Petroprix desoye ofertas de compra y fija su meta: doblar su red de gasolineras en tres años y más de 1.500 M de facturación
- La compañía de estaciones de servicio low cost analiza su incursión en Europa del Este y se abre a adquisiciones.
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El boom de las gasolineras low cost ha captado la atención de grandes fondos de inversión y gigantes del sector petrolero. Ballenoil fue adquirida por Moeve (Cepsa) y Plenoil pasó a manos de los fondos Tensile Capital Management y Portobello Capital.
Sin embargo, Petroprix —el tercer jugador clave en este segmento— ha optado por mantenerse al margen de las ofertas de compra y enfocarse en un objetivo ambicioso: doblar su facturación y su red de estaciones de servicio en tres años.
"Hemos recibido varios acercamientos de compradores, pero ni estamos interesados ni tenemos tiempo para eso. Nuestro único foco ahora es duplicar nuestro tamaño, concentrando todos los esfuerzos en lograr en tres años lo que nos llevó una década construir", explica Manuel Santiago, CEO de Petroprix, a EL ESPAÑOL-Invertia.
La compañía especializada en estaciones de servicio automáticas evita así abrir sus libros financieros y operativos a terceros en un momento clave de su expansión nacional e internacional.
Actualmente, Petroprix cuenta con 170 estaciones de servicio en la Península Ibérica, pero su plan estratégico prevé superar las 340 gasolineras en los próximos tres años.
En España, donde ya tiene 167 instalaciones, espera inaugurar entre 40 y 50 estaciones adicionales en dos ejercicios.
Además, Petroprix invertirá 25 millones de euros en su plan de expansión en Portugal para operar 50 gasolineras a finales de 2026, según revela el CEO de la firma a este diario. "Este miércoles hemos abierto nuestra tercera estación en Matosinhos (Oporto) y en los próximos meses inauguraremos una en Paços de Ferreira y otra en Pedroso (ambas en Oporto)", detalla.
La empresa jiennense es la primera de su sector en iniciar una incursión en los mercados internacionales. "En Panamá ya estamos construyendo y en el primer trimestre de 2025 habremos inaugurado nuestras 2 o 3 primeras estaciones", asegura el CEO. Para los próximos dos años la compañía prevé abrir 30 gasolineras.
Y lo mismo ocurre con Chile. "En el primer trimestre de 2025 abriremos nuestra primera instalación y en dos ejercicios contemplamos un total de 30 aperturas", añade.
Petroprix cerrará el año 2024 con una facturación de 770 millones de euros y espera doblar sus cifras para 2027 gracias a todas las aperturas. "Hablamos de una facturación anual por encima de los 1.500 millones de euros".
Y su intención es seguir expandiendo el negocio internacional. "Estamos estudiando nuevos mercados como Europa del Este, y también algunos nuevos países de Latinoamérica", apunta Santiago. "En los países del este de Europa no hay mucha penetración de estaciones de servicio automáticas, por lo que vemos una oportunidad clara", asegura.
La estrategia de crecimiento de la compañía se centra principalmente en la expansión orgánica, aunque no descartan llevar a cabo adquisiciones estratégicas. "Nuestra sólida posición financiera y nuestro robusto flujo de caja nos permiten valorar adquisiciones, contando además con un fuerte respaldo de la banca. Si surgiera una oportunidad de crecimiento inorgánico con fondos de deuda y que encaje con nuestro modelo de negocio, sin duda estaríamos interesados", explica Santiago.
Sin miedo al fin de la combustión
Para Petroprix, el negocio de las gasolineras automáticas para vehículos de combustión interna aún tiene un amplio margen de crecimiento. “El vehículo eléctrico no termina de despegar. Además, una parte significativa de sus ventas proviene de compras corporativas impulsadas por políticas de responsabilidad social empresarial. Si eliminamos esa demanda, el interés real del consumidor promedio por los coches eléctricos es muy bajo”, asegura el CEO de Petroprix.
Uno de los mayores desafíos del vehículo eléctrico, según Santiago, es su rápida depreciación. “Cuando la batería, que es su componente más costoso, pierde la garantía, el valor de reventa cae drásticamente”, explica.
En comparación, los coches con motores de combustión interna conservan mejor su valor a lo largo del tiempo. “Tras ocho años, un vehículo diésel aún retiene cerca del 50% de su precio original. En cambio, un coche eléctrico, que funciona más como un producto tecnológico, puede perder prácticamente todo su valor tras ese periodo de uso”, apunta.
Santiago también señala que estamos asistiendo a “un cambio en el storytelling” en torno al vehículo eléctrico. Si bien reconoce que el compromiso con la descarbonización es un objetivo común, insiste en que la transición debe realizarse “con sentido” y basarse en un análisis riguroso de “qué medidas realmente contribuyen a reducir las emisiones de CO2”.