Coincidiendo con del Día Mundial del Agua, el Gobierno ha aprobado en Consejo de Ministros el PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua para modernizar el sector y avanzar hacia una gestión más eficiente y sostenible.

Este proyecto impulsa el uso de las nuevas tecnologías de la información en el ciclo integral del agua, lo que permitirá mejorar su gobernanza y transparencia, aumentar su eficiencia, reducir las pérdidas en las redes de suministro y avanzar en el cumplimiento de los objetivos ambientales marcados por la planificación hidrológica y las normativas internacionales.



El PERTE para digitalizar el ciclo del agua, tercero de los impulsados por el MITECO tras el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA) y el PERTE de Economía Circular presentado a comienzos de este mismo mes, movilizará en los próximos años 3.060 millones de euros en inversiones públicas y privadas, y activará la creación de cerca de 3.500 empleos de calidad, abriendo nuevos nichos profesionales en la gestión del agua.

España es uno de los países de la Unión Europea con mayor estrés hídrico. El último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) resalta algo cada vez más evidente: el agua y el cambio climático están intrínsecamente vinculados. En los próximos años se prevén disminuciones de hasta el 25% del recurso en todo el país y del 40% en el sureste peninsular para finales de siglo.

Para ello, a lo largo de este año y en 2023 se lanzarán varias convocatorias de ayudas para administraciones y entidades competentes en el ciclo urbano del agua, la industria y para comunidades de regantes y de usuarios de aguas subterráneas. Esta línea de actuación cuenta con una inversión directa de 1.700 millones de euros, que arrastrará una movilización adicional de 1.120 millones de colaboración público-privada.

Industria aeroespacial

El sector espacial español ocupa el cuarto puesto de la Unión Europea y genera una productividad tres veces superior a la media nacional, por eso, para el Gobierno es prioritario impulsar un sector que en palabras de la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. 

El PERTE Aeroespacial, creado en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, prevé movilizar cerca de 4.533 millones de euros entre 2021 y 2025, con una contribución del sector público de alrededor de 2.193 millones de euros y una inversión privada de cerca de 2.340 millones.

"Hoy mirar al futuro pasa también por mirar al cielo", ha señalado Morant, que destaca este espacio como "estratégico" para la transformación de España, así como "imprescindible" para servicios tan cotidianos como la telefonía móvil, el GPS, la información sobre meteorología o el suministro de alimentos, también siendo de "utilidad" para la prevención y detección de catástrofes.

De esta forma, el PERTE contribuirá a superar en los próximos años los principales desafíos a los que se enfrenta la industria aeroespacial. Por una parte, en lo relativo a las consecuencias de la crisis económica con efectos globales y particulares en el sector y, por otra, en relación con los procesos de transformación económica, social, medioambiental y de política internacional que determinan en buena medida el futuro del sector.

Los objetivos específicos del PERTE se articulan en torno a tres pilares: el aeronáutico, el espacial y el transversal. Por un lado, los objetivos del pilar aeronáutico son capacitar a la industria en tecnologías y sistemas cero-emisiones para aeronáutica; desarrollar demostradores en el ámbito de las aeronaves multipropósito y vehículos aéreos no tripulados (UAV); así como avanzar en el desarrollo de infraestructuras aeronáuticas para cumplir los requisitos del reglamento del cielo único europeo.

También se prevé mejorar las capacidades del sector del espacio en el diseño de cargas útiles relacionadas con el control medioambiental, las comunicaciones cuánticas y la seguridad en cooperación internacional; y posicionar al sector espacial en el mapa europeo del uso comercial del espacio.

Por último, el pilar transversal, que afecta a los dos subsectores, se marca como objetivos específicos: impulsar actuaciones de innovación, sostenibilidad y digitalización en centros fabriles; fomentar la capacitación y formación orientada al sector aeroespacial; cohesionar y conectar el ecosistema de innovación en el ámbito aeroespacial; y habilitar fondos público-privados para reforzar a las empresas del sector.

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