El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, fue muy gráfico hace tres años cuando calificó el escenario inédito que se estaba abriendo paso en el mundo financiero, con tipos de interés en negativo que desembocaban en la paradoja de pagar por prestar y cobrar por pedir prestado. "Es un 'sindiós'", aseguró.
Para los hogares, una de las consecuencias más próximas y palpables de esa situación se reflejó en el euríbor a 12 meses, la referencia para la inmensa mayoría de las hipotecas a tipo variable en España. Después de que el Banco Central Europeo (BCE) anticipara en su reunión de política monetaria de enero de 2016 que en la siguiente, convocada para marzo, abarataría aún más el precio del dinero, el euríbor recibió el empujón definitivo para hacer historia.
Y la hizo de verdad el 5 de febrero de 2016, hace justo tres años. Ese día cruzó un umbral imposible. El del 0%. Por primera vez se situó en terreno negativo. En el -0,002%.
Tres años después, semejante anomalía ha pasado a formar parte del paisaje como si fuera habitual. Porque el índice hipotecario lleva tres años consecutivos viviendo por debajo del 0%. Y no por poco, además. A finales de 2017 y comienzos de 2018 descendió al -0,19%, y desde entonces ha ido volviendo sobre sus pasos, pero sin prisas. En enero repuntó hasta el -0,116%. Y en los primeros días de febrero se mantiene en torno al -0,11%. Es decir, tres años después ese "'sindiós'" sigue vivo.
La sensación, además, es que como poco aún continuará varios meses más bajo el 0%. La clave reside en que el BCE no tiene ninguna prisa en subir los tipos, con lo que el euríbor tampco las tendrá para escalar posiciones. Por ahora, y desde marzo de 2016, los tipos oficiales se encuentran en el 0% y los de la facilidad de depósito, fundamentales para la referencia hipotecaria, se sitúan en el -0,40%. Y, según el discurso oficial del BCE, permanecerán en estos niveles "hasta al menos durante el verano de 2019", aunque el mercado cada vez concede más opciones a que no podrá aumentarlos en todo el año.
Para los hipotecados en cuyos contratos no figuren cláusulas que lo hayan impedido, estos tres años han supuesto un alivio para el bolsillo. Para los bancos, en cambio, ha supuesto un revés adicional para su negocio, puesto que ha sido otro de los factores que ha mermado sus ingresos. Precisamente por este motivo, las entidades han redoblado su esfuerzo comercial en las hipotecas fijas como antídoto contra el euríbor en negativo y para dotar de estabilidad y visibilidad a su negocio. Al mismo tiempo, y como para 'colocar' hipotecas fijas los bancos han rebajado sustancialmente los intereses, muchos nuevos -y antiguos- hipotecados han optado por las hipotecas fijas para cazar esas propuestas basadas en unos tipos y un euríbor en mínimos históricos.