de competencia sea diferente en esta ocasión.
"El sector ha retomado su fragmentación en los últimos dos años, lo que abre el camino para una consolidación del mercado", ha insistido Richard, quien ha asegurado que existe espacio para crear valor con este tipo de operaciones en algunos países, a pesar del que el marco regulatorio no haya cambiado.
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