Guía para saber qué están haciendo el resto de países europeos para rebajar sus precios energéticos
La crisis de precios del petróleo, gas y electricidad en Europa, acelerada por la invasión rusa en Ucrania, tiene una cita definitiva: el 24 y 25 de marzo.
22 marzo, 2022 03:26Noticias relacionadas
En unos días, el Consejo Europeo se reunirá para debatir cuáles son las mejores propuestas para atajar una subida enloquecida de los precios de la energía. Un problema que afecta a todos los países miembros de la UE, pero no al mismo nivel. Por tanto, cada país está haciendo de "su capa, un sayo", a la espera de lo que se decida en la Cumbre de los primeros ministros y presidentes este 24 y 25 de marzo.
Comenzamos con España, que es uno de los pocos países que no ha tomado medidas tras la invasión rusa en Ucrania, a la espera de lo que se decida por el conjunto de Europa. Por el momento, y para atajar el conflicto con los transportistas, ha decidido dar una bonificación al gasóleo de 500 millones de euros.
Más allá de esta decisión, sus opciones son limitadas en relación a bajar el precio de los combustibles. Casi el 50% del precio del carburante son impuestos, pero es de los países con menor carga fiscal (solo Rumanía, Polonia, Bulgaria y Hungría pagan menos).
Países nórdicos
En Dinamarca, el Gobierno prepara un plan para que a las personas que viajan largas distancias para trabajar se les ofrezca un subvención fiscal mejorada. Se aplicaría tanto a los viajes en tren como en automóvil.
La deducción se calcula siempre en función de los kilómetros recorridos si el trayecto se ha realizado en coche o en tren. Los viajeros pueden reclamar la deducción si viajan más de 24 kilómetros para ir y volver del trabajo (12 kilómetros en cada sentido).
Suecia, en cambio, ya ha tomado una decisión. Ha aprobado aplicar el tipo impositivo mínimo de la UE sobre el gasóleo (0,33 euros/l). El impuesto a la gasolina se reducirá en la misma medida por litro. Será solo temporal, pero como hay elecciones en septiembre, probablemente será difícil que los partidos no prometan prolongarlo.
En detalle, cada propietario de un vehículo obtendrá 1.000 coronas suecas extra (94 euros), y en zonas remotas 1.500 coronas (143 euros). También, todos los hogares en la parte sur del país con un uso de electricidad superior a 400 kWh durante marzo recibirán una compensación de hasta 1.000 coronas (94 euros).
Reducción al mínimo de impuestos
En algunos países, por ejemplo, Bélgica, el gobierno está considerando introducir reducciones temporales en el impuesto al combustible. Al igual que han hecho en Suecia, el plan es reducir el impuesto al mínimo de la UE.
En Holanda, la gasolina con impuestos especiales se redujo en 0,17 euros/l y el gasóleo en 0,11 euros/l. También ha bajado el IVA en todas las facturas energéticas. Del 21% a la tasa baja (9%) y ha aumentado el apoyo financiero directo para hogares de bajos ingresos de 200 a 400 euros este año.
En Alemania, también hay una compensación por el aumento de los precios. Es una especie de reembolso para las personas con viajes más largos de casa al trabajo y está por ver si se aprueba subir los impuestos anuales sobre automóviles.
En Austria la discusión se ha centrado en retrasar la introducción del impuesto al CO2 que ya se había acordado a julio, pero además podría aprobarse la suspensión temporal del IVA. Si es así, en cómputo anual, le costaría al estado 600 millones de euros.
En Irlanda, el 10 de marzo se votó a favor de un recorte en los impuestos especiales sobre la gasolina y el diésel y el cambio entró en vigor de la noche a la mañana. La reducción es de 20 céntimos por litro en gasolina, 15 céntimos por litro en gasóleo y un recorte de 2 céntimos por litro en gasóleo verde. La reducción estará vigente hasta el 31 de agosto y tendrá un coste de 320 millones de euros.
En las facturas de la luz, los hogares cuentan con un crédito de 200 euros ya este mismo mes para todo el año, y además una reducción del 20% en el transporte público introducida esta semana.
Países del Este
En algunos países del Este ya tomaron medidas meses atrás para reducir los impuestos. Es el caso de Polonia, que lo hizo el año pasado con las tasas especiales del combustible, así que no tiene mucho más margen de hacer algo más.
Para Eslovenia, la solución ha estado en establecer un precio máximo de venta al por menor de combustible basado en el promedio de siete días de los precios informados a la Comisión Europea. La medida tiene, además, una vigencia de 30 días. Así que en estos días, la gasolina les cuesta a los eslovenos 1.503 euros/l y el diésel 1,541 euros/l.
Un país que está esperando a tomar medidas es el de Lituania. El gobierno ha dicho que consideraría medidas una vez que quedara claro si se aplicaría algún embargo a los productos energéticos rusos. De lo contrario, la mayor parte de la diferencia se quedaría en la cadena de suministro.
Por último, el más osado de todos ha sido el gobierno húngaro que ha reducido en marzo el impuesto especial sobre los combustibles para el transporte, pero por debajo del mínimo exigido por la legislación de la UE.
Países mediterráneos
Comenzamos con Francia, que ofrece un reembolso de 0,15 euros por litro de combustible para transporte y así ayudar a los conductores a hacer frente al aumento de los precios. En total, calcula que destinará unos 2.200 millones de euros en ayudas.
La medida se aplicará durante cuatro meses a partir del 1 de abril y la bonificación ayudará a cualquier persona que compre combustible, en concreto a hogares, comercios, taxistas, camioneros y pescadores y podría ahorrar 9 euros en un depósito de 60 litros.
En el caso de Grecia, extenderá la ayuda financiera para aliviar a los consumidores que sufren los altos costes de la energía. El nuevo paquete costará 1.100 millones de euros, e incluirá más ayudas en las facturas de energía y un reembolso de combustible para ayudar a unos 3 millones de hogares vulnerables con ingresos anuales de hasta 30.000 euros.
En Portugal, el Gobierno está devolviendo hasta 20 euros al mes si se consume combustibles en carretera. "Es bastante complicado, pero pagas íntegro en el surtidor y luego te devuelven a tu cuenta 10 céntimos por litro hasta el límite de 20€/mes", explican fuentes conocedoras a EL ESPAÑOL-Invertia.
Es el llamado AutoVoucher, 20 euros al mes directamente acreditados en la cuenta bancaria donde se haya pagado el combustible. "No es tan difícil de conseguir; hay que registrarse en una app de Internet y solicitar un recibo con el número de IVA y pagar con una tarjeta de débito a su nombre". Y para taxis y transporte público, 30 céntimos por litro.
Además, también hay una rebaja en el impuesto a los combustibles pero sólo en la medida en que compense el aumento del IVA. Como el precio es más alto se recauda más IVA, esa diferencia se va a compensar en los impuestos a los combustibles. Por último, hay una reducción del Impuesto al Petróleo para compensar los ingresos extra estatales por el IVA.
Y en Italia, cuyos precios del combustible son los más altos de Europa después de los Países Bajos, el Gobierno no ha tomado todavía ninguna decisión.
Los ricos, los más beneficiados
La reducción de los impuestos sobre el combustible costará a los contribuyentes europeos casi 9.000 millones de euros, según un análisis de Transport & Environment (T&E). Los conductores más ricos recibirán ocho veces más dinero público que los más pobres, de media.
Por eso la organización europea propone, en su lugar, que los gobiernos deberían imponer un arancel a la importación de petróleo ruso para recaudar ingresos que pudiesen destinarse a ayudas económicas a los hogares con rentas bajas y a impulsar la seguridad energética de Europa.
Según el informe, el 10% de los conductores más ricos recibirán ocho veces más recortes en los impuestos sobre el combustible que los más pobres, de media, porque consumen mucho más combustible. Los conductores más ricos conducen más, a menudo solos, y con vehículos más grandes y contaminantes. Por ejemplo, una rebaja de 15 céntimos en el impuesto sobre el combustible durante seis meses reducirá la factura de un conductor de un BMW X5 en 300 euros, frente a los 85 euros de un conductor de un Citroën C3. Mientras tanto, las personas que utilizan el transporte público no reciben nada.