Primer informe de Bruselas sobre los riesgos climáticos: alarma sobre la agricultura y la energía en los países del sur
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha advertido que el cambio climático causará daños económicos catastróficos en la UE.
12 marzo, 2024 01:47Aseguradoras, banca, industrias, empresas, inversores... todos tienen que apuntarse el contundente mensaje que los científicos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) han presentado este lunes a los líderes de la UE sobre el riesgo de la subida de las temperaturas del planeta.
El mensaje es claro, o se actúa ahora o el cambio climático causará daños económicos catastróficos en Europa. Y más aún, ha advertido que la UE no está preparada para sus efectos.
La evaluación encontró que los países del sur son "puntos críticos" de riesgos climáticos, incluida la interrupción del sistema energético debido al calor y la sequía, la escasez de agua que afecta la actividad económica y el rendimiento de los cultivos, y los incendios forestales que amenazan los ecosistemas y las viviendas.
Cada décima adicional de grado traerá más inundaciones costeras, sequías que durarán años y olas de calor abrasador. Por ello, han pedido que Gobierno europeo y los de los países de la UE aceleren rápidamente los preparativos para proteger vidas y medios de subsistencia.
"Cientos de miles de personas morirían a causa de las olas de calor, y las pérdidas económicas sólo por las inundaciones costeras podrían superar el billón de euros al año", dice el resumen del informe.
Llamamiento electoral
"Si no se toman medidas decisivas ahora, la mayoría de los riesgos climáticos identificados [en la evaluación] podrían alcanzar niveles críticos o catastróficos para finales de este siglo", añade.
En su análisis, señalan que prepararse para el cambio climático requiere grandes inversiones durante décadas, mucho más allá de los límites del ciclo electoral europeo, pero el informe de la AEMA no deja dudas de que se deben tomar medidas ahora.
Las decisiones que se tomen en los próximos años (por los legisladores electos y los funcionarios designados tras las elecciones de la UE de junio) determinarán los riesgos que enfrentarán los europeos en la segunda mitad del siglo XXI.
Los investigadores evaluaron 36 riesgos climáticos en cinco áreas temáticas (ecosistemas, alimentos, salud, infraestructura y economía y finanzas) y descubrieron que 21 de ellos necesitan una mayor preparación ahora. Ocho fueron clasificados como particularmente urgentes. Cada capítulo viene con un conjunto de recomendaciones de políticas.
"Cada uno de estos riesgos por sí solo tiene el potencial de causar una degradación ambiental significativa, daños económicos, emergencias sociales y turbulencias políticas", se lee en el informe.
"Sus efectos combinados son aún más impactantes". Especialmente destaca que la escasez de agua podría provocar conflictos dentro de Europa.
Agricultura y dieta
La agricultura en general tendrá que adaptarse a temperaturas más cálidas y patrones de lluvia más erráticos para garantizar la seguridad alimentaria de Europa. "La producción agrícola ya enfrenta riesgos climáticos sustanciales en toda Europa", dice el documento, destacando el potencial de escasez y aumento de los precios de los alimentos.
En general, el continente "enfrenta un riesgo creciente de megasequías que abarcan grandes regiones y duran varios años, y que son incluso más graves que las recientes sequías en Europa". Esto pondrá en peligro la salud de las personas, la producción y fabricación de alimentos, además del suministro de energía y agua, el transporte fluvial y los ecosistemas.
Los investigadores sugieren que los europeos podrían abordar la escasez de agua en parte cambiando hacia dietas basadas en plantas, ya que "reduciría el consumo de agua dulce para la producción de alimentos".
La Política Agrícola Común (PAC) del bloque necesita reformas para incentivar prácticas agrícolas más sostenibles y cambiar a cultivos más resistentes a la sequía o que requieran menos agua, añaden.
Subida del mar
Dado que el nivel del mar aumenta sólo unos pocos milímetros al año, proteger las costas de Europa podría no parecer un problema urgente, y el informe reconoce que no ha habido inundaciones costeras masivamente destructivas recientemente.
"Sin embargo, el ritmo acelerado del aumento del nivel del mar y el aumento exponencial de los riesgos de inundaciones resultantes requieren más acciones ahora", advierten los investigadores.
Las inundaciones costeras y las marejadas ciclónicas serán más frecuentes y más graves, añade, "con impactos potencialmente devastadores en la población, la infraestructura y las actividades económicas de Europa". Un alto nivel de calentamiento global podría causar más de 1 billón de euros en daños económicos anuales relacionados con las inundaciones para finales de siglo, según la evaluación.
En particular, las comunidades costeras (que incluyen ciudades importantes de la UE como Ámsterdam) enfrentan un riesgo creciente de intrusión de agua salada, lo que se suma a los problemas de escasez de agua en Europa.
El sur, el más vulnerable
La región continental más vulnerable a los impactos climáticos (particularmente el calor extremo y la sequía) es el sur de Europa.
Los países del sur de Europa ya enfrentan un riesgo "crítico" de pérdida de cosechas o malas cosechas y amenazas "sustanciales" a su suministro de energía debido al aumento de las temperaturas y las sequías prolongadas, advierte el informe.
La salud humana corre mayor riesgo en el sur, y no sólo por el calor en sí. El humo de los frecuentes incendios forestales es una "gran amenaza para la salud", y los mosquitos portadores de enfermedades ahora llaman hogar a la región.
Muchas zonas del sur de Europa también presentan tasas de desempleo, pobreza y emigración superiores a la media, un factor que hace que la adaptación al cambio climático sea más complicada.
En consecuencia, las economías y la estabilidad financiera del sur de Europa enfrentan riesgos importantes. Las olas de calor tienden a reducir la productividad.
Por tanto, los desastres climáticos "pueden dar como resultado una reducción de los ingresos fiscales, un aumento del gasto público, calificaciones crediticias más bajas y un mayor coste de los préstamos”.