Con la invasión rusa en Ucrania, Europa quiere dejar de depender del gas y el petróleo rusos pero Putin ya está cortando el gas como represalia a países como Polonia, Bulgaria y Finlandia. Las teorías distópicas se disparan sobre apagones generalizados, falta de gasolina para el coche o la escasez de combustible para la calefacción en invierno, y ya no parecen tan irreales.
El miedo a la falta de suministro energético se ha extendido por toda Europa, pero cada país tiene un 'mix' diferente y se enfrenta a un horizonte futuro con más o menos fortalezas. En comparación con sus vecinos, España se puede colocar en los primeros puestos de la independencia o la 'autarquía' energética a tenor de cómo evoluciona la transición hacia energías renovables, su apuesta por el hidrógeno y la actualidad diversificación de fuentes de energía.
Sin embargo, España sigue dependiendo del exterior en un 75% para su consumo de energía. Además, la energía representó el 96,7% del total del déficit comercial en 2021 (25.327 millones de euros), mientras que el 'no energético' se situó en 852 millones, según datos del Ministerio de Industria. Y eso pese a que se alcanzó un récord exportador, que superó por primera vez los 300.000 millones de euros.
Combustibles fósiles
La energía ha sido la clave para tener el saldo negativo comercial de España. Y esa energía proviene de los combustibles fósiles, ya que la producción en nuestro territorio es insignificante.
En petróleo y derivados hemos gastado 33.696 millones de euros, un 61,9% más que el año anterior, (2020 fue atípico, la Covid hundió los precios de los hidrocarburos). En el caso del gas, el gasto ha sido de 9.602 millones (un 91,3% anual más, también alentado por el 'estrangulamiento' preguerra de los gasoductos rusos a partir de septiembre).
En menor medida, España también importó carbón y electricidad por 3.278 millones (un 173% más que el año anterior).
La buena noticia es que nuestro país puede presumir de tener un alta diversificación de proveedores de petróleo y gas y se ha acentuado más, en el caso del gas, desde que Argelia cerró uno de los gasoductos, el del Magreb, y con la guerra en Ucrania.
Líder en almacén de gas
España es uno de los países que podría enfrentarse, sin mucha complicación, a un invierno sin gas ruso. A día de hoy, se ha convertido en el gran importador de gas natural licuado (GNL) de los estados miembro de la UE, seguido de Francia e Italia.
La lista de suministradores asciende a 12, de los cuales Estados Unidos se sitúa en primera posición, adelantando por primera vez a Argelia (gasoducto más GNL). Les siguen Nigeria, Francia, Rusia y Qatar, entre otros, según el 'Boletín informativo del mercado mayorista del gas' elaborado elaborado por CORES.
Eso le ha permitido superar en porcentaje a todos sus vecinos en almacenamiento de gas, con unas reservas por encima del 60% con fecha finales de abril, según el último Boletín Estadístico de Enagás. Y cuenta con la mayor red de regasificadoras de Europa, el 35% de la capacidad europea para almacenar GNL.
También los almacenes subterráneos han experimentado una inyección extraordinaria de gas. Además, España tiene dos gasoductos que cruzan los Pirineos hasta Francia, que ya están enviando gas hacia Europa a toda marcha, además del gasoducto que nos conecta con el gas de Argelia y los puertos marítimos bien situados para recibir el GNL estadounidense.
Productor de diésel
Rusia es el mayor proveedor de diésel y combustibles en Europa, con más de tres cuartos de millón de barriles por día. Sin embargo, España casi no depende de los hidrocarburos rusos, apenas suponen un 2% de sus importaciones de petróleo, con datos de CORES de enero de 2022.
Al igual que nuestro país es casi una 'isla energética' en electricidad, también es peculiar en el mercado de petróleo.
"España es exportador neto de gasolina y diésel a día de hoy", explicaban hace unas semanas a EL ESPAÑOL/Invertia fuentes de AOP (Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos). "Nuestras refinerías son tan competitivas que exportamos a Europa, y si otros países optaron por comprar el diésel ya preparado a Rusia, pueden cambiar su estrategia y comprar a las refinerías españolas".
"Además, nuestro país puede presumir de tener un sistema de suministro muy diversificado. Y lo podemos hacer por la flexibilidad del refino español. Es el mejor de toda Europa gracias a su proceso inversor entre 2008 y 2012 que ha permitido que nuestras plantas puedan procesar crudo de diferentes calidades y de muy distintos orígenes sin ningún problema".
'Mix' eléctrico
En España tienen un gran peso las energías renovables, mucho más que en la mayoría de nuestros vecinos europeos. Si se mejorasen las interconexiones con el continente, se podría exportar energía renovable, contribuyendo a la transición energética.
Nuestro país cuenta con un 'mix' eléctrico muy diversificado y con una revolución solar no solo en la construcción de parques solares, sino también en el segmento del autoconsumo y las muy incipientes comunidades energéticas.
Con datos de REE, en 2021, el 23,9% del total de la electricidad generada procedió de los parques eólicos, el 21,8% de la nuclear, el 15,2% de las centrales de gas (ciclos combinados), el 11,9% de la hidráulica, el 8,2% de la energía solar y el 10,5% de la cogeneración.
Pero también aportan otras tecnologías como son el carbón (2,5%), residuos no renovables (0,9%), turbación por bombeo (1,1%), residuos renovables (0,3%), solar térmica (1,9%), otras renovables, como la biomasa (1,9%) y el saldo de las interconexiones (0,4%).
Las renovables lograron su mejor registro produciendo en 2021 el 46,7% de toda la electricidad en nuestro país, un 9,9% más que el año pasado.
Aún así, no es suficiente para conseguir la independencia energética. Por el momento, España tiene una de las tasas más altas de dependencia energética de la UE. Para dejar de serlo, tienen que despegar otras tecnologías que permitan el almacenamiento de la generación renovable.
Especialmente ahora que se está produciendo una incorporación masiva a la red de generación fotovoltaica y que comienza a tener su impacto en el mercado eléctrico. "Sin embargo, si no se mejoran las redes de transporte y distribución, y se amplían las interconexiones con otros países, se va a perder mucha generación que no se va a poder integrar en el mercado", explica a EL ESPAÑOL-Invertia, Javier Colón, socio fundador de la consultora Neuro Energía.
España cuenta tan solo con cinco enlaces eléctricos con Francia que suman un total de 2.800 MW de potencia y suponen el 2,8% del total de la capacidad energética del país.
"Aquellos países que tengan mayor capacidad de producción de energía se lo suministrarán a aquellos que no tengan esa posibilidad", señalan en su informe ¿Qué países son carne de cañón para la importación y exportación de energía? la consultora especializada en energía Roams.
Queda también por despegar otras tecnologías como la eólica marina, con una alta proyección de generación limpia y estable alrededor de nuestras costas, ya está en marcha el 'boom' el autoconsumo, y se tienen grandes esperanzas en la industria del hidrógeno.
Hidrógeno verde
Más de 450 expertos procedentes de 40 países de todo el mundo se han reunido esta semana en Madrid con motivo del Congreso Europeo del Hidrógeno 2022 (EHEC 22).
España tiene el potencial y la capacidad de convertirse en el hub de generación de energía renovable de Europa y, para ello, las tecnologías del hidrógeno están llamadas a jugar un papel fundamental. En este escenario, España ha elevado el hidrógeno renovable a la categoría de ‘proyecto país’ gracias a sus enormes potencialidades. Con viento y sol a raudales para generar hidrógeno verde, si todo sale bien, España podría ser a mitad de siglo exportadora de energía.
Durante la inauguración, la presidenta de la Unión Europea, Ursula Von der Leyen, que ha participado por videoconferencia, ha asegurado que "en los tres primeros meses de este año, el 20’% de la toda la nueva energía limpia de hidrógeno en Europa anunciados en el mundo, están en España. Esto es impresionante. España acoge grandes proyectos como este del hidrógeno sobre la base de energía solar, reduciendo los costes en dos tercios".
Carlos Barrasa, director de Commercial & Clean Energies de Cepsa, ha dicho por su parte que el hidrógeno verde es una oportunidad para España: “España tiene unas condiciones únicas para participar en esta nueva industria. Tenemos un acceso y una capacidad de generación renovable muy destacable, capacidad técnica y una localización privilegiada. Los puertos de Algeciras y de Huelva nos dan acceso a la cadena de valor que se está generando a nivel global. Y España puede jugar un papel único en la independencia energética de Europa”.
Cepsa es uno de los principales productores españoles de hidrógeno y, dentro de su Estrategia 2030, ‘Positive Motion’, la compañía ambiciona liderar al final de esta década la producción de hidrógeno verde en España y Portugal, con una capacidad de producción equivalente de 2 GW y ser la puerta de entrada de Europa. De este modo, se convertirá en un referente de esta energía en el continente europeo, gracias a la localización privilegiada de sus instalaciones en la Península Ibérica.
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