Bruselas pide a las empresas europeas que no acepten las exigencias del Kremlin para los pagos del gas
Completar las transacciones en rublos vulnera el régimen de sanciones contra Moscú porque supone un préstamo al Banco Central de Rusia.
28 abril, 2022 16:32Noticias relacionadas
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Bruselas advierte a todas las empresas energéticas comunitarias contra cualquier tentación de acceder a las demandas del Kremlin y completar el pago del gas ruso en rublos. La Comisión Europea ha dejado claro este jueves que ceder a las exigencias de Rusia supondría vulnerar el paquete de sanciones aprobado por la UE por la guerra en Ucrania. El régimen de Vladímir Putin ya ha cerrado el grifo del gas a Polonia y Bulgaria con el argumento de que no quieren pagar en rublos y otros Estados miembros temen sufrir el mismo castigo en los próximos días.
Por ello, en las últimas horas se han multiplicado las especulaciones de que los grandes distribuidores de gas de países como Alemania, Austria o Hungría se preparan para cumplir las demandas de Moscú. El Ejecutivo comunitario asegura que a día de hoy no le consta que ninguna compañía europea haya incumplido el régimen de sanciones contra Rusia.
Hasta ahora, las empresas energéticas europeas pagaban por el gas en una cuenta de Gazprom en Luxemburgo. El 97% de los contratos en vigor estipulan que los pagos deben hacerse en dólares o en euros. Del 3% restante, la mayoría son principalmente contratos en libras esterlinas. Muy pocos son en rublos.
Todo ha cambiado con el decreto presidencial aprobado en Rusia el pasado 31 de marzo, que introduce de forma unilateral un nuevo procedimiento de pago para los países considerados por el Kremlin "poco amistosos", entre los que están todos los de la UE.
Para empezar, el nuevo alambicado sistema obliga a las compañías a abrir una cuenta en Gazprombank en Rusia, en la que se puede realizar el abono en euros o dólares. Pero el pago no se considera completo hasta que los euros o dólares se convierten en rublos y se depositan en una segunda cuenta denominada en rublos.
Una conversión que ya no está bajo control de las empresas sino del Estado ruso y del Banco Central de Rusia, que son los que deciden cuánto tiempo tienen el dinero en euros y cuándo dan por concluido el pago.
"La cuestión es qué pasa si una empresa cumple el conjunto de disposiciones previstas por el decreto ruso, lo que implica pagar en determinadas divisas, que luego serán convertidas por organismos rusos a un tipo de cambio y en unos plazos que nadie controla a una cuenta en rublos. Esto claramente es una vulneración de las sanciones", ha explicado este jueves el portavoz de la Comisión, Eric Mamer.
En concreto, el Ejecutivo comunitario considera que este pago en dos fases infringe la prohibición de cualquier transacción con el Banco Central de Rusia. Es más, Bruselas sostiene que este sistema constituye una especie de "préstamo" de las empresas europeas al Banco Central de Rusia, porque el dinero está en sus manos sin límite de tiempo y puede hacer con él lo que quiera antes de convertirlo en rublos.
La única manera que tienen las compañías europeas de no vulnerar las sanciones contra Rusia es hacer el pago en euros en la cuenta de Gazprombank en Rusia y acompañarlo de una declaración clara de que sus obligaciones de pago terminan con esa transferencia. Es decir, sin abrir en ningún caso la segunda cuenta en rublos. Lo que no está claro es si el Kremlin acepta esta solución.
"Si un contrato prevé que el pago se haga en euros o en dólares, la obligación de la empresa se termina cuando ha hecho este pago en euros o dólares. Eso es lo que las empresas deben hacer, cumplir sus obligaciones contractuales", ha insistido Mamer.
El portavoz de Ursula von der Leyen ha recordado que corresponde en primera instancia a los Estados miembros asegurarse de que sus empresas respeten plenamente el régimen de sanciones. Pero también avisa de que si algún Gobierno descuida sus obligaciones, la Comisión podría abrirle un expediente sancionador. Algo que en estos momentos todavía no se contempla.
El Ejecutivo comunitario considera que el cierre del grifo del gas a Polonia y Bulgaria por no pagar en rublos constituye "una ruptura de contrato completamente inaceptable" y un intento por parte del Kremlin de "chantajear" a la Unión Europea. "Es algo que no es aceptable para nosotros", ha zanjado el portavoz.