Los españoles financian con 1.945 millones en su factura la luz de marroquíes, franceses y portugueses por el tope al gas
Con la 'excepción ibérica', España exporta el triple de electricidad a Portugal. En Francia, se ha pasado de un saldo importador y uno exportador con cifras disparadas.
20 abril, 2023 02:41El mecanismo conocido como excepción ibérica para topar los precios del gas en el mercado eléctrico tiene efectos perversos. Según un estudio realizado por analistas del sector de las energías renovables al que ha tenido acceso en exclusiva EL ESPAÑOL-Invertia, desde su puesta en marcha (junio de 2022) los consumidores españoles han subvencionado un total de 1.945 millones de la factura eléctrica de consumidores de Marruecos, Portugal y Francia.
"Esta subvención al precio del gas causa un precio eléctrico ficticio y anormalmente bajo que genera un saldo exportador hacia nuestros países vecinos", señalan los analistas. "Y, por tanto, se genera una demanda adicional de energía eléctrica y de gas hacia países terceros subvencionada por los consumidores españoles".
Precisamente, este jueves se debate en el Congreso la prórroga de esta medida hasta el 31 de diciembre. Sin embargo, el 28 de marzo pasado, el Consejo de Ministros ya lo aprobó como Real Decreto-Ley 3/2023.
[El Consejo de Ministros aprueba la prórroga de la 'excepción ibérica' hasta el 31 de diciembre]
"En concreto, desde el sistema ibérico se envió en 2022 a Marruecos un total de 1,8 millones de MWh mientras que la entrada de electricidad a las infraestructuras españolas se quedó en 422.000 MWh. Eso supone que el 81% de flujo eléctrico se exportó y solo el 19% se importó".
Igualmente, "la excepción ibérica propició que España en 2022 se convirtiera en exportador neto de electricidad a Francia, cuando tradicionalmente ha sido todo lo contrario".
El Ministerio para la Transición Ecológica ha explicado en varias ocasiones que "no se está subvencionando la luz; las centrales de gas cobran el mismo precio que cobrarían si no existiera la solución ibérica. El ajuste que perciben es la diferencia entre ese precio y el precio rebajado que cobran todas las demás centrales gracias al mecanismo".
Según datos del Balance del Plan SE+ hasta marzo de 2023, los saldos comerciales de electricidad de España con Francia desde el 1 de agosto de 2022 confirman ese flujo. Si en los últimos cinco años la media era de un saldo importador de 3.998 GWh, la excepción ibérica ha supuesto un cambio radical. En estos meses ese saldo se ha vuelto exportador, de España a Francia, y se ha disparado a los 9.422 GWh. En el caso de Portugal, el efecto ha sido multiplicador y ha pasado de los 1.001 GWh a 3.816 GWh.
Más consumo de gas
Otro de los efectos podría ser un mayor consumo de gas natural para generar electricidad en las centrales térmicas (ciclos combinados). De hecho, "la demanda de gas para generación eléctrica en España aumentó un 52,6% en 2022 respecto a 2021, y registró 138 TWh, el valor más alto desde 2010", con datos publicados por Enagas.
Sin embargo, ese aumento de consumo de gas también estuvo influenciado por la grave sequía y el tórrido calor de los meses de verano. A la histórica falta de agua en los embalses, la generación hidroeléctrica se hundió un 50% con respecto al nivel del mismo periodo de 2021. De hecho, no existen registros tan bajos para los dos primeros meses del verano en la serie histórica.
El calor tampoco beneficia a la eólica, ni a la energía fotovoltaica y termosolar. En el caso extremo de las fuentes perjudicadas por la sequía estaría la energía nuclear, como se ha visto en Francia.
Caída de la rentabilidad renovable
Por último, los analistas afirman que "la excepción ibérica ha creado una situación ilógica, muy adversa para las rentabilidades de las compañías españolas de energías renovables, que ven limitados sus ingresos e incrementada su inseguridad jurídica".
Aseguran que la excepción ibérica ha impuesto un límite artificial a los precios del gas. Sin embargo, el gas se sigue pagando a precios de mercado. Es decir, que ninguna tecnología a excepción de las centrales térmicas de gas puede comercializarse por encima de un precio fijado por el Gobierno (67 euros/MWh) y "cuando caen los precios de la electricidad a niveles cercanos a cero, no pasa nada. Esas empresas tienen que asumir ese coste".
Por eso, advierten de que los inversores internacionales están perdiendo su interés en seguir desarrollando nuevos parques renovables en nuestro país. "Justo cuando se pide un esfuerzo inversor en renovables se genera un escenario de mercado donde los precios elevados que fomentarían el rápido despliegue de las renovables se eliminan".
Y concluyen que "mientras las empresas gasistas han incrementado enormemente su venta de electricidad desde la puesta en marcha de la excepción ibérica, con una rentabilidad garantizada por el Gobierno, se penaliza la rentabilidad y las inversiones de las empresas renovables".