
El CEO de Enagás, Arturo Gonzalo, durante la rueda de prensa para presentar su plan estratégico.
Enagás venderá el 60% de su filial renovable a medida que maduren sus proyectos para evitar conflictos de interés
Descarta la entrada de socios en Scale Green y en las interconexiones de hidrógeno, pero sí se abre a financiación externa y venta de activos concretos.
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Enagás planea desprenderse de su filial renovable para evitar conflictos de interés con el negocio de transporte y almacenamiento de gas natural e hidrógeno verde. Si bien la nueva estrategia de la compañía no prevé grandes desinversiones fuera de Europa tras vender Tallgrass, sí contempla desligarse progresivamente de Enagás Renovable, a medida que maduren sus proyectos.
"Como gestor de la red de transporte de gas e hidrógeno verde, no podemos estar en el negocio de producir o comercializar moléculas, por razones de separación de actividad y regulatorias", aseguró el martes Arturo Gonzalo Aizpiri, el CEO de la compañía.
Según Aizpiri, Enagás Renovable, creada en el año 2019, nació con "carácter de actuar como catalizador del mercado del hidrógeno y del biometano en España". Por este motivo, "tendrá su propia dinámica, que será una paulatina desinversión a medida que vayan avanzando los proyectos".
Enagás Renovable cuenta con una cartera de 23 proyectos concretos en España en el ámbito de los gases renovables y de descarbonización, lo que representa una de las mayores plataformas europeas en este ámbito.
En 2022, Enagás ya vendió distintas participaciones en su negocio de renovables a socios estratégicos. En julio de ese año, cerró el primer acuerdo con Hy24, una joint venture formada por Ardian y FiveT Hydrogen.
La inversión de Hy24 se llevó a cabo a través del fondo Clean H2 Infra Fund, mediante una ampliación de capital, obteniendo de este modo una participación del 30%. La operación generó una plusvalía para Enagás de aproximadamente 50 millones de euros.
La segunda operación se anunció días después. La sociedad de inversión de Amancio Ortega, Pontegadea, se incorporó al accionariado de Enagás Renovable al adquirir el 5% de la compañía por 3,5 millones. Y en octubre del mismo año, Navantia siguió los pasos del empresario gallego y compró otro 5% de la sociedad.
Tras estas tres operaciones y a fecha de hoy, la composición accionarial de Enagás Renovable se reparte de la siguiente manera: Enagás mantiene el 60% de las participaciones, Hy24 cuenta con el 30%, Pontegadea con el 5% y Navantia con el otro 5% restante.
La empresa renovable ya dispone de varios proyectos pioneros en el ámbito de los gases renovables, como el desarrollo de la primera planta industrial de hidrógeno verde de España, situada en Lloseta (Mallorca), y la puesta en operación de la planta de producción de biometano "UNUE", en Burgos, siendo este último el primer proyecto de biometano de gran envergadura llevado a cabo en España por una iniciativa privada.
Socios en otros negocios
Enagás anunció este martes, en el marco de su actualización estratégica de cara a 2030, la creación de una nueva filial. Bautizada como Scale Green Energy, esta empresa se dedicará al desarrollo de infraestructuras y servicios para la descarbonización en ámbitos como el CO2, bunkering (suministro de combustible para embarcaciones) de GNL y BioGNL, hidrógeno renovable para la movilidad y amoniaco renovable.
"Para Scale Green Energy nos planteamos inicialmente un filial al 100% Enagás", aseguró Arturo Aizpiri. Eso sí, la compañía cuenta con socios en activos concretos. "Por ejemplo, en el negocio de bunkering, tenemos aliados en dos barcos: uno es compartido con Knutsen (al 50%) y el otro con Península (50%)", subrayó.
"Estamos pensando en una compañía 100% de Enagás, sin perjuicio de que a nivel de activos podamos dar entrada a socios expertos", apuntó el consejero delegado el operador gasista.
Para Aizpiri, la prioridad de Enagás es "desplegar todo lo que podamos nuestra actividad en estos segmentos adyacentes de negocio para la descarbonización, la transición energética, apoyándonos en lo que nos ofrecen nuestras infraestructuras".
En este sentido, la infraestructura troncal de hidrógeno en España tampoco contará con nuevos socios, ya que, al igual que en la red gasista, Enagás es el único gestor. No obstante, en el futuro podría haber "financiación externa para infraestructuras no reguladas, como el proyecto BarMar," mediante ayudas europeas, aportaciones de offtakers o financiación bancaria.
Aun así, no está prevista la incorporación de nuevos socios en ese proyecto, y por ahora, la composición actual se mantiene sin cambios.
"No estamos hablando de una fantasía"
La apuesta por el hidrógeno de Enagás es total. De hecho, de los 4.035 millones de euros que planea invertir de cara a 2030, 3.125 millones de euros se destinarán al despliegue de infraestructuras de hidrógeno renovable. Es decir, 3 de cada 4 euros se destinarán a las redes e interconexiones de hidrógeno.
Para acometer sus ambiciosos planes "contamos con el músculo financiero que necesitamos, gracias a las desinversiones que hemos hecho y a un plan de eficiencia muy duro", dijo el CEO de la compañía.
"Si yo trajera al mercado un plan de infraestructuras que no contemplase esos proyectos de hidrógeno, no tendría sentido. Estamos haciendo lo que tenemos que hacer", recalcó Aizpiri.
"No estamos hablando de una fantasía, estamos hablando de un proyecto en el que Europa pone una gran parte de su apuesta por la autonomía estratégica", defendió.
Para el operador gasista, la apuesta de Europa por el hidrógeno es "incontestable". "Lo que es una burbuja no es el hidrógeno verde, es un cierto clima de opinión que se está intentando generar alrededor de su importancia en Europa", sentenció el consejero delegado de Enagás.
Eso sí, Arturo Gonzalo Aizpiri aseguró que el despliegue del hidrógeno "no restará importancia" al gas natural, que seguirá ofreciendo respaldo para el sistema eléctrico en los próximos años.
Y es que el consejero delegado de Enagás aseguró que la desconexión del parque nuclear, prevista entre 2027 y 2035, y la nueva demanda asociada a los centros de datos darán "un rol adicional" a los ciclos combinados de gas natural como respaldo del sistema eléctrico ante "unos picos de demanda crecientes", que podrían incrementarse un 22% al horizonte de 2030.
"La infraestructura gasista es nuestra principal garantía a corto o a medio plazo para hacer frente a las nuevas necesidades del sistema eléctrico", dijo.