Bruselas

La Comisión Europea ha lanzado este lunes una consulta pública con el fin de recabar la opinión de Gobiernos, industria y consumidores sobre la reforma estructural del diseño del mercado eléctrico de la UE. Una reforma cuyos objetivos son proteger mejor a los consumidores frente a la excesiva volatilidad de los precios, fomentar las energías limpias y fortalecer la resiliencia del mercado. Y cuyo pilar central consistirá en dar más peso en los contratos a largo plazo que reflejen los costes reales de producción.

La consulta estará abierta hasta el 13 de febrero. Una vez examinadas todas las contribuciones, el equipo de Ursula von der Leyen tiene previsto presentar propuestas legislativas a finales de marzo. El Gobierno de Pedro Sánchez se ha adelantado al calendario y ya planteó sus ideas a principios de enero. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, apuesta también por fomentar los contratos a largo plazo, así como las subastas de capacidad.

"El mercado de la electricidad de la UE nos ha servido bien durante más de veinte años. Pero la crisis energética sin precedentes a la que nos enfrentamos muestra que debemos hacer que el diseño del mercado de la electricidad se ajuste al futuro y haga llegar a todos los beneficios de una energía limpia y asequible", ha dicho la comisaria de Energía, Kadri Simson, en un comunicado.

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El Ejecutivo comunitario sostiene que el sistema actual ha proporcionado un mercado eficiente y bien integrado, lo que ha permitido a la UE cosechar los beneficios económicos de un mercado energético único, garantizando la seguridad del suministro y estimulando el proceso de descarbonización.

Sin embargo, Bruselas admite que el sistema también ha demostrado "algunas deficiencias". "En la actual crisis de precios de la electricidad altos y volátiles, la carga económica ha recaído sobre los consumidores finales. Por lo tanto, se necesita una reforma para proteger mejor a los hogares y las empresas de los altos precios de la energía, aumentar la resiliencia y acelerar la transición verde", afirma la Comisión.

La consulta se centra en cuatro áreas principales. En primer lugar, hacer que las facturas de la luz dependan menos de los combustibles fósiles e impulsar el despliegue de energías renovables. Para ello, Bruselas plantea incentivar el uso de los contratos a largo plazo de compra de energía.

En segundo lugar, el Ejecutivo comunitario plantea incentivar el uso de alternativas al gas (como el almacenamiento de energía o la reducción programada de la demanda) a la hora de mantener el sistema eléctrico en equilibrio y garantizar la seguridad de suministro.

Finalmente, la consulta pone el énfasis en la necesidad de reforzar la protección de los consumidores, así como de mejorar la transparencia, supervisión e integridad del mercado eléctrico.