
La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, durante una visita a tres edificios rehabilitados energéticamente en Tarancón (Cuenca) Europa Press
Sareb paraliza la venta de todos sus activos residenciales hasta que se decida si van al parque estatal de vivienda de alquiler
El 'banco malo' cuenta con unas 37.000 viviendas en cartera, entre habitadas y vacías.
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La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha decidido suspender la comercialización y la venta de todos sus activos residenciales hasta que se decida si entran a "formar parte del parque estatal de viviendas de alquiler asequible y social".
Se trata de una decisión que se ha tomado en la junta general de accionistas del banco malo, celebrada este jueves, y que se ha dado a conocer en un anuncio enviado a la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV).
En ella, se ha acordado "instruir al consejo de administración para que, en coordinación con la Entidad Pública Estatal de Suelo (SEPES) y con los departamentos ministeriales competentes, trabaje en las alternativas que permitan a Sareb colaborar en la generación del parque estatal de vivienda de alquiler social o asequible"
Por ello, y hasta la celebración de la Junta General de Accionistas "en la que se acuerde el alcance de dicha colaboración", o hasta el 30 de junio de 2025, la Sareb ha paralizado "temporalmente la comercialización y la venta de todos los activos inmobiliarios susceptibles de formar parte del parque estatal de viviendas de alquiler asequible y social".
Dichos activos son, ni más ni menos, todas las viviendas y suelos residenciales. En el caso de las casas, Sareb cuenta con un balance de unas 37.000. La mitad está habitada a través de alquileres sociales, y unas 3.200 está ocupadas ilegalmente.
El resto, más de 15.000, estarían vacías. La idea es que el SEPES se quede con todos estos activos, y su gestión, como parte del parque público estatal de vivienda de alquiler. También con unos 200 suelos residenciales con los que cuenta Árqura, la promotora de suelo de Sareb.
Con todo, cabe recordar que pese a la pérdida de estos activos, el banco malo tiene que mantener sus objetivos fundacionales: transformar los activos tóxicos asumidos de las cajas de ahorros durante la crisis financiera en ingresos públicos.
Unos ingresos que deben permitir mantener a la actividad de Sareb (gastos de personal, por ejemplo) así como financiar la recuperación y posterior comercialización de los activos de los que dispone y que no pasan a formar parte del parque estatal de vivienda. Entre ellas, infraestructuras empresariales o industriales, por ejemplo.