Ocean Winds: cuatro años de éxito de un parque eólico flotante que resiste olas de 20 metros en el Atlántico
Portugal prevé alcanzar los 2 GW de potencia instalada en 2030, un objetivo más ambicioso que España (3 GW), según el espacio marino disponible.
29 septiembre, 2024 03:32A 18 kilómetros mar adentro del puerto portugués de Viana do Castelo emergen tres colosos de Rodas en forma de aerogeneradores marinos flotantes, que resisten las embestidas del océano Atlántico hasta superar los 20 metros de oleaje en el peor de los momentos.
Se trata de WindFloat Atlantic, el primer parque eólico marino flotante de Portugal y proyecto piloto de la empresa madrileña Ocean Winds, una joint venture creada por la portuguesa EDPR y la francesa Engie.
Después de cuatro años en operación, puede presumir de éxito con su parque offshore de 25 MW instalados (cada turbina es de 8,4 MW de potencia) con sus más de 4.000 horas equivalentes o más de 4.000 horas funcionando a plena potencia, porque el viento sopla más en el Atlántico que sobre tierra firme.
Es uno de los pocos parques en operación en el mundo, y suministra energía a 25.000 hogares portugueses, evitando que se emitan a la atmósfera 33.000 toneladas de CO2. Solo compite con el proyecto Hywind Scotland, de 30 MW, ubicado frente a la costa de Escocia, que se convirtió en el primer parque eólico flotante comercialmente operativo del mundo en 2017. Por tanto, WindFloat Atlantic se ha coronado como el primer parque eólico flotante de Europa continental.
También China se ha apuntado a la carrera por desarrollar eólica flotante, y en agosto pasado instaló el OceanX, una plataforma con dos turbinas eólicas dispuestas en forma de "V" y de 8,3 MW de potencia.
Tecnología en altamar
Lo que parece sencillo en el papel, no lo es tanto cuando la inmensidad del océano engulle la actividad humana. El parque eólico marino consta de tres aerogeneradores, soportados por tres estructuras flotantes semisumergibles basadas en la tecnología 'WindFloat', desarrollada por Principle Power.
La altura de estos titanes es de 207 metros, con 30 metros sumergidos bajo el mar anclados al fondo marino con un sistema muy parecido al de un ancla de un barco. Un lecho marino que está a 100 metros de profundidad y cuya línea de amarre es una catenaria.
La distancia lateral de la plataforma (entre el centro de las columnas) es de unos 50 metros. Su estabilidad está reforzada por un sistema de compuertas que se llenan de agua en la base de las tres columnas, asociadas a un sistema de lastre estático y dinámico.
Este sistema de lastre activo mueve el agua entre columnas para compensar las tensiones provocadas por el empuje del viento sobre el aerogenerador. Este lastre móvil compensa las diferencias significativas en la velocidad y dirección del viento. Su finalidad es mantener la torre del aerogenerador en posición vertical para optimizar su rendimiento.
El efecto en los ojos humanos es un mínimo e imperceptible movimiento que no llega a ser del 0,2%, según han explicado los responsables del proyecto en un encuentro con los medios.
Pero ¿cómo se instala en medio del mar esta tecnología? "La tecnología de montaje fue en dique seco, lo que supuso un importante ahorro logístico y económico y el arrastre de las plataformas se realizó mediante remolcadores convencionales", explica Manuel Fernández, project director de Ocean Winds.
Oasis de la biodiversidad
Después de cuatro años de estudios, el proyecto arroja algunos datos muy reveladores para la fauna marina y la biodiversidad que alberga bajo el agua.
"En nuestra experiencia como líderes en desarrollo de parques eólicos marinos, hemos podido observar cómo hay cada vez más especies marinas que buscan refugio en nuestras instalaciones y como se regenera la vegetación", señala Fernández.
Aunque reconoce que aún es pronto para asegurarlo, han monitorizado la evolución de los individuos de las diferentes especies que habitan en el parque, "y por ejemplo, hay una mayor cantidad de pulpos y más grandes, así como especies de peces planos (platijas, gallos, lenguados...) que también son más grandes".
Se podría decir que el ecosistema, al no tener ningún elemento perturbador por debajo de los 30 metros que unas anclas y unas catenarias, no molesta a la vida marina e incluso podría servir para proteger a la fauna como un espacio de refugio.