La 'excepción ibérica' se abre paso como solución preferida en la UE para rebajar la factura eléctrica
La mayoría de Estados miembros apoya las compras conjuntas de gas. El tope general de precio a las importaciones sigue generando dudas.
11 octubre, 2022 02:46Noticias relacionadas
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El agravamiento de la crisis energética está forzando a la Unión Europea a quemar etapas a velocidad de vértigo. La escalada imparable de precios ha disparado el temor entre todos los líderes europeos (sin excepción) a un hundimiento de la industria comunitaria, una recaída en la recesión y una revuelta social. Las medidas adoptadas hasta ahora por Bruselas para rebajar la luz (llenado obligatorio de depósitos de gas, recorte del consumo o gravámenes a las eléctricas) se han revelado insuficientes y se buscan a toda prisa nuevas soluciones de emergencia.
Al chantaje de Vladímir Putin con el gas se suma también la decisión de la OPEC (liderada por Arabia Saudí y también por Rusia) de recortar la producción de petróleo. Una tormenta perfecta que está obligando a realizar virajes de 180 grados incluso a los países más reticentes a cualquier intervención, como Holanda o Alemania. Posiciones que parecían inamovibles cambian en cuestión no ya de semanas sino de días. Ideas que se habían descartado por impracticables o intervencionistas vuelven a la mesa de negociación.
Es lo que está ocurriendo con el denominado 'modelo ibérico' que aplican desde junio España y Portugal. Un mecanismo que consiste en topar el precio del gas utilizado para generar electricidad con el fin de rebajar la factura final que pagan los consumidores. El Consejo Europeo la autorizó como 'excepción' atendiendo a la condición de 'isla energética' de la Península Ibérica. Pero Bruselas desechó -a principios de septiembre- ampliarla a toda la UE escundándose en que impulsaría la demanda de gas en un momento en que es un bien escaso y además pondría en riesgo los objetivos ambientales comunitarios.
[Bruselas plantea por primera vez "europeizar" la excepción ibérica para rebajar la luz]
Apenas ha transcurrido un mes, pero el escenario ha dado un vuelco total. La 'excepción ibérica' se abre paso como solución preferida en la UE para rebajar la factura, según se evidenció en la cumbre informal de líderes europeos celebrada el pasado viernes en Praga. Incluso Holanda está dispuesta a examinar su viabilidad. Por su parte, el Gobierno de Berlín está muy presionado por sus socios para aceptar alguna solución europea tras su plan unilateral de ayudas de 200.000 millones de euros únicamente para hogares y empresas alemanes. La presidencia de turno checa espera un acuerdo para extender el modelo de España y Portugal a toda la Unión en noviembre.
La otra medida que genera un consenso creciente es la puesta en marcha de una plataforma conjunta de compra de gas (inspirada en el ejemplo de la vacuna contra la Covid-19), cuyo objetivo es evitar que los Estados miembros se hagan la competencia entre sí y contribuyan a subir los precios como ha ocurrido en los útimos meses. En cambio, la imposición de un tope general al gas importado (una iniciativa reclamada por España, Italia o Francia) sigue suscitando muchas dudas por los riesgos para la seguridad de suministro. Los productores descontentos podrían desviar su gas natural licuado (GNL) a los mercados asiáticos, avisan en Bruselas.
Más reuniones en busca de acuerdos
¿Cuál es ahora el calendario? Los ministros de Energía de la UE celebran una reunión informal este miércoles en Praga, en la que darán las instrucciones finales a la Comisión. El Ejecutivo comunitario tiene previsto presentar su propuesta legislativa para 'europeizar' la 'excepción ibérica' la semana que viene, a tiempo para el Consejo Europeo del 20 y 21 de octubre. El primer debate a nivel ministerial está programado para el 25 de octubre, pero la presidencia checa descarta un acuerdo tan rápido dada la complejidad del expediente. Por eso, prepara ya otra reunión extraordinaria de ministros de Energía en novimbre que ya sí sería decisoria.
"La mayoría de Estados miembros quiere que el modelo ibérico se ponga en marcha lo antes posible, porque puede hacerse de forma razonablemente rápida y sólo hay una posibilidad limitada de consecuencias indeseadas", relata un alto diplomático europeo. "Será un enfoque por etapas, con una solución razonablemente rápida sobre el modelo ibérico, y luego un trabajo más a largo plazo sobre el resto de áreas", añade. La presidencia checa está convencida de que podrá lograr la mayoría cualificada para aprobar esta opción aunque persistan las dudas de Alemania.
Sobre lo que todavía no hay acuerdo es en lo relativo a cómo se financiaría la 'europeización' del modelo ibérico. Es decir, sobre si cada país tendría que pagar su parte con cargo a la factura (como España) o a los prespuestos nacionales. O si por el contrario habrá algún tipo de financiación europea.
En cuanto al tope general al precio del gas importado, no hay un acuerdo a la vista, al menos a corto plazo, porque es "demasiado complicado". "No puede ser un tope fijo, porque para el GNL estamos compitiendo con Asia y con otros posibles compradores y tenemos que ser muy cuidadosos en la manera de estructurarlo", explica el diplomático. En Praga, el canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que un tope al gas sólo funcionaría si lo aplican también otras potencias como Japón o Corea del Sur, una posibilidad ahora mismo muy remota.
También la creación de un índice de referencia alternativo al TTF holandés (que reclama la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera) costará tiempo. De ahí que la prioridad que se ha fijado Bruselas sea alcanzar acuerdos voluntarios con socios preferentes como Noruega o Estados Unidos para rebajar los precios, a cambio de contratos a largo plazo.
El otro paso intermedio sería la compra conjunta de gas natural licuado, una idea que España puso sobre la mesa hace casi un año pero sigue sin materializarse. "Como ocurrió con la pandemia, al principio los Estados miembros pensaron que podían ir por su cuenta y que políticamente les salía rentable presumir de sus compras. Pero ahora el equilibrio ha cambiado. Incluso los grandes proveedores de GNL no están diciendo que prefieren una voz única en la UE. La mayoría de Estados miembros consideran que si hay compras conjuntas, los precios serán mejores y los acuerdos serán más fiables y sólidos", apunta el diplomático.