Vista de la fábrica de acero de ArcelorMittal en Gijón, Asturias (España).

Vista de la fábrica de acero de ArcelorMittal en Gijón, Asturias (España). Jorge Peteiro / Europa Press

Observatorio de la Energía

El sueño hidrógeno verde se encalla antes de despegar: las industrias reculan en sus planes ante la presión económica

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El sueño del hidrógeno verde se topa con un gran escollo antes de despegar: la demanda. ArcelorMittal, una de las industrias que más apostaba al futuro del nuevo vector energético, hacía saltar las alarmas esta semana con el anuncio de la suspensión de sus planes para producir acero verde en Gijón (Asturias)

Y no es un caso aislado. Una gran parte de las empresas industriales de España que habían apostado por el hidrógeno verde como una solución para descarbonizar su futura producción están revisando sus estrategias, según fuentes del sector industrial consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia.

Aunque las ayudas europeas ofrecen un respaldo crucial, los elevados costes asociados al hidrógeno verde siguen siendo un obstáculo significativo para la viabilidad de muchos proyectos. Este desafío se presenta en un momento especialmente delicado para la industria europea, donde la pérdida de competitividad, las deslocalizaciones y los cierres de fábricas están a la orden del día.

En el caso específico de ArcelorMittal, la decisión de paralizar sus proyectos se ha tomado aun contando con una subvención de 450 millones de euros del Ministerio de Industria en España, además de otros incentivos que ha recibido en países como Alemania y Francia para otros proyectos también suspendidos.

Desde la compañía, explicaron que la decisión fue tomada debido a que "la política europea, el contexto energético y las condiciones del mercado no han avanzado en una dirección favorable".

Además, señalaron que "el hidrógeno verde está progresando a un ritmo demasiado lento para convertirse en una fuente de energía viable, mientras que la producción de reducción directa de hierro (DRI) a partir de gas natural en Europa aún no es competitiva como solución provisional".

Los fabricantes y productores de hidrógeno verde en España no están logrando cerrar acuerdos de venta, advierten a este medio distintas fuentes del sector de la generación de hidrógeno verde y fabricación de equipos. "Muchos de los gigantes internacionales que han anunciado inversiones para producir hidrógeno verde en el país se terminarán yendo", auguran.

Al borde del colapso

"El reloj ya ha dado la medianoche. ¿Cuántos cierres de plantas, pérdidas de empleo y proyectos de descarbonización paralizados tendrán que producirse antes de que la UE y los Estados miembros despierten?", se lamentó Axel Eggert, director general de la Asociación Europea del Acero (Eurofer), un día después de conocerse el anuncio de ArcelorMittal.

La patronal acerera aseguró que el sector europeo se encuentra "al borde del colapso". Y prueba de ello es que la producción de acero de la UE se ha desplomado en 34 millones de toneladas desde 2018, cayendo a sólo 126 millones de toneladas en 2023. "No se trata sólo del acero, sino de todas las cadenas de valor que dependen de él, desde la automoción hasta las energías renovables", añadía.

La Unión Europea "necesita urgentemente una agenda audaz para recuperar su competitividad, empoderar a las empresas, atraer inversiones e impulsar la innovación", reclamó ese mismo día la patronal europea BusinessEurope.

"Haciéndonos eco de las recomendaciones de los informes Draghi y Letta, pedimos a la nueva Comisión Europea que proponga urgentemente una estrategia de competitividad coherente para volver a encauzar nuestro barco económico", apuntó.

En la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno —en la que los productores pujaron por la retribución mínima que estarían dispuestos a percibir—, España fue el tercer país con los precios de hidrógeno verde más competitivos.

Hablamos de un hidrógeno de 5,8 euros por kilogramo de media, la mitad que Alemania (11,62 euros/kg). No obstante, todavía está lejos de los 1,5 euros/kg que cuesta el gas natural o los 1-2 euros/kg que cuesta el hidrógeno gris.

"Nos encontramos en un momento terriblemente complejo. Hay que tomar decisiones  que te permitan seguir compitiendo y que no vienen acompañadas por una transición hacia una nueva tecnología", alertó Pedro González, de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), en su intervención en el I Observatorio de la Energía, organizado por EL ESPAÑOL-Invertia.

"Si cambias de tecnología y vas a una mucho más cara, te van a expulsar del mercado y acabarás cerrando", advirtió. La gran industria electrointensiva viene normalmente acompañada de procesos de altas temperaturas. "En ese proceso, a las soluciones como el hidrógeno les falta tiempo de maduración tecnológica y en términos de competitividad", aseguró. 

GasIndustrial, la patronal que aglutina a los principales consumidores industriales de gas, también alertó de esta situación en Foro Industrial del Gas 2024, celebrado en noviembre.

"El objetivo de las industrias gasintensivas es lograr un gas competitivo, sea gas natural, gas renovable o hidrógeno, pero hoy por hoy cualquiera de los nuevos vectores energéticos tiene un coste muy superior al gas natural, son un producto premium", dijo Verónica Rivière, presidenta de la asociación. "La industria se debe descarbonizar progresivamente hacia el hidrógeno y los gases verdes en la industria cuando sea rentable", añadió.

Objetivos "poco realistas"

El Tribunal de Cuentas Europeo también ha cuestionado las expectativas de hidrógeno que se han generado en Europa. El organismo de auditoría de la Unión Europea publicó en julio un informe demoledor en el que alertaba que es muy probable que el bloque comunitario no alcance los objetivos de hidrógeno por ser "poco realistas", a pesar de los 18.800 millones de euros de financiación.

"Las normas de producción de hidrógeno renovable, que son clave para el desarrollo del mercado, fueron establecidas por una directiva y complementadas por un acto delegado sin una evaluación previa de su impacto (por ejemplo, en el coste de producción)", apuntó.

"En 2023, la UE adoptó medidas para aumentar la competitividad de costes del hidrógeno renovable y de bajo carbono, pero el efecto de estas medidas no será inmediato y ciertos aspectos no fueron incluidos", recogía en el documento.

En España, el objetivo marcado por el Gobierno para 2030 es que haya 12.000 megavatios (MW) de capacidad de electrólisis instalada. No obstante, actualmente hay menos de 50 MW en funcionamiento.