Manuel Lao sube su apuesta por Merlin Properties y eleva su participación al 6,27%
El ex propietario del grupo Cirsa ha comprado un 1% más de la socimi tras llegar al 5% la semana pasada.
31 marzo, 2020 16:37Noticias relacionadas
El empresario del sector del juego Manuel Lao Hernández, expropietario del grupo Cirsa, ha elevado hasta el 6,27% la participación del 5,3% que la pasada semana tomó en la socimi Merlin Properties.
Lao Hernández se ha hecho de forma directa, a través de su firma Nortia Capital, con alrededor de un 1% más de la firma que dirige Ismael Clemente, en la que se refuerza como accionista de referencia.
Tras esta nueva inversión, el empresario cuenta con un paquete de 29,45 millones de títulos de la actual primera socimi cotizada del país, equivalente a dicho 6,271% de su capital social, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Este porcentaje de Merlin, está actualmente valorado en unos 205 millones de euros en función del actual precio de mercado de la compañía, tras los desplomes que las bolsas y todos sus valores registran desde el inicio de la crisis sanitaria y económica generada por el coronavirus.
Los títulos de Merlin cotizan actualmente en el entorno de los siete euros, si bien en lo que va de año, y antes de que estallara la crisis, las acciones de la firma llegaron a marcar los 13,38 euros por acción.
El empresario del sector del juego, que vendió la firma Cirsa hace dos años, refuerza de este modo su papel de nuevo accionista de referencia de Merlin, socimi que tiene al banco Santander como primer socio, con una participación del 22,2%, y en cuyo capital también está BlackRock con otro 3,9%.
Merlin cuenta con una cartera de oficinas, centros comerciales y naves logísticas en España y Portugal valorada en 12.751 millones de euros a cierre de 2019.
Además, en octubre del pasado año logró posicionarse en la 'Operación Chamartín', la operación urbanística del Norte de Madrid, considerada la mayor de Europa, un proyecto que además acaba de recibir la última autorización que le restaba para arrancar.