Norges y BlackRock suben sus apuestas por Repsol y alcanzan participaciones históricas
- Los movimientos llegan antes del pago del primer dividendo de 2025 y en un momento en el que la compañía dispara la retribución a sus accionistas.
- Más información: Repsol reduce un 36% su beneficio hasta septiembre, a 1.792 millones de euros, por la caída del margen del refino
Los grandes accionistas de Repsol toman un peso en la compañía sin precedentes. El fondo estadounidense BlackRock y el fondo soberano noruego Norges elevan sus participaciones en la petrolera a niveles históricos, a la espera del reparto del primer dividendo de 2025.
El último movimiento, notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la semana pasada, fue el de Norges Bank, su segundo mayor accionista. El fondo noruego ha alcanzado una participación en el capital de la energética del 5,629%, su posición más alta desde que entró en la compañía en 2020.
Norges, conocido por su enfoque como inversor estable en las compañías en las que participa, ha aumentado su participación en Repsol en un 0,713% del capital, desde el 4,916% que reportaba previamente. Con esta compra de acciones, su inversión total en la compañía dirigida por Josu Jon Imaz se acercaría a 758 millones de euros, según los precios de mercado actuales.
La entidad noruega posee más de 66,2 millones de acciones de Repsol, divididas en dos categorías: 57,5 millones de acciones directas (4,885%) y 8,7 millones de acciones en colateral (0,740%). Además, Norges Bank tiene acceso a 41.200 acciones adicionales a través de préstamos de acciones con derecho de recuperación, lo que representa el 0,003%.
Y lo mismo ha ocurrido con BlackRock, principal inversor de Repsol. El gigante estadounidense alcanzó en octubre una participación récord, escalando del 5,475% al 6,2% de los derechos de voto.
Eso sí, detrás de este movimiento está la reestructuración interna tras la adquisición de Global Infrastructure Partners (GIP) por unos 12.500 millones de dólares (unos 11.400 millones de euros) en efectivo y acciones.
Según la notificación presentada ante la CNMV, BlackRock posee actualmente un total de 73,1 millones de acciones de Repsol, valoradas en unos 831 millones de euros, lo que representa el 6,031% de los derechos de voto directos. Además, la firma tiene otro 0,170% de derechos de voto a través de instrumentos financieros, como préstamos de acciones y contratos financieros, lo que suma un total de 6,2%.
Lluvia de dividendos
El último movimiento llega antes del pago del primer dividendo de 2025. En un momento en el que la compañía ha disparado su retribución al accionista, pese a haber recortado un 36% sus beneficios en lo que va de año.
En concreto, Repsol abonará el 14 de enero un dividendo de 0,475 euros brutos por acción (0,45 euros con cargo a reservas libres y 0,025 a cuenta de los resultados de 2024), un 19% más respecto a los 0,40 euros del primer pago a cuenta aprobado hace un año.
Se trata, además, del aumento más significativo del dividendo a cuenta desde que en 2021 la compañía dejó atrás el sistema de dividendo flexible, que permitía elegir entre acciones o efectivo, y adoptó exclusivamente el pago en metálico, complementado ocasionalmente con la recompra de acciones.
El 9 de enero de 2025 será el último día de negociación de las acciones de Repsol con derecho a percibir el dividendo. Este pago supondrá para la compañía el desembolso de un total de 550 millones de euros.
En este sentido, Josu Jon Imaz se ha comprometido a que los accionistas reciban una retribución mínima de 0,975 euros por acción en 2025, lo que supone un aumento mínimo del 8,3% en comparación con este año. Esto quiere decir que en julio se pagará otro dividendo de al menos 0,50 euros por acción.
Cabe señalar que la energética ya incrementó este ejercicio 2024 un 30% su retribución, al abonar 0,9 euros brutos por acción en efectivo.