MADRID, 23 (Portaltic/EP)
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) junto con el centro Internet Segura for Kids (IS4K) han elaborado un manual en el cual se explican las buenas formas del uso de los juguetes conectados, en la que advierten sobre sus riesgos de uso como el uso de información personal que hacen.
La navidad y el día de Reyes están a la vuelta de la esquina y los juguetes que permiten la conexión a Internet y a otros dispositivos pueden ser un buen regalo para los más pequeños. Estos dispositivos permiten la conectarse a Internet, enviar imágenes en tiempo real y la graban y reconocen la voz del niño, lo que los convierte en una atractiva forma de entretenimiento.
Muchos de estos juguetes usan información personal del menor para así poder crear un perfil de quien los utiliza y poder personalizar la experiencia.
Esta recogida de datos conlleva unos riesgos, advierte INCIBE en su manual, puesto que si el juguete en cuestión no es lo suficientemente seguro, una persona ajena a él podría conectarse y conseguir toda esta información. Además, pueden suponer el contacto del niño con desconocidos o usarse como herramienta de burlas y 'bullying'.
Los juguetes conectados, debido a la interacción que crean con los menores al permitir acciones como acceder a videojuegos en línea, pueden acarrear también peligros adicionales entre los que se encuentran el uso excesivo y el acceso a contenidos inapropiados por parte de los niños.
Por ello, a través de este informe, INCIBE ha explicado cómo los adultos deben elegir y manejar los juguetes conectados teniendo siempre en cuenta una serie de premisas, como la edad recomendada, las instrucciones técnicas, y si el juguete tiene una función educativa o va a mejorar el entretenimiento del menor.
En cuanto a su configuración, se debe bloquear el acceso a otras personas a nuestra red WiFi y usaremos los recursos que tenga el juguete, como contraseñas y actualizaciones, para mejorar su seguridad. Es necesario comprobar y eliminar los registros de datos periódicamente y, sobre todo, apagar el juguete una vez que se haya usado.
El informe explica también que durante le juego los padres deben estar pendientes del uso que sus hijos hacen de estos juguetes. Deben vigilar las conductas que puedan suponer un riesgo y corregirlas, educando en valores saludables para el juego y estando abiertos a una comunicación fluida con el niño sin que este sienta miedo o vergüenza de lo que haya podido hacer durante el juego.
Asimismo, desde INCIBE recomiendan también a los padres que compren este tipo de juguetes para una función determinada y no por capricho, algo que no consideran responsable.